Crisis climática, calentamiento global, gases de efecto invernadero; al hablar del reto medioambiental al que se enfrenta el planeta, siempre se opta por un enfoque general que no permite entender la magnitud del problema a nivel particular.
¿Realmente nos afecta todo esto a nuestro día a día que suban unos pocos grados la temperatura?
Seamos honestos: no en términos cortoplacistas y muy específicos. El calentamiento global no va a obligarte a modificar tus hábitos en los próximos 5 o 10 años, pero sí podría hacerlo de cara a 2050, y más importante todavía: a tus hijos y su descendencia.
No hace falta irnos ni siquiera tan lejos para empezar a ver efecto ya de esta crisis. De acuerdo con un estudio de Nature Climate Change, el 31% de todas las muertes a nivel mundial registradas entre 1991 y 2018 fueron causadas de forma directa o indirecta por los famosos GEI, o gases de efecto invernadero.
Si miramos más detenidamente a España, podemos concluir que en torno a un tercio (30,3%) de todas estas defunciones contabilizadas en las mismas dos décadas, tienen como origen principal el calentamiento global. ¿Cómo hemos llegado hasta esta situación?
Bueno, desde que explotara la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII, las emisiones provocadas por la actividad humana no han dejado de aumentar. En 2007 la OMM ya aseguraba que se había detectado el año más cálido de la Tierra desde nada menos que el año 1880. En 2016 volvieron a batirse récords.
Con datos más prácticos, diciembre de 2020 solo rebajó en 1,34ºC el promedio de temperatura desde ese finales del siglo XIX, cuando lo normal hasta entonces era que lo recortara entre 2 y 2,5ºC.
Ese mismo año España tocó pico máximo de temperatura con 47,4ºC. Según el MedECC, nuestro país podría registrar un aumento de 2,2ºC para 2040 y otro de 3,8ºC para el 2100.
¿Por qué sucede esto? En el artículo de hoy queremos repasar conceptos que quizás ya conozcas pero no al detalle. Repasemos qué es el calentamiento global para celebrar el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre.
Hasta mediados del siglo pasado el calentamiento global no era más que ciencia ficción. En la década de los 50, sin embargo, comenzaron a surgir estudios e investigaciones que alertaban de la crisis climática irreversible provocada por el desarrollo industrial.
Ahora bien, hubo que esperar hasta finales de 1970 para que la comunidad internacional aceptara el reto oficialmente y comenzara a legislar y trabajar para frenar el desastre. ¿Qué es exactamente este fenómeno que nos está poniendo en peligro?
El calentamiento global, como su propio nombre indica, es el aumento de la temperatura sobre la corteza terrestre. Lo interesante aquí es entender el causante de dicho proceso: el efecto invernadero.
Hablamos de un proceso mediante el que la Tierra absorbe y emite radiación infrarroja para calentar o enfriar su temperatura. Ojo, no es producto de nuestra presencia humana. Los GEI, o gases de efecto invernadero, existen de forma natural en la capa de ozono.
Responsables del efecto invernadero en la atmósfera (datos aproximados y variables):
Estos son los que permiten que la temperatura media del planeta se sitúe en los 33ºC; los responsables de que surgiera la vida hace miles de millones de años y lo que sostiene el equilibrio de los distintos ecosistemas. El asunto es que nosotros hemos roto el sistema.
El sol sigue enviando sus rayos infrarrojos sobre el planeta, pero cuando estos intentan rebotar sobre la superficie para volver a salir, quedan atrapados por la alta concentración de CO2 y otros GEI emitidos sobre la atmósfera.
No eres tú, es el sistema en el que vives. Hay que tener mucho cuidado a la hora de descargar la responsabilidad del cambio climático a cada individuo. Los ricos contaminan más, las industrias contaminan más, la economía en general te gana por goleada.
La cuestión aquí no es encontrar al responsable particular, sino volver la mirada sobre el sistema que nos ha llevado hasta aquí. El calentamiento global tiene como origen la alteración de uno, o varios, de los componentes principales del sistema climático:
Aquí entra en juego el coche eléctrico. El consumo de petróleo de los últimos 250 años es el responsable del 66% de las emisiones de CO2 a la atmósfera en los últimos dos siglos y medio. Casi nada.
Por eso, aunque hablamos de escalas minúsculas, se recomienda utilizar el transporte público en lugar del coche particular, y apostar por la electrificación para abandonar la gasolina y el diésel. Solo los aviones son responsables del 2% de las emisiones de contaminación globales.
Este es el mismo motivo sobre el que respalda la sustitución de calderas de gasoil, o que justifica las restricciones a sectores como el de la moda o la misma generación tradicional de electricidad. Ah, y no nos olvidemos de la ganadería, responsable de más del 18% del pastel. Los aerosoles ponen la coletilla.
¿Qué tienen que ver las plantas y los árboles con el calentamiento global? Bueno, los bosques y las selvas tienen un papel crítico en la absorción de CO2 y la emisión de O2. Al eliminarlas se merma este proceso, dejando libres muchos más gases de efecto invernadero.
En cifras, los bosques se encargan de eliminar unas 7.600 millones de toneladas de carbono al año (el 20% de todas las emisiones). Para que te hagas una idea, solo en 2019 la destrucción de la selva tropical equivalió en metros cuadrados, al tamaño completo de Reino Unido.
Es un problema de gran envergadura, que nosotros a nivel particular podemos frenar parcialmente reduciendo el consumo de papel, utilizando materiales reciclados y, en definitiva, haciendo un uso responsable de las materias primas que derivan de la madera.
¿Qué pasa si aumenta la temperatura media de la tierra? Entre muchas otras cosas, que las reservas de hielo se reducen. Ergo, el nivel del mar aumenta llevándose por delante ecosistemas, núcleos urbanos y miles de millones de diferentes economías.
De acuerdo con la monitorización danesa del Portal Polar, la Tierra lleva 24 años seguidos perdiendo masa glaciar de Groenlandia. En términos generales, entre agosto de 2020 y el mismo mes de 2021, se perdieron unos 166.000 millones de toneladas de hielo.
Las reservas actuales están en unos 396.000 millones de toneladas. Te pueden parecer muchas, pero es el vigésimo octavo nivel más bajo registrado en los últimos 41 años. Para el año 2050 unos 216 millones de personas se habrán tenido que desplazar por la subida del nivel del mar.
A nivel internacional el Acuerdo de París y la reciente COP26 ya están invirtiendo miles de millones de dólares para frenar el cambio climático. Hay múltiples objetivos proyectados a 2050 que nos permitirán saber si estamos corrigiendo el desastre o vamos camino de las peores previsiones.
A nivel particular no podemos ignorar que, como bien señala Oxfam-Intermón, el 1% más rico de la población mundial es responsable de más del doble de las emisiones de gases de efecto invernadero que los casi 3.100 millones de personas que conforman el 50% más pobre.
Nuestra capacidad para frenar el calentamiento global, por tanto, está limitada. Pero no completamente anulada. Aquí van algunas ideas para el día a día:
Todo esto no frenará el cambio climático, pero sí ayudará a reducir su avance durante las próximas cinco décadas. El reto medioambiental es de toda la especie, no de unos solos individuos, por eso no debes caer en falacias pesimistas.
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