No es ni será la última vez que os hablamos en este blog de los paneles solares. En EnergyGO creemos que son una alternativa brillante a la generación tradicional de energía, y que en el futuro será un pilar importante del mercado español.
Claro que, para dar el salto a este mundo de células solares, efectos fotovoltaicos y demás tecnicismos, antes hay que comprender a la perfección cómo funciona el componente rey de las pacas: el inversor.
Si recordáis, las mencionadas células transformaban la radiación en corriente eléctrica y cinética gracias a sus materiales semiconductores, para mandarla a continuación hacia el inversor. Este hacía de puente entre lo que hay en la placa y lo que consumes en casa.
Pues bien, detrás de este funcionamiento hay mucho más que simples procesos químicos y físicos. Eso es lo que vamos a tratar de explicar en este artículo. ¿Pensando en montarte una instalación para casa? Sigue leyendo porque esto te interesa.
Tal y como explican desde TeknoSolar, “son equipos encargados de transformar la energía producida en una instalación fotovoltaica, que se transmite en forma de corriente continua, en corriente alterna para que los electrodomésticos y otros puedan funcionar”.
Vamos, que se le llama “inversor” pero no deja de ser un convertidor como el que equipan los coches eléctricos. Eso sí, a la hora de elegir uno para nuestro proyecto hay que tener en cuenta factores propios.
Hablamos de la potencia máxima de transformación (expresada en W o VA), de los sistemas de protección (frente a cortocircuitos, caídas o fallos internos), la optimización (de la producción), o del registro de datos. Todos ellos son vitales para no fallar en la compra.
Imagínate que adquieres un modelo que hace ruido y no te deja dormir, o que te pasas con la potencia y acabas con un inversor de tamaño gigantesco que no cabe en la instalación. Hay que andarse con mucho ojo antes de comprar.
Este componente, además de todo lo anterior, también sirve para que los técnicos puedan supervisar el funcionamiento de las placas, y para que cada usuario pueda ajustar el sistema en busca de un mayor rendimiento general.
Todos funcionan igual: las placas fotovoltaicas reciben luz, generan corriente continua mediante el movimiento de los electrones de las células, y pasan al inversor para que este la convierta en corriente continua.
Si hay distintos tipos de inversores es porque dependiendo de su posición dentro de la instalación tienen unas particularidades u otras. A rasgos generales se pueden diferenciar los de conexión a red y los aislados.
Para transformar la energía de las placas, estos inversores necesitan estar conectados a la red eléctrica. Es por eso que también sirven para asegurar que la tensión de la electricidad generada es superior a la de la propia red.
Así es como los inversores con conexión a red permiten dar prioridad a la energía solar por encima de la tradicional. Si estás pensando en autoconsumo, seguramente acabes optando por uno de estos componentes para poder aprovechar los excedentes vertidos.
El autoconsumo es un concepto que va más allá del ámbito doméstico. De ahí la existencia de inversores aislados; componentes que necesitan de baterías para funcionar, pero que permiten aprovechar la energía solar en barcos, autocaravanas o cualquier otro espacio móvil.
En este caso la energía generada por las placas se va almacenando en la mencionada batería, a la espera de que la consumamos. Cuando se demanda electricidad, esta pasa por el inversor en cuestión y sigue el recorrido que ya conocemos.
Si nunca has comprado un inversor es completamente normal que no tengas ni idea de cuánto pagar ni de dónde comprar. El precio que debes buscar oscila entre los 400 y los 1500 euros. ¿Por qué tanta diferencia?
Hay muchas cosas a considerar, principalmente la marca, el modelo y el tipo de inversor. Es recomendable igualmente acudir a una tienda física para hacer una comprobación en persona, y consultar con un especialista para que te aconseje según tu instalación.
Todos los productos tienen garantías de entre 5 y 25 años. Eso lo puedes utilizar como indicador para saber si estás haciendo o no una buena compra. Cuando ya lo tengas llegará el momento de instalarlo.
Aquí es vital que coloques el inversor estratégicamente. O lo que es lo mismo, que sea un punto de la instalación al que se pueda acceder con facilidad en caso de gestión o avería. Además es importante que esté protegido frente a animales, niños y otros peligros.
En cuanto a la exposición, pese a que suena contradictorio, no es aconsejable situarlo en una zona con mucha temperatura. Como aparatos que son, tienden a estropearse si acumulan mucho calor del sol.
¿Ya lo tienes todo listo? Entonces solo te queda hacerte con una tarifa que te permita aprovechar al máximo el autoconsumo. En EnergyGO contamos con una energía 100% limpia y nacional idónea para afrontar modelos de consumo sostenibles.
Entra en nuestra web o llama al 900 622 700, y empieza a generar electricidad sin depender tanto de los precios del mercado mayorista, y, por supuesto, sin contaminar el delicado medioambiente.