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Con el paso del tiempo el consumo de electrodomésticos ha aumentado de forma notable y las tendencias apuntan en la misma dirección: automatización, inteligencia y eficiencia. Y para que estés al día hoy hablamos de la diferencia entre A+ y A++ en el etiquetado de electrodomésticos.
Hablamos de una gran diferencia marcada por pasar de tener lo imprescindible a adquirir los objetos más innovadores, como robots aspiradores o frigoríficos inteligentes, y por el camino los consumidores nos hemos vuelto más exigentes en lo que a etiquetado y consumo energético se refiere.
En este sentido, la versión nueva de cada electrodoméstico supera con creces a la anterior y, en medio de todo esto, ha aparecido el etiquetado energético. Gracias a él podemos conocer cuál va a ser el consumo de un electrodoméstico antes de comprarlo, y los etiquetados A+ y A++ suelen ser los más valorados.
El etiquetado energético ha vivido algunos cambios en los últimos años. Fue en 1995, cuando se comenzó a clasificar el consumo de los electrodomésticos por orden alfabético.
El objetivo era facilitar al comprador la identificación de los electrodomésticos que más luz consumen y los que menos. Por lo que se ideó aplicar esta valoración desde la A para aquellos con menos consumo, hasta la G, para indicar los que más energía necesitan para funcionar.
Más adelante, se fue aplicando la categoría A+, A++, e incluso A+++ para referirse a los que eran superiores en eficiencia. Cada modelo intentaba ser más eficiente que el anterior, por lo que inevitablemente se quedó obsoleta la clasificación del etiquetado.
Aunque a partir de marzo de 2021 el etiquetado oficial volvió a cambiar para pasar de A+, A++ y A+++ al anterior, aun los electrodomésticos siguen teniendo el etiquetado con la subcategoría +.
Para responder esta pregunta, tenemos que dirigirnos al Índice de Eficiencia Energética (IEE), se trata de un indicador que determina el consumo energético de un producto.
Si queremos determinarlo es necesario dividir la potencia del electrodoméstico entre su consumo diario, ambos con la misma unidad de medida: vatios y vatios por hora, respectivamente.
De esta manera sabrás qué electrodomésticos son los que menos energía consumen en función de su potencia, algo especialmente importante para reducir el consumo de luz en los hogares.
Por su parte, la certificación A+ y A++ son de las más eficientes del mercado, dejando a un lado la joya de la corona: la certificación A+++.
Si nos centramos en cuál es la diferencia de consumo entre A+ y A++, hay que decir que es bastante importante. Los electrodomésticos que pertenecen a la categoría A+ (verde claro) consumen en un rango entre el 30% y 42% respecto al 100% de consumo de los menos eficientes, pertenecientes al etiquetado G.
Este punto se encuentra justo por debajo, en términos de consumo, de la categoría A (de color amarillo), la cual representa un consumo entre el 42% y el 55% - respecto al 100% de los menos eficientes- de los productos con dicha categoría.
Si tenemos en cuenta los constantes avances por parte de los fabricantes, hablamos de una categoría intermedia. La cual podría representar una C, incluso D dentro del nuevo etiquetado.
Por su parte, el etiquetado A++ se acerca más a la eficiencia deseada en todos los hogares, y que se corresponde más a los nuevos productos que salen al mercado. El porcentaje de su consumo medio se encuentra en el 30%, a una diferencia de un 5% de la categoría premium, la A+++.
En definitiva, si eliges una misma nevera, por ejemplo, con un certificado A++ en lugar de A+, lograrás ahorrarte hasta un 25% de consumo, aunque depende en gran parte el tipo de electrodoméstico.
Cada electrodoméstico cuenta con unas características técnicas específicas y comunes debido a su sistema de funcionamiento. El aire acondicionado, aunque cuenta con el etiquetado desde la A+++ hasta la G, distingue su consumo dependiendo de la función que esté llevando a cabo.
Normalmente, hay un contraste de rendimiento cuando está refrigerando y cuando está calentando. La diferencia entre A+ y A++, según el IEE, cuando está refrigerando es de 2.4 puntos SEER (Eficiencia Energética Estacional) donde la etiqueta A tiene una máxima eficiencia de 6.1 y la etiqueta A++ de 8.5.
En cambio, cuando el aire acondicionado está calentando, la diferencia es menor, casi de la mitad. Si esto sucede, la medición será con SCOP (mide el rendimiento energético, pero en su sistema de calefacción), donde el etiquetado A+ tiene un máximo de 4.6 y el A++ de 5.1. Es decir, se notará más el ahorro en verano con el consumo del aire acondicionado.
En el caso de los lavavajillas, si hacemos el cálculo a partir de los 300 lavados al año, el consumo con una etiqueta A++ sería de 700kWh aproximadamente, 100 kWh más que un lavavajillas con la etiqueta A++.
Y, si analizamos uno de los electrodomésticos que más energía consume en nuestros hogares, el frigorífico, esta diferencia entre A+ y A++, será una de las más rentables a largo plazo. Esto es así porque el frigorífico es prácticamente de los pocos electrodomésticos que están trabajando las 24 horas del día los 365 días del año.
El consumo de un frigorífico A+ puede ser de 270 kWh anuales, 90 kWh más que un frigorífico perteneciente al etiquetado A++.
Ahora que conoces más los detalles sobre un electrodoméstico A+ y uno A++, vamos a aclarar qué es mejor. Entre ambos la diferencia es significativa. Podría llegar a ser del -20% de consumo energético, implicando un gran ahorro energético.
Esto puede parecer poco, pero si lo comparas con electrodomésticos más antiguos el cambio merece la pena. Además, no solo te ayudas a ti y a tus finanzas, también a reducir la contaminación y el gasto energético para cuidar del medio ambiente. Por todo esto un electrodoméstico A++ es la mejor opción.
Puede que llegados a este punto te preguntes cómo de efectivo es el impacto de usar electrodomésticos más eficientes energéticamente. Y si, ser ecoeficiente en tu hogar tiene un impacto positivo y real en el medio ambiente.
Hay muchos electrodomésticos, como los frigoríficos o las lavadoras, que están conectados constantemente a la luz eléctrica. Y teniendo en cuenta todo el ahorro que supone un electrodoméstico A++ en comparación con uno +A, es de gran ayuda para el cuidado del planeta.
Aunque a partir de ahora todos los electrodomésticos que se fabriquen quedarán regidos por el nuevo etiquetado, es importante conocer la diferencia en el consumo, no solo por el ahorro que puede suponer al año, sino también por los beneficios referidos al medioambiente.
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