La ley de Ohm es uno de los postulados que se usan para averiguar las magnitudes de un circuito eléctrico. Fue descubierta por el físico George Simon Ohm y establece que la cantidad de corriente que fluye por un conductor metálico es proporcional a la tensión que pasa a través de él.

La fórmula de la Ley de Ohm indica que la intensidad es igual al voltaje entre la resistencia. En este caso el voltaje es la magnitud que empuja a los electrones a través del circuito para que fluya la corriente. A su vez, la corriente es una muestra de la velocidad que alcanza ese flujo de electrones, y, finalmente, aparece la resistencia que es la oposición que encuentra el flujo de la corriente.

Uno de los principios básicos de la Ley de Ohm tiene que ver con estos factores, ya que una resistencia fuerte impide el paso de la corriente, pero una resistencia débil favorece el aumento del paso de la corriente.

En este sentido cobran una gran importancia los conductores óhmicos que cumplen con la propia ley de Ohm. Esto se debe a que otro de los postulados de esta ley es que el conductor tiene que tener una temperatura constante, ya que la presencia de la resistencia provoca un aumento de la propia temperatura.

¿Dónde aparece la ley de Ohm?

Hoy en día la Ley de Ohm está presente en la creación de circuitos eléctricos y se usa para averiguar la resistencia que se necesita en base a la corriente y a la tensión. Además, esta ley también aparece en el mantenimiento de estos circuitos y en sus diagnósticos.

Otros ámbitos en los que se usa son la ingeniería de potencia con el objetivo de averiguar la eficiencia de los sistemas de creación, consumo y distribución de energía eléctrica. También aparece en la electrónica de potencia formando parte del diseño y del control de los dispositivos electrónicos.