En la era digital, las ondas electromagnéticas se han convertido en un fenómeno omnipresente, tocando cada aspecto de nuestra vida diaria. Desde la comunicación inalámbrica hasta los avances médicos, estas ondas invisibles son fundamentales.
Pero, ¿qué sabemos realmente sobre ellas y su impacto en nosotros? EnergyGO te guía a través de este fascinante tema, despejando dudas y compartiendo conocimiento esencial.
Las ondas magnéticas, también conocidas como ondas electromagnéticas, son un tipo de ondas que se generan por la combinación de ondas que se encuentran en campos eléctricos y magnéticos y que se producen por la influencia de cargas que están en movimiento.
El factor determinante en la ondulación de esta modalidad de ondas son los campos eléctricos y magnéticos y para que se generen las ondas magnéticas es necesaria la presencia de una partícula cargada.
Para la creación de las ondas magnéticas es necesario que se produzca una vibración entre un campo eléctrico y uno magnético y ambos tienen que entrar en contacto. Además, estos campos eléctricos y magnéticos son oscilantes.
Este proceso puede ocurrir de forma natural o ser inducido artificialmente. Veamos cómo sucede esto:
Un rasgo muy destacado de las ondas magnéticas es que se pueden propagar por el vacío sin necesidad de que haya un medio material que las soporte como ocurre en el caso de las ondas mecánicas.
Además, es posible encontrar una variedad de ondas magnéticas que serían las ondas luminosas que se caracterizan por tener una frecuencia que está en un rango de luz visible.
Prácticamente todos los dispositivos electrónicos modernos emiten algún tipo de onda electromagnética. Aquí hay algunos ejemplos cotidianos:
La convivencia con estas tecnologías requiere un entendimiento de cómo funcionan y cómo podemos usarlas de manera que beneficie nuestra salud y bienestar. La distancia, el uso moderado y las medidas de protección como el uso de dispositivos de baja emisión y el mantenimiento de una buena higiene digital pueden ayudar a minimizar la exposición.
Las ondas electromagnéticas son una forma de energía que se propaga a través del espacio, y su interacción con el cuerpo humano ha sido motivo de estudio e investigación. Si bien el espectro electromagnético es vasto, abarcando desde las ondas de radio de baja frecuencia hasta los rayos gamma de alta frecuencia, no todas las ondas electromagnéticas afectan al cuerpo de la misma manera.
La clave está en la moderación y la protección: utilizar dispositivos con sensatez y protegerse adecuadamente de las fuentes de alta frecuencia es esencial para minimizar cualquier riesgo potencial.
Generalmente, las ondas magnéticas no son perjudiciales para el ser humano, pero sí hay personas que pueden tener cierta sensibilidad hacia este tipo de ondas.
Estas personas corresponden a un 5% o 10% de la población y una exposición continuada a las ondas magnéticas puede provocarles dolores de cabeza, dificultades para dormir, sensaciones de irritabilidad o en casos más extremos depresión y aumento del riesgo de padecer cáncer. En estos casos la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tomar precauciones.