Las condiciones que deben cumplirse para que el planeta sea un lugar habitable son muchas. Es necesaria una temperatura adecuada, que la tierra sea cultivable, aire limpio, unos niveles de radiación comprensibles… Uno de estos procesos, que tiene consecuencias para el cambio climático, es el ciclo del carbono.
El ciclo del agua no es el único proceso que se repite a diario y ayuda a que exista la vida en el planeta. El carbono es uno de los elementos más abundantes y tiene una gran importancia, aunque poca gente lo sepa.
El problema llega cuando el ciclo de carbono es alterado por nuestra culpa. En especial, hay que poner la lupa en el uso descontrolado de los combustibles fósiles. De esta forma, se complica el principio de sostenibilidad.
Se podría decir que el ciclo de carbono son todos los procesos por los que esta sustancia se intercambia la biosfera, hidrosfera, atmósfera, etc. Es un poco complejo, pero vamos a intentar explicarlo de una manera sencilla.
La primera parte de este ciclo empieza con la fotosíntesis. Cuando las plantas hacen este proceso necesitan capturar dióxido de carbono y otras materias para liberar oxígeno.
Esas plantas se las comen más tarde los animales herbívoros, que a su vez son la comida de los carnívoros. En todos estos pasos, se va pasando el carbono entre los seres vivos. Las personas entramos en el siguiente escalón de la cadena alimenticia.
Todos estos seres vivos expulsan, a su vez, dióxido de carbono cada vez que respiran. Parte de esa sustancia vuelve a las plantas, pero otra se queda en tejidos orgánicos, lo que termina por provocar carbón o petróleo.
Otro de los lugares a los que suele ir a parar el carbono son los mares y océanos. Es normal, a fin de cuentas, constituyen el 70% de la superficie del planeta.
Los mares y océanos son los principales sumideros de carbono del planeta. Las rocas calizas también se encargan de acumular una inmensa parte de esta sustancia.
Uno de los motivos por los que se almacenan en estos lugares es por la temperatura a la que se mantienen. Es mucho más fácil que se conserven en un clima frío.
Ahora bien, cuando aumentan las temperaturas los océanos desprenden dióxido de carbono otra vez. Lo mismo pasa cuando hay una erupción volcánica.
Todo ese dióxido de carbono que se libera es recogido por las plantas o acaba en otros sumideros, de modo que se repite el mismo proceso una y otra vez. La duda es ¿cómo influimos las personas y la quema de combustibles fósiles?
Seguramente ya te lo imagines, pero el ser humano es uno de los principales responsables de modificar el ciclo del carbono. Todos los procesos naturales están muy conectados, por lo que un pequeño cambio puede hacer un gran efecto dominó.
La quema de combustibles fósiles es la culpable de que el ciclo de carbono no se pueda realizar a su ritmo. El problema es que se genera más dióxido de carbono del que las plantas pueden absorber.
Al producirse tanto dióxido, las plantas son incapaces de absorber todo y este se queda en la atmósfera. Este aumento del gas produce que aumente el efecto invernadero.
No es el único culpable directo. El aumento de la temperatura del planeta debido al cambio climático hace que los mares y océanos liberen todavía mas dióxido de carbono.
La deforestación de los bosques es otro de los responsables. Al haber menos vegetación en el planeta, es mucho más difícil que se procese todo ese dióxido de carbono que se queda en el aire.
Como puedes ver, todo está interconectado. Si se consigue reducir la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera, disminuiría el efecto invernadero y los mares no expulsarían tanto gas. De esta manera, el ciclo podría volver a ser sostenible.
La intervención en este proceso es muy perjudicial para el planeta y todos los seres vivos que lo habitamos. A fin de cuentas, estamos interfiriendo en un proceso que es fundamental para nuestra supervivencia.
El efecto directo más importante es que es muy importante para regular la temperatura general del planeta. Es lógico, el efecto invernadero aumentará en tanto que aumenta el dióxido de carbono en la atmósfera.
Por eso, si se interrumpe el ritmo natural del ciclo del carbono aumentan las temperaturas y empeora la calidad del aire que respiramos. Por tanto, lo suyo es que tengamos mucho cuidado y respetemos este proceso.
En definitiva, es muy importante que cuidemos el medioambiente. Al fin y al cabo, el planeta Tierra es nuestra casa y no podemos hacer una mudanza cuando nos interese. Tampoco olvides que es muy difícil encontrar un sitio que reúna todas las condiciones que necesitamos para vivir.
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