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Algunos hogares (sobre todo en alquiler) no disponen de calefacción por radiadores ni climatizadores. Depende donde vivas en España eso puede ocasionarte un problema serio en invierno.
Los calefactores de aire son una solución barata y rápida para aumentar la temperatura del espacio en el que estamos en poco tiempo.
Eso sí, abusar de este método puede hacer que la factura también suba más de lo deseado. Por tanto, antes de comprarte uno o volver a sacarlo este invierno, sigue leyendo e infórmate de su funcionamiento, ventajas y consumo.
El calefactor de aire es básicamente un ventilador que expulsa aire caliente gracias a su resistencia. Se controlan a través de un termostato o niveles de potencia y son muy prácticos sobre todo por su tamaño, manejo y funcionamiento.
En cuanto lo enciendes y comienza a girar, el dispositivo aspira todo el aire frío del ambiente, lo calienta a través de su resistencia y lo devuelve caliente a través de su salida. Todo esto funciona por el principio de la convención forzada.
La instalación de estos calefactores eléctricos es nula, solo hace falta que lo coloques cerca de un enchufe, lo conectes y a funcionar. Para aprovechar al máximo su potencia lo más recomendable es encenderlo con todas las puertas cerradas y en habitaciones pequeñas.
Aunque la sensación de calor aumente rápidamente, hay que tener en cuenta que este aparato expulsa aire, y que, pasados unos minutos, todo el ambiente volverá a su temperatura inicial.
Igual que pasa con los de aire frío, estos ventiladores son muy asequibles y están al alcance de casi todo el público. Siempre entran los electrodomésticos top ventas de invierno en Amazon, Fnac y demás cadenas porque tienen muchas cualidades.
De lo contrario que ocurre con cualquier otro sistema de calefacción, este producto tiene la cualidad de ser fácilmente transportable. Como son de pequeño tamaño y pesan poco puedes llevarlos sin esfuerzo de un lugar de la casa a otro.
El hecho de que sean unos dispositivos compactos, portátiles, que ocupan poco y sean ligeros, hace que sean muy prácticos. Además, su facilidad para transportar hace que te lo puedas llevar contigo de viaje.
De todos los sistemas de calefacción que existen, estos son los que calientan más rápido. En tan solo cuestión de minutos verás como el espacio alcanza una temperatura agradable (dependiendo de la potencia y el tamaño claro).
Para que te hagas una idea, con el calefactor de aire puedes calentar un objeto a 20 grados en pocos minutos sin importar cómo de fría estuviese antes. Por eso es esencial para espacios que necesitan un calor intenso durante poco tiempo.
Los calefactores de aire son cada vez más variados, puedes encontrarte con radiadores de aire de cerámica, controlados por mando a distancia, inteligentes conectados a internet…
Entre los más demandados los últimos años está el calefactor cerámico. Este mini radiador de aire caliente con ventilador tiene una gran resistencia que produce calor de forma homogénea.
Gracias a sus materiales pierde menos el calor y ofrece un mejor confort, por estas ventajas también su precio es más elevado, pero sin sobrepasarse.
Aun así, existen gran variedad de modelos que conviene tener en cuenta si vas a comprar un calefactor de aire para este invierno. Desde murales hasta industriales, pasando por minimalistas y de diseño.
A pesar de todas las ventajas que te hemos contado y más, estos aparatos tienen una cara “B” que en ocasiones puede perjudicar más de lo que beneficia.
Por un lado, este calefactor de aire eléctrico trae muchos problemas a las personas que sufren de problemas respiratorios. Mediante su funcionamiento, remueven constantemente los ácaros y demás partículas que hay suspendidas en el aire.
Para calentar tan rápido el espacio necesita mucha energía. Así que, cuando lo utilizamos, el consumo de electricidad se eleva hasta las nubes. Por eso mismo, su uso está destinado para cortos periodos de tiempo y en pequeños espacios. Lo mismo para los radiadores de luz.
Cuando activamos este aparato, el motor y su funcionamiento hacen que el calefactor de aire sea ruidoso. Sin embargo, si escoges uno de los últimos modelos de más alta gama podrás acceder al sistema de protección y reducción de ruidos. Aun así, siguen emitiendo algo de ruido.
La inercia térmica del calefactor de aire es prácticamente nula. En cuanto apagas el aparato, abres una puerta o aireas un poco la habitación, la temperatura baja drásticamente. La solución es comprarte uno cerámico para que mantenga un poco el calor que ha absorbido.
Si nos vamos a los modelos más baratos, puedes encontrar buenos mini radiadores de apoyo por unos 15/20 euros y una potencia de 500W. Los modelos de este precio o un poco mayores son perfectos para estancias pequeñas.
En el lado contrario hay calefactores de aire que llegan a un precio de 150 o 200 euros. Claro está que estos tienen unas funcionalidades extras como el mando a distancia, pantalla digital y están conectados a internet.
Aun así, lo más importante, como es lógico, no es cuanto sea su precio, sino cuánto sea su consumo cuando está encendido. Te lo decimos claro y directo: no es la mejor solución económica ni ecológica para calentar tu casa en invierno.
El consumo energético de estos aparatos es muy alto, sin embargo, son muy útiles como apoyo momentáneo.
Por tanto, el consumo dependerá en gran parte de cómo uses el calefactor de aire y también de la tarifa que tengas contratada. Si no quieres preocuparte por tu factura este invierno, echa un vistazo a los servicios que tenemos en EnergyGO desde nuestra web o en el teléfono 900 622 715.