El ahorro energético (y de dinero) es el objetivo que todos perseguimos día tras día. En su búsqueda a veces nos olvidamos que el consumo de algunos electrodomésticos, por poco que los usemos, también es crucial, en este caso hablamos de la plancha o centro de planchado.
La ropa la queremos siempre limpia, lisa y ready para ponérnosla, pero claro, para ello hay que pasar por el proceso de planchado. Da pereza, lo sabemos, pero con las nuevas tecnologías cada vez es más sencillo y rápido tener la ropa bien planchadita.
Además, en los últimos años ha surgido una alternativa más avanzada: el centro de planchado. Es más rápido, pero ¿más eficiente? Aquí vamos a ver cuál es el consumo de una plancha común, del centro de planchado y qué opción te renta más.
Las planchas "de toda la vida" han sido durante mucho tiempo el electrodoméstico que hogares en todo el mundo han usado para tener la ropa lista y sin arrugas. Estas son compactas y fáciles de usar.
Las planchas ofrecen una solución rápida y efectiva para eliminar las arrugas de la ropa. Sin embargo, ¿cuál es su eficiencia en cuanto a consumo energético?
Una plancha convencional generalmente consume entre 1000 y 1800 vatios de potencia. Esto significa que, en una sesión de planchado típica, que dura aproximadamente una hora, una plancha podría consumir entre 1 y 1.8 kWh de energía.
No es mucho mucho, pero si planchas regularmente, este consumo podría acumularse significativamente en nuestra factura de electricidad a lo largo del tiempo.
A diferencia de las planchas convencionales, los centros de planchado son una evolución tecnológica en el mundo del cuidado (y planchado) de la ropa. Estos dispositivos integran un sistema de vaporización más potente y eficiente, lo que permite un planchado más rápido y efectivo.
Además, la mayoría de los centros de planchado cuentan con funciones de regulación de temperatura y vapor, lo que proporciona un mayor control sobre el proceso de planchado. Por tanto, a priori, parecen tener un mejor equilibrio de consumo y eficiencia ¿no?
Pues bien, en términos de consumo energético, los centros de planchado generalmente consumen más energía que las planchas convencionales debido a su potencia de vaporización más alta. Claro, más vapor y calor igual a más energía para producirlo.
Sin embargo, su eficiencia en el planchado puede resultar en un tiempo total de planchado reducido, lo que podría contrarrestar parte de este aumento en el consumo.
Los centros de planchado suelen consumir entre 1500 y 2500 vatios, lo que equivale a un consumo de energía de alrededor de 1.5 a 2.5 kWh por hora de planchado. Puede parecer mucho más, pero hay que tener en cuenta que más o menos te da tiempo a planchar el doble casi.
Vale, ahora que tenemos en mente los gastos aproximados de ambos electrodomésticos, aquí vamos a señalar cuáles son los puntos diferenciales entre ellos para saber cuál nos renta más.
A pesar de que los centros de planchado tienden a consumir más energía por hora, su potencia de vaporización superior hace que en un tiempo de planchado más corto puedes planchar la misma ropa que con el método convencional.
Por eso mismo, si tenemos en cuenta la cantidad de ropa y no la de kwh, a largo plazo el centro de planchado es mucho más rentable.
Como señalábamos antes, los centros de planchado, gracias a su potencia de vaporización, tienen la capacidad de eliminar arrugas con mayor facilidad y rapidez.
Esto significa que es posible necesitar menos pasadas para planchar una prenda en comparación con una plancha convencional, lo que podría reducir el consumo de energía por prenda.
Los centros de planchado te dan la opción de controlar la temperatura y el vapor de forma directa. Gracias a ello puedes ajustar estos parámetros según el tipo de tela para que quede todo bien liso pero sin dañar el tejido.
Esto se traduce en un uso más eficiente de la energía al adaptar el planchado a las necesidades específicas de cada prenda. El centro de planchado en esto es mucho más versátil y tiene un abanico de opciones mayor.
Por tanto, teniendo en cuenta solo el consumo, la elección entre plancha convencional y centro de planchado sería fácil: la segunda opción. Pero ojo, porque no todo son los kWh.
La elección entre una plancha convencional y un centro de planchado dependerá de diversos factores, incluidos los hábitos de planchado individuales, el tipo de prendas y la importancia asignada al consumo energético.
Si bien los centros de planchado tienden a consumir más energía debido a su potencia de vaporización, su eficiencia en el tiempo y la capacidad de planchado podrían influir en la balanza. Pero también lo hace su precio, que suele ser mayor (así como su peso).
Para los usuarios preocupados por el consumo energético, es importante tener en cuenta que, independientemente del dispositivo elegido, existen prácticas que pueden reducir el consumo general.
Algunas de ellas pueden ser planchar grandes cantidades de ropa en una sola sesión y aprovechar al máximo las funciones de control de temperatura y vapor.
Pero como siempre decimos, la elección de una compra, por pequeña que sea, depende de tu decisión personal. No hay nadie que sepa más cuáles son tus necesidades, por lo que si planchas poco, mucho, puedes invertir más o menos, es cosa tuya.
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