Aunque apenas se habla de ella, la contaminación lumínica es un problema más que real. Esto se debe a que la mayoría de nuestro tiempo lo pasamos en espacios cerrados —oficinas, gimnasios, casa—, bajo una luz artificial que, sí, afecta al sueño.
Los efectos nocivos de este tipo de luces no se limitan al ser humano. A las mascotas también les afecta tanto por el día como por la noche. Durante las horas en las que no hay luz natural, la contaminación lumínica impacta en sus biorritmos y sus actividades naturales.
La contaminación lumínica es el efecto que crean las luces artificiales de farolas y edificios en el cielo.Tiene un tono anaranjado y crea una sensación de “falso día” que impide ver las estrellas. Esto, por cierto, se produce dentro de casa.
¿Cuál es el problema? Pues que los usuarios no la consideran peligrosa por ser una contaminación intangible. A pesar de ello provoca una importante alteración del espacio ambiente durante varias horas afectando a los principales ecosistemas donde se hace vida.
La contaminación lumínica afecta de forma directa a todos los seres vivos. Provoca un malestar importante que, como ya hemos dicho, se muestra en una incapacidad de seguir los biorritmos naturales de actividad y descanso.
Podría decirse que esta incapacidad tiene un importante efecto en las cadenas tróficas de los animales nocturnos. Básicamente afecta a su habilidad para cazar, alimentarse y en resumen, sobrevivir.
De esta manera, ya solo por nuestro propio estilo de vida y la forma en la que funciona el mundo moderno, nos estamos cargando los ecosistemas sin darnos cuenta.
Tal y como acabamos de explicar, este fenómeno se localiza principalmente en los núcleos urbanos y en las vías principales donde hay más presencia de personas y de tráfico; algo que en las zonas más rurales no sucede.
La contaminación lumínica, como el resto de tipos de contaminaciones, tiene su origen en factores bien estudiados. Los de este caso son:
Si tienes dudas al respecto, limítate a mirar al cielo por la noche. ¿Ves alguna estrella? ¿Y la luz de la Luna? Si la respuesta es negativa, lo más seguro es que estés bajo la influencia de la contaminación lumínica. Y claro, en las ciudades es imposible escapar de ella.
Las soluciones que proponemos para combatir la contaminación lumínica son sencillas, amplias y además te ayudarán a reducir tu factura de la luz a final de mes. Para ello hace falta voluntad y, a su vez, comprar algunos dispositivos.
La contaminación lumínica entra en casa solo porque las bombillas funcionan las 24 horas del día, con y sin presencia de personas. Sí, también cuando no estamos. Ese efecto de “relleno” se traduce en un gasto de energía innecesaria.
Para combatir este problema compra e instala sensores de movimiento. Estos se ajustan para encenderse solo cuando una persona, animal u objeto entre en su campo.
De esta forma, las luces del pasillo, cuartos de limpieza, portales o cualquier otro espacio al que no se acceda con regularidad permanecerían oscuras, evitando situaciones como sobrecalentamientos de bombillas o reflejos.
Parece obvio, pero este hábito no siempre se sigue. Los usuarios suelen confiarse al adquirir bombillas LED porque las ven como una forma de ahorro. Por ello, es normal que en ocasiones te olvides de apagarlas al pensar “total son LEDs, no gastan casi nada”.
La cosa es que esto te lleva a malgastar energía injustificadamente bajo la excusa de la sostenibilidad. Este tipo de acciones genera una contaminación lumínica que afecta tanto al interior de tu casa como a las propias calles.
El objetivo de la iluminación artificial ha de ser siempre el de aportar comodidad. Es decir, el de alumbrar puntos concretos de casa para hacernos la vida más fácil cuando se hace de noche. Todo lo demás es superfluo y se puede evitar.
¿Cuál es la ¡orientación correcta de las lámparas y los apliques? Dirección al suelo, o en su defecto si se dispone de lámparas de estudio, hacia el libro/ objeto al que se esté prestando atención. Eso sí, tampoco una excesiva iluminación que sea molesta a los ojos.
Hay diferentes tipos de bombilla, lámparas y apliques con los que iluminar un espacio. Lo más importante a la hora de elegirlo es la cantidad de luz que pueda ofrecer, junto al uso de bombillas de bajo consumo.
Un extra a tener en cuenta es la presencia de reguladores de intensidad. Con ellos podrás afinar todavía más la potencia que demandas en función de tus necesidades específicas ¡Muy recomendables!
Como se ha comentado, tanto las vallas publicitarias como las farolas emiten luces muy potentes que, en ocasiones pueden generar un exceso de iluminación innecesaria. Esto especialmente si se localizan próximas a ventanas de nuestra vivienda,
Si dispones de cortinas te recomendamos que las aproveches para frenar esta contaminación lumínica. Si no, bajar las persianas puede ser otra alternativa eficiente en este tipo de situaciones.
¿Tienes una queja? Te animamos a que vayas a una instancia al ayuntamiento o la entidad responsable para reclamar. Piensa que estarás haciéndole un bien tanto a tu comodidad como al ahorro de la comunidad y el ecosistema.
Para facilitar la adaptación del ojo en situaciones de baja luminosidad, instala dispositivos de luz de baja intensidad. Nuestros ojos se adaptan al entorno y por ello somos incluso capaces de distinguir ciertas siluetas u objetos en oscuridad.
Por otro lado, huye de la luz fría, ya que interrumpen los procesos de descanso del cerebro. Esto lo puedes saber mirando la temperatura de las bombillas. Es algo que ya indican lso fabricantes con indicaciones bastante sencillas.
Aléjate de las pantallas antes de irte a dormir. Es cierto que no es una contaminación por excesiva luminosidad, pero se considera como tal por los efectos nocivos en el descanso del cerebro. La luz azul provoca fatiga, cansancio, insomnio y demás problemas.
Por ello, uno de los principales consejos que los expertos dan es leer un libro, limpiar, o realizar cualquier actividad en la cual no se necesiten pantallas para descansar la vista, e ir “avisando” al cuerpo de que está llegando su hora para el descanso.
Desde EnergyGO recomendamos hacer un uso responsable de la energía y siempre de la forma más eficiente posible. Entra en nuestra web o llama al 900 622 500 y hazte ya con la electricidad que te permitirá recortar el presupuesto energético y además ayudar al medioambiente.