La carga eléctrica es un aspecto que está presente en todos los elementos del universo. En principio la carga eléctrica de elementos como los átomos está equilibrada, pero la exposición al exterior puede hacer que esa carga aumente o disminuya. Además, hay diferentes tipos.
La carga eléctrica es un aspecto inherente a la materia que forma parte de las partículas subatómicas, que son las partes más pequeñas de un átomo. Uno de los factores que contribuyen a la generación de la carga eléctrica es la fuerza de atracción y de repulsión que se desarrolla a través de los campos electromagnéticos.
Todo esto se debe a que la materia puede ganar o perder carga eléctrica, y como consecuencia, queda cargada de forma positiva o negativa. Esa carga es la que forma un campo eléctrico. También es importante el hecho de que en el universo siempre hay carga eléctrica y eso no cambia. Además, las cargas eléctricas no pueden destruirse ni crearse, siempre están presentes. La unidad de medida de la carga eléctrica es el coulombios (C).
En líneas generales se distinguen dos tipos de carga eléctrica. Uno de ellos es la positiva que se representa con el signo +, y el otro la negativa que se identifica con el signo -. Otro aspecto interesante es que las cargas que tienen signos opuestos, es decir, “+ y –“ se atraen y si tienen el mismo signo se repelen. La carga de los electrones es negativa y la de los protones positiva. En este contexto también aparecen los neutrones que tienen una carga neutra.
Cuando los electrones de un objeto se desplazan este se carga eléctricamente. Tampoco pasa desapercibido el hecho de que la carga eléctrica es constante en los sistemas cerrados y en las reacciones químicas.