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¿Te has dado cuenta de que cada vez se producen lluvias más intensas y con mayor frecuencia? No es casualidad que algunos fenómenos meteorológicos sean tan extremos y hayan aumentado de forma considerable las lluvias torrenciales en las últimas décadas debido al cambio climático, pero ¿qué relación tienen?
En este artículo te explicaremos qué tiene que ver el fenómeno de las lluvias torrenciales con el calentamiento global, cómo afecta al medioambiente y cómo podemos evitarlo.
La relación entre lluvias torrenciales y cambio climático es cada vez más evidente. En las siguientes líneas veremos que va mucho más allá de las tormentas intensas, que hace ya tiempo que dejaron de ser un desastre natural aislado.
El cambio climático está dotando a la atmósfera de más energía, pero ¿sabes qué significa esto? Pues se traduce, básicamente, en un aumento de la intensidad y la frecuencia de los fenómenos climáticos extremos, incluidas las lluvias torrenciales.
Esta mayor cantidad de energía proviene del aumento de las temperaturas globales, que no sólo calientan el aire, sino también los océanos. Cuando los océanos se calientan, se genera más evaporación, a la vez que se incrementa el vapor de agua en la atmósfera y se producen más tormentas.
Este incremento de tormentas tan intensas se está observando en muchos lugares del mundo, sobre todo en zonas tropicales y subtropicales, donde los huracanes y tifones están provocando lluvias torrenciales mucho más fuertes y destructivas.
Por otro lado, el aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera debido al cambio climático tiene un impacto directo en el ciclo del agua. Y es que, a medida que la atmósfera se calienta, esta puede retener más vapor de agua. Esto significa que las nubes contienen más humedad y dan lugar a precipitaciones más intensas.
Por este motivo, las lluvias torrenciales ya son tan comunes en el mundo, incluso a veces estas pueden llegar a producirse en España. Estas tormentas no solamente se intensifican, modificando el ciclo del agua, inundando y destrozando todo lo que encuentran a su paso.
Además, el cambio climático está alterando los patrones de circulación atmosférica. Esto hace que la atmósfera se calienta de forma desigual, provocando una mayor cantidad de lluvias y tormentas.
De hecho, una de las consecuencias es el fenómeno conocido como bloqueo atmosférico. Esto hace que las lluvias torrenciales permanezcan durante un periodo de tiempo mucho más prolongado en determinadas zonas, algo que antes no ocurría.
El derretimiento de los glaciares se acelera cada vez más y también afecta a los patrones de lluvias, sobre todo en las regiones cercanas a los polos. Y es que, a medida que los glaciares se derriten, el nivel del mar aumenta porque todo el agua que antes estaba congelada ahora se encuentra en estado líquido.
El deshielo no sólo está contribuyendo a la subida del nivel del mar y revolucionando el ciclo de precipitaciones, sino que también está alterando la dinámica de los ríos y de todos los ecosistemas acuáticos.
Como era de esperar, la actividad humana tiene mucho que ver en las lluvias torrenciales, originadas por el cambio climático. La urbanización y la deforestación de bosques son dos de las actividades que más perjudican al medioambiente, ya que incrementan el riesgo de inundaciones sobre todo en las grandes ciudades.
Esto se debe a que el agua no puede filtrarse bien en el suelo, debido al exceso de edificios y construcciones. Además, la tala masiva de árboles y la destrucción de bosques hace que el ciclo del agua se altere. Por otro lado, los árboles y la naturaleza son capaces de generar constantemente el oxígeno que respiramos.
Aunque este efecto no sea tan visible como el anterior, sí que influye en las lluvias torrenciales y el cambio climático. A medida que los océanos absorben más CO2 de la atmósfera, se vuelven más ácidos y alteran los ecosistemas marinos. A su vez, esto tiene un impacto directo en el ciclo del agua, provocando tormentas intensas.
En definitiva, si no actuamos a tiempo y el planeta continúa calentándose, es probable que las lluvias torrenciales sigan aumentando y destrozando no solamente la naturaleza, sino también ciudades y poblaciones enteras.
Por eso es tan importante que actuemos para combatir cuanto antes el cambio climático y luchemos contra estos fenómenos climáticos extremos.
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