Uno de los principales problemas para la biosfera son las especies invasoras de España, muy peligrosas y cada vez más presentes. Estos animales entran en nuestro ecosistema y son capaces de desplazar o incluso acabar con algunas familias de la fauna autóctona.
Las especies invasoras se adaptan a nuestro entorno y de alguna manera consiguen colonizarlo. Por su culpa, la cadena alimentaria se desbalancea y algunos animales terminan por extinguirse.
En España existe una gran cantidad de invasores que perjudican la biodiversidad. A continuación, te enseñamos los más peligrosos.
El visón americano es uno de los animales que más perjudican el ecosistema de los ríos. Este mamífero se introdujo en España de forma artificial, para beneficio de la industria peletera.
Sin embargo, la liberación de una gran cantidad de ejemplares ha provocado que este carnívoro se establezca como un depredador implacable. Su homónimo autóctono, el visón europeo, es incapaz de hacerle frente.
El visón americano tiene una gran capacidad de adaptación y es mucho más fuerte que el europeo. Además, transmite la enfermedad aleutiana, que puede provocar la muerte en sus presas.
Al principio se comerciaba con este galápago como mascota, sin embargo, las familias se cansaron de esta especie y la comenzaron a liberar.
Este tipo de tortuga es muy agresiva y tiene una dieta muy variada, por lo que dificulta la supervivencia de los animales autóctonos. Su gran tamaño facilita su éxito como especie invasora de España.
Por último, la tortuga de Florida es portadora del virus de la salmonela, que puede llegar a ser un peligro para la población española.
Introducido inicialmente en la península para consumo y usos comerciales, esta especie ha colonizado los ríos españoles.
Este cangrejo es muy territorial, por lo que suele enfrentarse a los animales que se acerquen a su terreno. Asimismo, suelen excavar en los cultivos y destrozar cosechas por hábito.
Esta especie es capaz de recorrer más de tres kilómetros diarios, por lo que su control resulta casi imposible.
Esta ave se introdujo en la península ibérica de manera accidental, por la liberación forzosa o escape de especímenes aislados. Actualmente, España es el segundo país con mayor cantidad de esta especie.
La cotorra argentina compite ferozmente por el alimento contra las aves autóctonas. De hecho, come huevos y caza pollos de aves menores.
A su vez, también perjudica la flora, ya que crea nidos de gran tamaño que pueden acabar con incluso árboles frutales.
El mapache destaca por muchas cualidades, ninguna de ellas buena. Inteligentes, agresivos y portadores de enfermedades; esta especie invasora amenaza Europa desde hace años.
Este animal nocturno carece de depredadores naturales, por lo que puede provocar un gran daño en la biosfera. Aunque se creía que se podían domesticar, los mapaches han demostrado que esto jamás pasará.
Uno de los principales peligros de esta especie es la transmisión de enfermedades. Un mordisco de este animal puede contagiar la rabia, el moquillo o tuberculosis entre otras enfermedades.
Originario de los mares Negro y Caspio, el mejillón cebra es un molusco que provoca enormes daños por su rápida propagación. Hay que destacar que esta especie es capaz de liberar más de un millón de larvas al año.
Este animal es muy peligroso para la biodiversidad marina de España, pero también resulta perjudicial para algunas construcciones. Al expandirse tanto, el mejillón cebra obstruye tuberías y mecanismos de embarcaciones.
En las zonas con gran volumen de mejillones cebra escasea el alimento, ya que esta especie se apropia de enormes cantidades de comida.
Considerada una de las 100 especies invasoras más peligrosas para la biosfera de España, la rana toro es una depredadora muy agresiva. Se alimenta a base de peces, anfibios e incluso otras ranas.
Con una enorme capacidad de adaptación, es capaz de sobrevivir en hábitats muy diversos: pantanos, embalses, ríos, estanques…
Pueden llegar a vivir hasta diez años y provocan un grave desajuste en el ecosistema en el que se introducen. La caza indiscriminada de animales de menor tamaño puede provocar la extinción de algunas especies.
El mosquito tigre llegó a España a través del tráfico de mercancías con el sudeste asiático. Mucho más agresivo que el mosquito común, esta especie invasora provoca grandes picaduras y enormes hinchazones.
Son capaces de localizar a sus presas incluso a 60 metros de distancia y destaca que solo pican las hembras de mosquito tigre. Mientras tanto, los machos se alimentan del néctar de las flores.
Su principal peligro es la transmisión de graves enfermedades como la fiebre amarilla, el dengue o la malaria. Esto la convierte en una especia invasora de España muy peligrosa para la biosfera de España.
Existen varias razones por las que una especie invasora puede aparecer en un país. Algunas de ellas son las siguientes:
Ya hemos mencionado anteriormente casos en los que se comercializa con una especie como mascota y las familias terminan liberando al animal. Esta práctica es perjudicial para la biosfera y poco ética.
En multitud de ocasiones se transportan especies para utilizar su cuero o piel en fábricas. Un mal control de los animales puede derivar en graves peligros para el ecosistema.
Es posible que pequeñas especies se cuelen en aviones o barcos, de esta manera, acceden a territorios que pueden colonizar y desplazan a la fauna autóctona.
Por desgracia, todavía se comercializa con animales extravagantes en gran parte del planeta. En estos viajes pueden suceder varios inconvenientes que terminen con la liberación de algunos especímenes en nuevos ecosistemas.
Antes de que se conviertan en peligros mayores, España debe actuar para frenar el avance de las especies invasoras. Para ello, existen varios métodos de acción.
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