Lo escucharás por todos lados: "cambia las bombillas de LED en casa para ahorrar energía". ¿Y ya está? Bueno, el tema tiene bastante más miga de lo que parece. Y es que, a la hora de elegir bombilla, no podemos pensar solo en el consumo eléctrico.
La idea de que la bombilla incandescente es el pasado y la bombilla de LED o la bombilla fluocompacta el futuro, está bastante clara. La cuestión es que si te pasas por la tienda más cercana vas a ver que la decisión de compra está cruzada por muchos más datos.
Por eso, antes de que termines eligiendo lo que no debes o que te dejes llevar por algún cuñado de Internet, desde aquí te queremos echar un cable. Primero, repasando todos los tipos de bombilla, y luego dando algunos datos técnicos que te indicarán compatibilidad.
Lo primero es lo primero (aunque ya lo hayamos tratado). Nos referimos a la tecnología con la que emiten lúmenes. Las bombillas se pueden clasificar en cuatro grandes grupos, siendo uno de ellos ya vetusto por cuestiones normativas de protección al medioambiente.
Se dejaron de fabricar en 2009 y hoy es prácticamente imposible encontrarás ni en las casas. Funcionan calentando un filamento de materiales especiales que emite lúmenes al alcanzar cierta temperatura.
Las bombillas incandescentes son muy, muy poco eficientes. De toda la energía que generan solo un 5% se dedica a la propia luz; el resto de pierde en forma de calor. A esto suma una vida útil pésima y tienes el mix perfecto para huir de ellas.
Bombilla halógena
Son las bombillas de tono cálido que has visto más de mil veces. Este tipo de bombilla funcionan al instante y tienen bastante potencia de luz. Además consumen casi la mitad que las incandescentes en igualdad de condiciones. ¿Son entonces perfectas? Pues no
También generan mucho calor, lo que implica pérdidas ineficientes de energía y ofrecen una vida útil bastante limitada de unas 2000 - 3000 horas. Si las quieres instalar en casa necesitarás echar mano seguramente de un transformador de 12 o 24 voltios.
Llámalas como quieras. El tema es que actualmente las bombillas fluorescentes son la gran alternativa al dominio tecnológico de las bombillas de LED. De hecho se calcula que en España en torno al 90% de los emisores son justamente de bajo consumo.
La bombilla fluocompacta consume casi un 70% menos que la tradicional incandescente y tiene una vida útil puede llegar hasta las 15.000 horas en los mejores modelos. Eso sí, tardan en iluminar y no se recomiendan en zonas de paso activas.
La madre de toda la eficiencia actual. Si quieres ahorrar energía en casa, compra bombillas LED. En un inicio te gastarás más dinero, pero terminaras rentabilizándolas en muy poco tiempo. No emiten nada de CO2 y pasan de las 50.000 horas de vida útil. Increíble.
En términos de optimización energética no tienen rival. Pueden llegar a consumir hasta un 80% menos de electricidad que los modelos tradicionales y además lo hacen sin emitir ni un solo grado de temperatura.
Es el factor más importante en el que te tienes que fijar a la hora de comprar una bombilla. Si te equivocas en el tipo de casquillo no podrás instalarla en el aparato que la necesita. Pero tranquilo, porque los fabricantes indican muy bien esta información.
Con "casquillo" nos referimos a la parte de la bombilla que encaja en el portalámparas y se encarga de transportar la electricidad de la red a la propia bombilla. Sobre ella se apiya la ampolla (de aluminio) y el cuerpo del emisor.
A grandes rasgos te va a bastar saber manejar los tres tipos de casquillo más frecuentes en los hogares. Nos referimos al casquillo E27 (rosca ancha), el E14 (rosca estrecha) y el GU10 (bombilla CFL). Ahora entramos en detalle.
*El número indica el diámetro en milímetros del casquillo.
Resumiendo mucho hay dos tipos de bombillas: las alimentadas por la propia red y las que tiran de transformadores y fuentes de alimentación especiales. Son las de 230 V y las de 12 V; cosa que podrás chequear en el embalaje de la bombilla antes de comprarla.
Este es el rango que puede cubrir con sus lúmenes una bombilla. Lógicamente, cuanto menor sea el ángulo de apertura, mayor será la concentración lumínica del emisor sobre un solo punto. Ya supondrás que no hay una buena y una mala; depende del tipo de aplicación.
Ten en cuenta que, a mayor ángulo de apertura, menor iluminación (esta tiene que repartirse en un espacio superior). Por eso la variable está directamente relacionada con la potencia lumínica.
Qué decirte. Pues si vas a colocar la bombilla para crear una zona de lectura o iluminar una vitrina por dentro, por ejemplo, quédate con ángulos inferiores a 45º. En habitaciones lo recomendable es moverse sobre los 80º y en pasillos por encima de esa cifra.
También se le conoce como flujo lumínico (lm) y se mide en lúmenes. Hablando en cristiano, es la potencia de la bombilla. O mejor dicho, su capacidad de iluminación (por no confundirlo con la corriente). Son los lúmenes que caen sobre 1m2 de superficie.
El flujo es uno de los pilares, junto a la temperatura y el número de diodos, para calcular el consumo energético de una bombilla. Dicho eso, una mayor potencia no tiene por qué ser sinónimo de mayor gasto de electricidad. Todo es relativo.
TIPO DE BOMBILLA | FLUJO LUMINOSO | ||
Halógena | CFL | LED | |
25 W | 5 W | 3 W | 210 - 204 lm |
40 W | 9 W | 5 W | 400 - 450 lm |
60 W | 13 W | 9 W | 700 - 740 lm |
100 W | 22 W | 15 W | 1300 - 1500 lm |
Te recomendamos que si vas a colocar la bombilla en un pasillo asegures los 70 lm, si buscas una escalera apuestes por al menos 30 lm, para un baño 150 lm, para habitaciones entre 250 y 350 lm y para zonas de lectura unos 500 lm.
El color de la luz que emite la bombilla depende de su temperatura. Esto es algo que puedes consultar en la propia caja del aparato. Cuantos más grados, pues un color más blanco. Por eso las incadescentes tradicionales eran totalmente amarillas y las LED son blancas.
En la industria se emplea el CCT (Correlated Colour Temperature) para establecer referencias. Se mide en grados kelvin y permite diferenciar los tipos de iluminación en los clásicos "fría" o "caliente". ¿Y para qué sirve? Pues para saber qué ambiente queremos generar.
No es conveniente una luz blanca en el salón y una naranja en la cocina; cada bombilla tiene su espacio y eso lo puedes determinar con la temperatura. Y ojo porque la mayoría de modelos de bombillas LED son regulables.
Hay otros muchos factores a valorar a la hora de comprar una bombilla, pero con estos tienes más que de sobra para ir tirando. Fíjate en la etiqueta de eficiencia y ya estarás listo para ahorrar en casa.
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