Las placas solares han inundado tejados y azoteas tanto de las viviendas como de los edificios de oficinas y empresas, y está bien, pero tiene muchos otros usos que a veces pasamos por alto. Un ejemplo de esto son las lámparas solares que pueden iluminar nuestro jardín sin consumir luz de nuestro hogar.
Seguro que alguna vez has visto las clásicas luces que se pinchan en el césped y tienen una plaquita en la parte superior, esas son un ejemplo, pero no son las únicas. De hecho, antes de hacerte con unas lámparas de este tipo, te recomendamos que tengas en cuenta ciertos aspectos.
Sí, todas las lámparas solares funcionan con la ayuda de la placa fotovoltaica que tienen en la parte superior. Esta capta toda la energía del sol durante el día, la almacena y después la libera por la noche para que tu bombilla alumbre.
Sin embargo, aunque el proceso es el mismo, ni el color, tamaño, posición ni orientación es el mismo en todas. Por eso mismo debes comparar estos criterios antes de lanzarte a la piscina y comprar la primera que veas.
Aunque parezca lógico, tienes que colocar tu lámpara solar en un espacio que reciba luz solar durante la mayor parte del día a ser posible. Si no, la cantidad de energía almacenada será menor e incluso puede ser que la intensidad también disminuya.
Otro punto importante a la hora de elegir una lámpara solar es que tengas en cuenta si va a ser una lámpara principal, de apoyo, solo de adorno… Es importante tener esto claro para filtrar el catálogo y conseguir la que más se adecúe a tus necesidades. Por ejemplo, para decorar vale con una guirnalda o bolitas luminosas.
En función de lo anterior también cambia el tipo de lámpara que te recomendamos instalar en tu jardín. Aquí te dejamos una pequeña lista con los modelos más comunes.
Los apliques solares se colocan justo en la pared para iluminar espacios como senderos o caminos entre el jardín y diferentes partes de la casa. Estos se recomiendan para una iluminación decorativa porque es indirecta, más de ambiente.
Este tipo de lámpara solar tiene una iluminación más potente que da luz a espacios como las entradas de la casa. Para saber cuándo encenderse cuentan con sensor de movimiento, así que además previene caídas e incluso posibles robos.
Son ideales para colocar justo al pie de un árbol o en una terraza por ejemplo. Además, son fáciles de instalar y vienen muy bien para marcar un lugar concreto o también crear una iluminación de ambiente.
Su diseño es sencillo pero elegante y quedan muy bien como iluminación de senderos o terrazas. Dan una iluminación media para que no te deslumbre, pero a su vez tampoco te caigas por el camino. Su instalación es supersencilla y además son muy ligeras, por lo que puedes cambiar estas farolas cuando quieras.
Otro aspecto muy importante es la cantidad de luz que de la lámpara. La medida que se utiliza para indicar esto son los lúmenes y aparecen en las cajas o especificaciones, aquí te hacemos un resumen.
Aunque parezca algo menor, es importante que la autonomía de la lámpara solar funcione durante toda la noche si quieres que realmente sirva para algo. Existen modelos de todo tipo que van desde las cuatro horas de duración hasta las 24 horas con una carga.
Como todo lo anterior, la elección depende de tus necesidades. Si solo quieres tener el sistema de lámparas solares operativo ocasionalmente, pues te sirve. Aun así, para los modelos con menos autonomía está bien la inclusión de sensores de movimiento.
El índice de protección de una lámpara solar indica cuál es el grado de protección contra las gotas de agua, polvo y demás cuerpos sólidos.
Por tanto, si tienes una lámpara fija a la pared, el índice IP44 sirve de sobra. En cambio, para los que focos que están instalados en una terraza al aire libre en la que puede llover, la protección IP 67 es más adecuada.
Este apartado, aunque forma más parte del gusto personal ya que es meramente estético, la temperatura de la bombilla influye en si quieres luz cálida o fría. Por lo general viene expresada en grados Kelvin (K). Si no sabes a qué color hace referencia cada grado, aquí te traemos la chuleta.
Si quieres que el color sea color cálido, los grados Kelvin tiene que ser menor a 3000K. En el caso de que quieras un blanco neutro “puro”, lo que tienes que hacer es comprar una lámpara que esté entre 4000 y 5000 grados Kelvin. Por último, si prefieres una luz fría, la bombilla tendrá que superar los 6000 K.
Teniendo todo esto en cuenta, comprarás la lámpara solar más adecuada para tu jardín y conseguirás ahorrar tanto dinero como energía.Y no solo nos referimos a dinero en la compra, sino también en la factura mensual de la luz gracias a sus placas solares.
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