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Tanto para invierno como verano, el suelo radiante es una buena opción para aclimatar tu casa y ahorrar energía eléctrica. Este sistema consume menos que los radiadores. Eso sí, necesita de un mantenimiento muy específico.
Te contamos todos los trucos y consejos que necesitas para prevenir accidentes.
El suelo radiante es un sistema de calefacción muy eficiente que te permitirá ahorrar electricidad. Sin embargo, es importante prevenir ciertos problemas en su funcionamiento. Estos son algunos consejos de mantenimiento:
Una de las tareas más importantes es limpiar el suelo radiante. Eso sí, esta tarea sólo puede ser realizada por profesionales. Por ello, deberás contactar con la empresa instaladora. Los pasos que se deben seguir son:
Además de la limpieza interior del suelo radiante, hay que limpiar el pavimento del mismo. Ambas son independientes. El exterior suele ser de madera, azulejo, piedra o cemento. Para el parquet, puedes utilizar un limpiador ecológico y que no sea muy abrasivo. En cambio, para los azulejos puedes utilizar bicarbonato o vinagre.
Salvo que se produzca alguna avería, se trata de un tipo de mantenimiento preventivo genérico. El suelo radiante puede tener una vida útil de hasta 10 años, por lo que es recomendable realizar un mantenimiento cada 4 o 5 años para garantizar un funcionamiento óptimo.
Como te decíamos, el suelo radiante está formado por un circuito de tuberías. Estas se encuentran en el interior del sistema y es necesario limpiar el agua que hay dentro de ellas. Para ello, se utiliza un caudalímetro. Este aparato sirve para distribuir el caudal del agua de manera uniforme por el circuito.
A su vez, también conviene revisar los caudalímetros. Con ello, te asegurarás de que la cantidad de agua que circula por las tuberías es la adecuada.
Por otro lado, cada tubería se tiene que limpiar por separado. Si quieres que tu hogar alcance la temperatura ideal, la revisión del sistema es muy importante. En caso de producirse cualquier obstrucción, podrá solucionarse lo antes posible.
Los lodos son una mezcla de agua y sólidos que han sido separados de las aguas residuales, después de su correspondiente tratamiento en depuradoras industriales. Por ello, además de limpiar el suelo radiante y revisar sus tuberías, es importante hacer un control de lodos. Debe ser realizado por el profesional encargado de la instalación.
El mantenimiento del suelo radiante no sólo debes hacerlo cada 4 o 5 años, sino cuando detectes algunos de estos inconvenientes:
Si algunas zonas de tu suelo radiante no adoptan la temperatura adecuada o el calor se distribuye de manera irregular, esta es una señal de alerta. Puede que la bomba de calor no funcione. Al ser un sistema bastante complejo, lo mejor es que te pongas en contacto de inmediato con el servicio técnico.
Lo más probable es que las tuberías estén estropeadas, porque se hayan obstruido por la suciedad o por la falta de caudal del agua. En ese caso, lo más conveniente es revisar los caudalímetros.
Si hay manchas de humedad, esto podría deberse a una fuga de agua en el suelo radiante. En este caso, un profesional tendrá que ir a tu vivienda a revisar la instalación. Normalmente, esto se produce porque algún elemento está deteriorado. Por eso, como te explicábamos antes, un mantenimiento regular es muy importante.
El objetivo de instalar un suelo radiante es ahorrar electricidad. A diferencia del radiador, este sistema consume entre un 10 y un 20% menos de energía. Sin embargo, si de repente estás consumiendo más de lo normal, esto se deberá a algún problema técnico en la instalación.
En sus últimos años de vida útil, es normal que el rendimiento sea menor. Pero recuerda que un suelo radiante te debe durar, al menos, unos 10 años. Por lo tanto, si antes empieza a reducir su eficiencia, esto se debe a algún fallo del sistema. Un buen mantenimiento te ayudará a evitar este tipo de averías.
Precisamente, una de las ventajas del suelo radiante es el reparto homogéneo de la temperatura. Esto se debe a su distribución por toda la casa. Por eso, si notas que alguna estancia se calienta más o menos que las demás, tendrás que solucionarlo. Puede que haya algún problema en las válvulas o en las tuberías.
La acumulación de lodo en las tuberías también es otro problema. Cuando esto ocurre, es imprescindible que cambies el agua. Algunos productos químicos de limpieza ayudarán a que el caudal del suelo radiante no esté tan espeso y que el agua pueda circular mucho mejor.
Inevitablemente, el paso del tiempo dificultará el buen funcionamiento del sistema. Sin embargo, un mantenimiento adecuado te asegurará la máxima eficiencia y ahorro de energía con el suelo radiante. De igual forma, el técnico instalador deberá indicarte qué productos de limpieza son los más adecuados para cuidar tu suelo radiante.
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