Se te rompe algo de casa y no tienes ni idea de qué decisión tomar para solucionarlo. Es algo bastante común que suele darse día sí día también. No hablamos de cambiar la nevera, sino de cosas algo más técnicas.
Y no, no basta con confiarlo todo al electricista o el servicio técnico. Hay elementos básicos que deberíamos conocer si poseemos una casa con instalación eléctrica. Cosas, por ejemplo, como saber elegir entre un contador monofásico o uno trifásico.
Aunque a simple vista pueda parecer una decisión poco relevante, de ella dependerán factores vitales del consumo energético, como la potencia del hogar y la factura de la luz.
El sistema eléctrico de un hogar en el que enchufamos nuestros electrodomésticos o ponemos nuestras bombillas, cuenta con un punto de entrada, otro de control y varios de salida.
Este centro de control es el contador, también llamado vatihorímetro; componente encargado, como bien dice su nombre, de contar y registrar la cantidad de luz que consumimos durante un periodo de tiempo concreto.
Gracias a él pagamos exactamente lo que nos corresponde. No es extraño, su utilización es obligada por ley (y tratar de alterarlo conlleva importantes multas).
Normalmente es propiedad de la distribuidora de luz, por lo que su mantenimiento y alquiler lo abonamos todos los meses en la factura emitida por la comercializadora. Ahora bien, ¿sabemos cómo funciona?
Los contadores eléctricos han evolucionado desde sus inicios. Los más antiguos, llamados electromecánicos, funcionaban gracias a la interacción entre los bobinados de corriente y de tensión que creaban una corriente y hacían girar las agujas de su cuadrante.
Con el paso del tiempo su sistema de funcionamiento ha ido evolucionando hasta llegar al contador digital, también llamado “inteligente”.
Este permite hacer lecturas mucho más precisas que el electromecánico, y lo que es más importante: llevarlo a cabo en tiempo real.
Si está a punto de colapsar el sistema eléctrico de tu casa, el contador suele avisar con un parpadeo constante. Si por el contrario la luz es fija, quiere decir que el sistema está bloqueado.
De esta manera y a diferencia de los más antiguos, además de ser los responsables de registrar nuestro consumo, avisan en caso de colapso y del estado de la red del hogar.
Aunque el modelo del contador no haya dejado de perfeccionarse, siempre han existido dos subcategorías relacionadas directamente con el tipo de sistema eléctrico que hay en los hogares: monofásico y trifásico.
Una instalación monofásica se caracteriza, como bien indica su nombre, por ser de una fase, tener una tensión de 230 V y una potencia máxima de 14 kW.
Esto quiere decir que la energía entrante en un hogar está compuesta por una toma de cable neutro (el que devuelve la corriente al sistema), uno de fase (el encargado de proveer de energía a una casa) y, dependiendo de la instalación, uno de tierra (para derivar la electricidad en caso de fuga).
Un sistema eléctrico monofásico implica que, en caso de un corte ocasionado por superar la potencia, caerá toda la red de electricidad del hogar ya que todos los electrodomésticos, enchufes y bombillas estarán sustentados por la misma fase.
Este contador, por tanto, se encarga de controlar el consumo de aquellas instalaciones con una sola corriente alterna. ¿Qué beneficios obtenemos de algo así? Desde luego protegernos de apagones no.
Si hoy todavía sigue existiendo la instalación monofásica es solo porque consume bastante menos energía que su homónima de varias fases. Y en una época en la que prima la sostenibilidad, ese es un factor a tener en cuenta.
La instalación trifásica se caracteriza por asumir una potencia de hasta 20.000 kW y una tensión de entorno a los 380 V, más características de empresas e industrias.
Su sistema de cableado además de incluir los tres tipos de cables mencionados en el apartado del contador monofásico, cuenta con tres adicionales de fase. ¿Qué demonios significa eso?
El contador trifásico se encargará de controlar el consumo de una instalación con tres fases y tres corrientes alternas. Por lo que, en caso de que haya saturación de una fase, esta no afectará a las restantes.
O lo que es lo mismo: que contará de forma independiente el consumo que se haya realizado en cada fase.
Viendo la información expuesta, así como la tensión y potencia de cada sistema eléctrico, parece que lo más adecuado es contar con una instalación monofásica para un hogar.
Contratar un sistema trifásico, es decir, ignorar la lógica, cuando la potencia y tensión que necesita un hogar está por debajo de sus estándares, significaría hacer un uso irresponsable de la energía.
En un momento en el que alcanzar la sostenibilidad medioambiental se ha convertido en una de las principales prioridades de los gobiernos e instituciones internacionales, sería como poco reprochable.
Además, si hablamos en términos económicos, la instalación trifásica implica también pagar más por una potencia que, normalmente, las casas no necesitan, por lo que también resultaría irracional.
Pero esta situación ha cambiado gracias a los contadores inteligentes. Como comentábamos, lo normal al implementar un sistema trifásico en una casa es tener que ampliar la potencia contrada, algo que hoy en día ya ha dejado de ser necesario.
Los contadores inteligentes trifásicos ofrecen la oportunidad de distribuir la potencia que necesita un hogar (si necesidad de contratar más de la que se necesita) en las tres fases del sistema eléctrico.
De esta manera si una casa requiere 7kW, se puede distribuir la potencia, por ejemplo, en 5 kW para la primera fase, 1 kW para la segunda y 1 kW para la tercera.
Gracias a ello se pueden obtener los beneficios del sistema monofásico (una potencia más ajustada a las necesidades de un hogar) y los del trifásico (evitar que salte la luz).
Si quieres que tu decisión sea lo más acertada posible, te aconsejamos que primero compruebes si la potencia contratada en tu casa es la adecuada.
En caso de que esté dentro de los parámetros del sistema monofásico, no será necesario que te cambies. Si, por el contrario, tu consumo de energía es elevado y temes que tu luz pueda saltar y dañar el sistema al completo, pásate a la trifásica.
Gracias a los contadores inteligentes el gasto no será elevado y podrás hacer uso de la energía de tu casa sin ninguna preocupación ni costes innecesarios.
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