Tal vez pienses que los sensores de voltaje son aparatos eléctricos que sólo deben conocer los electricistas, pero no es así. Un sensor de voltaje tiene múltiples aplicaciones, la mayoría de ellas muy útiles para mejorar tu eficiencia energética. Por eso, en este artículo vamos a explicarte qué es y cuáles son sus principales usos.
Hay muchas cosas que explicar sobre los sensores de voltaje: desde cómo funcionan, todos los tipos que hay y hasta cómo pueden ayudarte a aprovechar al máximo tu instalación eléctrica.
Si quieres mejorar la eficiencia energética de tu hogar o tu empresa, tienes que conocer este aparato y cómo funciona.
Desde la recogida de datos y el monitoreo de fallas de energía hasta el control de sobrecarga del motor y sistemas de control de edificios. Como veremos a continuación, las formas de aprovechar el sensor de voltaje son muchas.
Un sensor de voltaje es una herramienta inalámbrica que se conecta a cualquier número de equipos, activos o maquinarias. Revisan y monitorean a todas horas en busca de datos de voltaje que puedan ser una señal de que hay un problema.
Esto incluye tanto bajo como alto voltaje, ya que ambas son mediciones peligrosas que pueden indicar un problema potencial o el peligro de otros activos. Una vez se superan los umbrales marcados se envían alertas automáticamente a un sistema informático centralizado.
En términos generales, existen tres tipos de sensores de voltaje:
Los detectores de voltaje son herramientas que sea usan para monitorear durante todo el día todo tipo de máquinas y activos críticos. Pero se les puede dar muchísimos usos a estos aparatos tan interesantes.
El principal uso que se las da, y ya hemos comentado, es el monitoreo de demanda de energía. Los sensores registran los equipos que consumen más energía. Con estos datos se pueden tomar decisiones respecto a la eficiencia energética de las instalaciones.
También se emplean para estar al tanto de fallas de energía, ya que un corte de energía puede ser fatal para todo tipo de maquinaria. Con los sensores se alerta automáticamente sobre una caída en el voltaje que precede a una falla de energía.
Existen más aplicaciones que dar a un sensor de voltaje, como la de detección de carga. Los sensores se emplean habitualmente en sistemas hidráulicos para detectar si alguna bomba en concreto funciona de forma incorrecta.
Otro uso recurrente para estos sensores es el de detección de fallas, ya que pueden ser empleados para identificar una falla concreta en un equipo o en el sistema general.
También pueden usarse para llevar a cabo controles de temperatura y revisar que ésta se encuentra dentro de un rango adecuado. Si la temperatura aumenta drásticamente puede emitir un exceso se voltaje que el sensor detecta y notifica.
Otro uso que se le da a los sensores de energía es el de control de gestión de energía. Como consigue y muestra datos del uso del voltaje el sensor puede ser de ayuda en la instalación para optimizar la generación, transmisión y uso de energía dentro de una empresa.
Como puedes ver, hay casi infinitos usos para los sensores de voltaje, y uno de ellos es el control del sobrecarga del motor. Los sensores pueden detectar la corriente extraída de un motor sobrecargado, y cuando llega a un umbral, el motor puede apagarse antes de que se produzcan daños.
También es útil en la conmutación de seguridad, ya que los cables defectuosos pueden aumentar el riesgo de descarga eléctrica. Junto a un sistema de conmutación de seguridad, que automáticamente apagará o redirigirá el voltaje, los sensores de voltaje enviarán una alerta para reparar los cables defectuosos.
Otro uso de los sensores está dentro de los sistemas de control de edificios como los sistemas de seguridad y HVAC. Deben estar siempre activos para que la empresa funcione correctamente. Los sensores garantizan que estos sistemas funcionen correctamente y nunca se detengan.
Como ya hemos explicado, los sensores de voltaje tienen un montón de aplicaciones y en todos los casos hay dos elementos comunes: la seguridad y la eficiencia energéticas.
La gestión inteligente de la energía y los datos de ésta permite reducir el consumo de energía en varios procesos, lo que implica un ahorro de energía y de sus costes muy significativo.
Prácticamente todos los usos que hemos explicado implican, de una forma u otra, un ahorro o una mejor gestión de la energía. Por eso su uso es tan importante de cara a la eficiencia energética.
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