Contenido
La tecnología relacionada con la obtención de energía solar no para de evolucionar y superarse. Un claro ejemplo es las células solares orgánicas, una brillante innovación que podría convertirse en el futuro de la energía solar.
La energía solar es una gran forma de obtener energía limpia y responsable con el medio ambiente, por eso su innovación es tan importante para la sociedad. Además, buscando aparatos con un menor coste de producción, se haría este tipo de sistemas más asequible y accesible para más personas.
Lo interesante de estas células, a parte de sus materiales y propiedades, son todas las posibilidades que ofrecen de cara a la futura innovación de la energía solar. Como aún se encuentran en fase de desarrollo queda tiempo hasta que podamos verlas en acción.
Si te interesa estar a la vanguardia de las innovaciones relacionadas con la energía verde y sostenible tienes que conocer todos los detalles sobre las células solares orgánicas, como su funcionamiento, sus ventajas y desventajas y mucho más.
Las células solares orgánicas, también llamadas celdas fotovoltaicas orgánicas (OPV) son lo que podríamos llamar tercera generación de tecnología de células solares. Sus elementos normalmente se disuelven en tinta y luego se imprimen en plásticos delgados.
Como los elementos que las componen pueden ser diversos, se las puede llamar “células solares de plástico” o “células solares de polímero”. Estas células tienen una capacidad increíble para absorber la luz del sol, mucha más que cualquier otro tipo de célula solar.
Tienen una gran variedad de usos gracias a su delgadez y flexibilidad, como instalarse en superficies curvas y respaldos flexibles. La mayoría de los productos en los que se usaría están en desarrollo, lo que demuestra la innovación que aportan todas sus posibilidades.
Este producto aún en desarrollo, en vez de usar silicio como absorbente (como hacen otras células solares cristalinas más tradicionales) usa un polímero o una célula de molécula pequeña hecha de materiales a base de carbono y electrónica orgánica.
Esta composición forma una célula solar muy ligera, flexible y de película delgada, solo posible con esos materiales y elementos concretos.
Aunque la primera célula solar se desarrolló en 1958, hasta la década de los 2000 no se mejoró su eficiencia. Las células producen electricidad a través del efecto fotovoltaico. Este efecto implica la conversión directa de la luz en electricidad a nivel atómico.
Pero ese efecto es el mismo en varios dispositivos como las células silicio. La única diferencia es el material semiconductor de las células, ya que las orgánicas usan de semiconductor un compuesto a base de carbono.
Teniendo en cuenta las condiciones concretas de España, además de que las células solares orgánica aún no son tan eficientes como las de silicio de las placas solares convencionales, solo podemos limitarnos a aplicaciones de baja potencia. Y en todo caso especular para el futuro.
Por el momento, las principales aplicaciones de las células solares orgánicas son en la generación de energía eléctrica para dispositivos electrónicos portátiles, sensores, y pequeñas aplicaciones de energía solar. Actualmente podemos encontrar algunos ejemplos de la aplicación de esta innovadora tecnología.
Por ejemplo, en baterías de dispositivos electrónicos portátiles como móviles o relojes inteligentes. También en sensores de baja potencia usados en la medición y el control de procesos industriales, ambientales y médicos. Además de la iluminación de baja potencia como farolas solares o señales de tráfico.
Las células solares orgánicas implicarían un menor coste de producción si se compara con las células solares de silicio. Además, su ligereza y flexibilidad las convierte en una gran opción para aplicaciones portátiles y en superficies curvadas.
Además, implican una mayor facilidad de fabricación en grandes cantidades gracias a los procesos de impresión. Tienen una gran resistencia a la radiación y al paso del tiempo. Y su impacto ambiental es mucho menor en comparación con el de las células solares de silicio.
Aunque este tipo de células presente muchos beneficios, también tiene inconvenientes, ya que, por ejemplo, su eficiencia energética es limitada en comparación con las células solares de silicio.
Además, tienen menos estabilidad térmica y química, lo que resude su capacidad de soportar condiciones extremas de humedad y temperatura. Y son más sensibles a la luz, lo que implica que pierden eficiencia al exponerse a condiciones de baja luminosidad.
Y como son un proyecto todavía en desarrollo, tienen menos disponibilidad en el mercado si lo comparas con las células solares de silicio, por lo que debes esperar para adquirirlas como particular.
Una gran parte del desarrollo de estas células recae en la mejora del rendimiento de los dispositivos en cuanto a eficiencia y estabilidad a largo plazo se refieren. Puede que falten algunos años para que los paneles solares formados por células solares orgánicas lleguen al mercado.
Uno de los posibles usos a futuro de las células solares orgánicas es el de usarse como “parches” o integrarlas en telas de diferentes elementos como tiendas de campaña, ropa o mochilas. También sería interesante usarlas en vehículos eléctricos o de forma integrada en los edificios, como las ventanas solares.
También podría ser empleada en aplicaciones militares como sistemas de vigilancia, equipos de comunicaciones y sensores de todo tipo. Además podría usarse, como explicamos en el caso de España, en sistemas de iluminación (tanto públicos como privados), sensores y dispositivos electrónicos portátiles.
Si quieres saber más sobre sistemas de energía solar, en EnergyGO somos unos expertos en el tema. Entra en nuestra web o llámanos al 900 622 700 y deja que te ayudemos en lo que necesites. ¡No te lo pienses más y empieza a ahorrar energía ya!