Electrodomésticos
Mejores ventiladores sin aspas para casa: tipos y consejos
Esos modernos dispositivos conseguirán que tu espacio esté fresco sin hacer ruido, ocupando poco espacio y con un diseño muy elegante.
Un refresco, hielo y mucho abanico pero... ¿qué pasa por las noches? En verano siempre surge la duda de si apostar por la comodidad a cambio de más inversión, o aguantar el calor para ahorrar. ¿Es bueno dejar el aire acondicionado encendido por la noche?
Los expertos dicen que la temperatura perfecta para dormir está entre los 22 y 24 grados, algo mucho más bajo de lo que hace en la calle. Por eso miso, cuando por la noche suele hacer más calor tendemos a poner el aire acondicionado, pero con el precio de la luz ¿cómo dormimos frescos sin arruinarnos?
Según varios estudios, casi 8 de cada 10 personas no duermen bien en verano si no tiene aire acondicionado. Pero claro, también hay que tener en consideración el gasto energético que esto supone a la factura de la luz de final de mes.
No estamos diciendo que dejes de usar el aire acondicionado para dormir por la noche, sino que lo hagas de forma responsable. Para ello, aquí te vamos a dar una serie de consejos que puedes aplicar cada noche para reducir el consumo de energía y dormir fresquito.
La mayoría de estos dispositivos tienen una función de ahorro de energía o modo “ECO” que te ayudará a reducir su consumo. El aparato regulará automáticamente la velocidad, intensidad e incluso temperatura, lo que hará que el ahorro llegue al 30%.
Los modelos más modernos cuentan con la opción de programación que te dejará configurar a qué hora se encenderá y se apagará automáticamente. Esto es muy útil para que siempre que estés en casa esté fresca y así no necesites ponerlo a tope en cuanto llegues asado de la calle.
Además, si quieres puedes programar que se encienda y apague durante la noche para conciliar mejor el sueño y que después se vuelva a encender más adelante y la temperatura no suba excesivamente.
Aunque lo recomendable es que en verano tengas las ventanas abiertas para que haya corriente, si vas a usar un aire acondicionado cierra todo. De lo contrario estarás tirando energía por la ventana, de forma literal además. Fuera siempre hará más calor que dentro con el aire puesto.
Como cualquier electrodoméstico que pasa muchas horas funcionando y después queda parado durante meses, el aire acondicionado necesita revisión. Antes de que empiece el verano llama a un técnico para que le eche un vistazo y limpie los filtros si hace falta, así también consumirá menos.
Como señalamos, la temperatura ideal son los 22-24 grados, por lo tanto, no te pases bajando el aire a 18 grados porque, además de consumir más luz, también te pondrás malo. Aproximadamente, por cada grado que bajas, el consumo se incrementa un 8%.
El chorro de aire que sale del artefacto tiene una temperatura mucho más baja que la del ambiente, por lo que, si solo enfoca a una zona, el resto de la habitación estará con más calor.
Por eso, la mejor opción es que lo pongas en modo “swing” para que la temperatura se distribuya por todo el espacio y así tampoco te congeles durante la noche.
Además del gran gasto de energía que se verá reflejado en tu factura de la luz, usar abusivamente el aire acondicionado puede afectarte a la salud. Durante el sueño, la temperatura de tu cuerpo desciende al mínimo (temperatura basal).
Por eso mismo, poner el aire a tope para que la habitación esté a 18 grados puede acabar causando un grave problema. Las consecuencias más conocidas son la irritación e inflamación de garganta y vías respiratorias. Además, siempre suelen estar acompañadas por un catarro o incluso otitis.
Para que no te pase esto, aquí vamos a darte otros trucos que, además, también ayudarán a reducir el consumo de tu aire acondicionado durante la noche.
El modo “Sleep” suele estar configurado para reducir la temperatura del ambiente justo cuando estás empezando a dormirte y después cuando ya estás en el quinto sueño, se apaga o reduce al mínimo la intensidad.
Si no dispones de este modo, puedes tirar del “Timer” clásico que apagará el dispositivo un tiempo después de que lo hayas encendido. Eso sí, tras estar varias horas en la habitación con él apagado, puede volver a la temperatura anterior.
En un ambiente seco y con el aire acondicionado funcionando muchas horas, es necesario que utilices un humidificador para contrarrestar la sequedad del ambiente. Además, algunos modelos permiten que eches hielos o agua helada para refrescar el ambiente sin irritar tu garganta y nariz.
En numerosas ocasiones pasamos demasiado calor durante el día y acumulamos calor tras estar varias horas al sol. Por eso, lo mejor es darse una ducha de agua fresca antes de dormir para reducir la temperatura corporal y dormir más a gusto y más si tienes el pelo mojado.
Siguiendo estos consejos podrás dormir fresquito, con un consumo mínimo del aire acondicionado y sin dejarte todos tus ahorros en la factura de la luz. Si quieres dar un paso más y reducir lo que pagas a fin de mes aún más, echa un vistazo a nuestras tarifas de luz.
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