El suelo radiante es uno de los sistemas de calefacción más eficientes, cómodos y estéticos que hoy existen. Al colocarse justo debajo del suelo, te proporcionará una sensación de confort total, ya que podrás caminar descalzo por tu casa incluso en invierno. Ahora bien, ¿sabes cómo cuidarlo? Descubre cómo purgar el suelo radiante en esta guía detallada de EnergyGO.
En cuanto sepas cómo purgarlo, ten por seguro que vas a poder aprovecharlo muchísimo mejor, evitando algunos problemas y averías, como que el calor no se distribuya correctamente por todo el suelo y termines gastando más energía de lo normal.
La calefacción por suelo radiante es un sistema de climatización que funciona a través de tuberías o cables eléctricos instalados debajo del suelo de una vivienda. Este sistema permite distribuir el calor de manera uniforme en toda la superficie, creando una sensación de máximo confort térmico sin necesidad de radiadores o estufas.
Principalmente, existen dos tipos de suelos radiantes: el suelo radiante de agua, que utiliza tuberías por las que circula agua caliente, y el suelo radiante eléctrico, que emplea cables o mallas eléctricas para generar el calor.
Como veremos después, una de las principales ventajas del suelo radiante es su eficiencia energética, ya que funciona a temperaturas más bajas que los radiadores convencionales (entre 30 y 45°C en lugar de 60 o 70°C, aproximadamente). ¡Y mejora la calidad del aire!
Además, al calentar desde el suelo, este sistema es capaz de mantener una temperatura constante y agradable con un menor consumo de energía. También es posible combinarlo con otros sistemas de energía, como la aerotermia. Por supuesto, también te permite ahorrar espacio y mejorar la estética de tu casa al prescindir de estufas y radiadores.
Como ya hemos dicho, las tuberías de agua caliente que conforman el suelo radiante también pueden acumular aire. Si ocurre esto, la cantidad de líquido dentro del mismo será menor, y el calor generado dejará de repartirse de forma homogénea por la estancia.
A diferencia de lo que ocurre con los radiadores, saber cuándo hay que purgar el suelo radiante es mucho más complicado. Aquí no vas a poder tocar ningún emisor para comprobar si calienta o no. La detección es bastante más intuitiva y compleja.
Lo más probable es que al tener suelo radiante en casa, camines normalmente descalzo por las habitaciones. Esto te permitirá detectar la zona del piso que está más fría al contacto. Ahí es donde se está produciendo la acumulación de aire, y, por tanto, no hay agua caliente.
Te puede parecer una tontería menor, pero es un asunto que puede provocar un aumento del 40% o 50% en el consumo. Y es que, al conseguir menos calor con la misma cantidad de energía, tenderás a tener el suelo radiante encendido mucho más tiempo y a más temperatura.
Por lo general, basta con que lo hagas una vez al año, justo antes de que comience la temporada de frío. Es probable que durante la primavera y el verano el sistema haya acumulado bolsas de aire por la propia porosidad de las tuberías.
También es frecuente encontrar suelos radiantes que no se han recargado de forma adecuada. Es decir, que al momento de introducir el agua en el sistema se dejó colar una pequeña cantidad de aire que no hay podido escapar por ningún sitio desde entonces.
Así que a rasgos generales, es recomendable que te marques en el calendario una semana al año para lidiar con esto. Purgar el suelo radiante va a evitar que las tuberías se corroan, que la calefacción haga ruido cada vez que la enciendes o que se produzca cavitación en las bombas de circulación.
Esto es, que se generen explosiones en los puntos del sistema donde la presión es inferior a la del líquido bombeado. El proceso genera burbujas de vapor que, obviamente, añaden más aire al suelo radiante.
Antes de seguir leyendo tienes que saber una cosa: no siempre hay que purgar el suelo radiante. Sí, sí, tal y como lo estás leyendo. Cuando la instalación se ha hecho de forma correcta, el sistema es capaz de autorregularse sin intervención.
Lo normal es que en la caja de colectores, que se encuentren en una posición más elevada al resto de componentes, cuenten con un purgador automático. En este caso te habrás librado de una buena, porque pulsando un simple botón conseguirás expulsar el aire del sistema.
¿Qué pasa si el purgador es manual? Aquí viene el lío. Olvídate de todo lo que sabes sobre purgar los radiadores de casa. Para purgar el suelo radiante hay que seguir un proceso diferente porque los emisores no están accesibles a simple vista (bajo el suelo).
Para ello empieza localizando la caldera y poniendo la bomba de circulación a velocidad III. A continuación aumenta la presión de la caldera simplemente utilizando su propia interfaz (busca un botón o un comando en la pantalla). Súbela hasta los 3 bares y cierra todos los circuitos del sistema menos uno.
El que dejes abierto debes asegurarte de que lo está totalmente. Al aumentar la presión obligarás al aire a recorrer las tuberías para terminar encontrando esta vía de escape. Déjalo así durante al menos 5 minutos y comprueba que el oxígeno está evacuando. ¡Y ya está!
Cuando termines no te olvides de bajar la presión a su nivel normal y de corregir la velocidad de la bomba de circulación. Todo estará bajo control y la calefacción funcionará a pleno rendimiento.
Como ves, purgar el suelo radiante no es un proceso nada complicado. Si los expertos suelen recomendar llamar a un técnico para hacerlo es porque los usuarios tienden a equivocarse y acaban agravando el problema. Reparar un sistema así es bastante caro, así que ándate con cuidado.
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