Para producir la energía térmica es necesario contar con un sistema de turbina y generador. Existen diferentes formas de crearla, una de las más usuales es empleando la turbina de vapor convencional. En este caso se produce la quema de un combustible que produce un vapor a alta presión que se extiende haciendo girar esta turbina que está conectada a un generador que convierte a esta energía en energía cinética y produce electricidad.
También se usan turbinas de ciclo abierto de gas que funcionan pasando el aire por un compresor, posteriormente este aire es mezclado con gas en una cámara, todo esto provoca una expansión de gases que mueven esa turbina que está conectada al generador. Otra modalidad son las turbinas de ciclo combinado que mezclan los dos sistemas anteriores.
Aunque el uso de la energía térmica siempre ha estado asociado a la producción de electricidad, también hay ejemplos del uso de la energía térmica en transportes como los antiguos ferrocarriles con el empleo de la máquina de vapor o en la aviación estando presente en el sistema de propulsión de los aviones que funcionan con un sistema muy parecido a la turbina de ciclo abierto.
La energía térmica posee varias características clave que la hacen indispensable:
Además de sus características fundamentales, la energía térmica también destaca por su:
Existen dos tipos básicos de energía térmica. Uno de ellos es la energía solar térmica que se genera aprovechando el calor de la luz del sol utilizando paneles solares. Esta modalidad de energía es limpia y renovable y se suele utilizar en el ámbito doméstico. Además, su uso está cada vez más extendido porque para producir esta energía tan solo hay que hacer una gran inversión en los paneles solares que se amortiza en poco tiempo.
La otra modalidad es la energía geotérmica que procede del calor generado en el interior de la tierra. Esta energía es aprovechada por generadores que hacen pasar a una planta geotérmica en la que se termina generando energía eléctrica. La energía geotérmica es cada vez más valorada porque es totalmente limpia y produce importantes cantidades de electricidad sin perjudicar al planeta.
La energía térmica está presente en numerosos aspectos de nuestra vida cotidiana. Algunos ejemplos incluyen:
Electrodomésticos: Muchos electrodomésticos, como las planchas de ropa y los calentadores de agua, funcionan a base de convertir la energía eléctrica en térmica.