Con la llegada del verano y las vacaciones, empieza la búsqueda de un destino turístico en el que no sufrir demasiado el aumento de las temperaturas. Hoy te hablamos sobre el agroturismo y cómo combatir el calentamiento global en verano.
En verano todo el mundo huye hacia la playa o destinos turísticos en los que el calor no sea un inconveniente. Es habitual escaparse a lugares fríos como el norte de España o en los que te puedas bañar, como el sur de Andalucía o la costa de Levante.
Los bosques y el mundo rural se suelen quedar en segundo plano, aunque no tiene por qué ser así. Hay una gran cantidad de planes que se pueden hacer y que, además, ayudan a combatir el cambio climático a su manera. Por eso mismo, el agroturismo es de lo más interesante.
Podríamos definir el agroturismo como un conjunto de actividades que tienen lugar en el mundo rural y sirven para escaparse del ajetreado ritmo de vida que se lleva en las ciudades.
En el agroturismo no te vas a quedar todo el día tumbado, vas a tener que hacer diferentes tareas o actividades para contribuir en el campo. Ojo, eso no significa que vayas a estar todas las vacaciones trabajando, también hay tiempo para la desconexión.
Consiste en la perfecta combinación del trabajo físico y el descanso en la naturaleza. Ayudas un poco a los lugareños y, a cambio, te puedes quedar por la zona y disfrutar de las ventajas del mundo rural.
La esencia del agroturismo es la desconexión y encontrarse a uno mismo con la naturaleza. Te puedes llevar el móvil u ordenador contigo, no hay ningún problema con que lo uses en tus ratos libres.
Hay una infinidad de actividades que realizar durante tus vacaciones en el mundo rural, así que nunca te aburrirás. Muchas de las experiencias que vivirás son únicas y suponen una novedad muy interesante.
Uno de los puntos más interesantes a la hora de decantarte o no por el agroturismo es la gastronomía. Durante tu estancia, podrás comer alimentos más saludables y reales que en cualquier otro restaurante de ciudad.
Con el agroturismo, aportas tu granito de arena en la lucha contra el cambio climático y sostenibilidad del planeta. Lo haces sin darte cuenta, optando por una alternativa menos perjudicial para el medioambiente.
En primer lugar, el agroturismo cumple una función de divulgación sobre valores y sostenibilidad. Durante estas actividades, es normal que se aprenda sobre cuidado del medioambiente y actividades perjudiciales para el planeta.
Puede que no le veas la importancia, pero en niños y adolescentes un aprendizaje de este tipo puede influenciar mucho. Gracias a esto, las decisiones que tomen al crecer serán más sostenibles.
Además, en el tiempo que estés disfrutando del agroturismo, ayudarás a la gente del pueblo en sus tareas. Por regla general, las técnicas que se usan son tradicionales y sostenibles con el medioambiente.
Ten en cuenta que durante esta experiencia estarás abogando en favor de la biodiversidad y cuidado de los recursos naturales. Cuantas más personas se apunten a esto, más beneficioso será para el planeta.
Además, este tipo de actividad ayuda a la economía rural, una de las grandes afectadas por el factor turismo. De esta forma, se fomenta el comercio local y hasta se pueden crear nuevos puestos de trabajo.
En resumen, el agroturismo es una excelente actividad que favorece a la España rural y protege al planeta del calentamiento climático. Te lo recomendamos muchísimo para tus próximas vacaciones.
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Las actividades en el mundo rural pueden ayudar a combatir el cambio climático a la par que disfrutas de unas vacaciones.
La polución dependerá de varios factores, como son el tipo de ganado, el uso de los recursos e impacto ambiental de los mismos.
Esta forma de cuidar los cultivos ayuda a que aumente la producción de los alimentos y se utilice apropiadamente el agua.
El cambio climático ha provocado desde la década de 1990 una serie de desplazamientos en el eje de rotación de nuestro planeta.
Las abejas ayudan a las plantas con flores a reproducirse, mejoran la calidad del suelo y contribuyen a la biodiversidad del planeta.
El lobo ibérico, el urogallo cantábrico o la ballena vasca son algunos de los animales de nuestro país que están en peligro de extinción.
