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Las consecuencias del calentamiento global son irreversibles. Así lo advierte la ONU en uno de sus informes más recientes. Entre ellas, la aceleración del ciclo del agua, que puede provocar un aumento de lluvias y temperaturas en todo el planeta, pero ¿qué es el ciclo del agua y cómo le afecta el cambio climático?
El ciclo del agua o ciclo hidrológico es el proceso de circulación y transformación del agua en la Tierra. El agua es el centro de la vida y del desarrollo sostenible en nuestro planeta.
Por eso, su alteración con el cambio climático puede tener efectos desastrosos para todos los seres vivos, incluido el ser humano.
Como sabes, el agua circula en diferentes estados: sólido, líquido y gaseoso. Esto explica las cinco etapas del ciclo del agua, que podrían verse afectadas a causa de la emergencia climática:
El ciclo del agua se inicia con la evaporación, que va desde la superficie del planeta hacia la atmósfera. A través de la radiación solar, el agua de los ríos, mares y océanos empieza a calentarse y evaporarse, pasando de estado líquido a gaseoso.
Además de los rayos del sol, hay otros factores ambientales que también son muy importantes para que el agua se evapore, como la temperatura, la velocidad del viento o el nivel de humedad. Cada día, el sol evapora más de un billón de toneladas de agua.
Los seres vivos también ayudan en el proceso de evaporación. En el caso de las plantas, lo hacen a través de la transpiración (a partir de sus poros o estomas), mientras que los animales y seres humanos contribuyen con la sudoración.
Esta segunda etapa es muy similar a la anterior, ya que los seres vivos facilitan que el agua pase del estado líquido al gaseoso, elevándose hacia la atmósfera.
Una vez que el agua líquida se ha evaporado, se produce la condensación. Es el proceso contrario a la evaporación: del estado gaseoso vuelve a su estado líquido inicial.
El agua evaporada que sube a la atmósfera se enfría. A mayor altitud, las temperaturas son más bajas. Por eso, el enfriamiento del vapor de agua hace que recupere su estado líquido y se acumule en las nubes en forma de gotitas.
Tras el enfriamiento del vapor de agua y la acumulación de gotitas, se producen las lluvias y caen a la superficie terrestre por efecto de la gravedad. A su vez, una parte del agua se evapora y vuelve a la atmósfera, mientras que otra cantidad de agua se infiltra en el suelo o cae al mar.
Las precipitaciones pueden ser de varios tipos: lluvia, nieve o granizo. Estas dependerán de las temperaturas de cada zona. Con el cambio climático, el planeta se volverá cada vez más seco en algunos lugares del planeta. En cambio, otras zonas sufrirán un aumento de lluvias, con inundaciones extremas.
Estas alteraciones en el medioambiente harán que muchos seres vivos se vean obligados a adaptarse a nuevas condiciones de vida y algunos no sean capaces de sobrevivir. Por lo tanto, algunas especies se extinguirán al verse modificado su ecosistema o hábitat natural.
La última fase del ciclo del agua es la escorrentía. También se conoce como recolección. El agua circula por la superficie fluvial y terrestre. Aquí se incluyen los mares, ríos, lagunas, océanos, suelos y también los canales subterráneos.
Es un proceso de la naturaleza que nunca termina. Todos los seres vivos se benefician de cada etapa del ciclo del agua. Ante todo, es fundamental que el ser humano contribuya al cuidado y conservación del agua.
Ahora que ya sabes en qué consiste el ciclo del agua, cuáles son sus fases y cómo le afecta el cambio climático, estos son algunos consejos con los que puedes contribuir al cuidado del medioambiente:
La ONU es muy clara y asegura que 6000 millones de personas en todo el planeta sufrirán la escasez de agua para el 2050, es decir, un 60% de la población mundial. Esto se debe a que el volumen de agua potable disponible es escaso.
El primer paso es hacer un uso más eficiente y reducir el consumo del agua, cuando no sea necesario, en todos los hogares. Asimismo, el control de los diferentes canales de agua (tuberías, embalses, etc.) es fundamental para ahorrar agua.
Otro problema que afecta a la calidad del agua es su contaminación. El uso de sustancias químicas (como pesticidas y detergentes) hacen que disminuya la cantidad de agua potable que hay en el planeta.
Por eso, es muy importante utilizar productos (de limpieza, envases, etc.) a ser posible orgánicos y no artificiales, evitando la intoxicación del agua.
Una mejor gestión del agua potable por parte de las industrias hídricas hará que todas las personas tengan un fácil acceso en cualquier lugar del planeta. Tanto la ONU como la Unión Europea han apoyado diversas iniciativas que promueven el cuidado del agua y su distribución igualitaria y sostenible a nivel global.
A su vez, la NASA y la Agencia Espacial Europea ya han puesto en marcha recursos para hacer investigaciones relacionadas con el agua. El objetivo es prevenir catástrofes naturales (como inundaciones) y mejorar la calidad del agua.
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