Híbrido ligero, híbrido enchufable, híbrido autonomía extendida, puros, eléctricos. ¿Así como alguien se va a enterar bien de qué tiene que comprar para cambiar su antiguo coche de combustión? El mercado de la movilidad crece y crece sin parar con cada vez más tecnologías.
La cuestión es que, aunque a partir de 2050 por Europa solo circulen coches cero emisiones y a partir de 2035 solo se fabriquen estos, existen muchas dudas sobre la viabilidad futura de un mundo dependiente de las baterías y sus componentes. La OPEP por Asia y ¿luego qué?
El coche hidrógeno todavía está muy por detrás del eléctrico en lo que se refiere a maduración de su tecnología y su desarrollo práctico (para el mundo real), pero muchos ven en él la respuesta a esa cuestión. ¿Por qué entonces apenas se habla de él?
Bueno, pues porque entre otras cosas las restricciones de emisiones apremian y los fabricantes no tienen tiempo de hacer evolucionar lo suficiente ese sistema para escalarlo a una producción rentable. Ojo, que esto no significa que el coche de hidrógeno esté muerto.
De hecho casi todas las marcas de coches tienen proyectos de inversión en desarrollo para seguir estudiando la tecnología y dar con la tecla correcta. Asi que sí, merece la pena hablar del coche de hidrógeno. ¡Toma nota!
Lo primero es lo primero. El coche de hidrógeno es un coche eléctrico. Espera ¿qué? Sí, a este tipo de vehículos también se les incluye en el mismo saco. Lo que pasa que el automóvil de hidrógeno genera su propia electricidad sin recurrir a la red ni a ningún enchufe.
A grandes rasgos, el coche de hidrógeno cuenta con lo que se conoce como "pila de combustible". Es una suerte de minicentral en la que el hidrógeno que porta el coche en grandes tranques bajo el piso, se mezcla con el oxígeno del exterior que llega a las celdas de la pila.
Si nos ponemos técnicos, el hidrógeno se descompone en atómico gracias al platino (un catalizador), en el que deposita su electrón y pasa por la PEM (una membrana) para reaccionar con el oxígeno y producir corriente.
Por si no los sabes, químicamente al juntar una partícula de hidrógeno (H) con dos de oxígeno (O) se forma agua (H2O). Por esto lo único que expulsa el coche de hidrógeno por el tubo de escape es vapor. De ahí que se le considere cero emisiones. ¿Y qué hay de la propulsión?
En ese proceso electroquímico, además de agua también se genera energía eléctrica. Esta es la que luego se lleva a una batería para mover el vehículo. Razón por la que a la tecnología se la considera también dentro del mundo de la electrificación del motor.
Así, podemos resumir las entrañas del coche de hidrógeno en: pila de combustible, tanque de hidrógeno y batería eléctrica. Un sistema que no tiene nada que ver ni con el coche eléctrico ni con el tradicional de combustión.
Que genere electricidad por sí mismo no quiere decir que tenga una autonomía infinita. El coche de hidrógeno también necesita repostaje, lo que pasa es que en lugar de electricidad, lo que consume es, claro, hidrógeno.
Este proceso es idéntico al de la gasolina; basta conectar una manguera al depósito para rellenarlo. Claro que, a diferencia del EV, este tarda bastante menos en repostar. Los fabricantes estiman una media de 5 minutos (más que la gasolina pero menos que la electricidad).
¿Cuál es el problema? Pues que actualmente las estaciones de repostaje de hidrógeno en España son casi inexistentes. Y es normal. Como no hay demanda de estos vehículos, las empresas no tienen clientes suficientes como para que les rente. Un bucle infinito.
A esto se suman complicaciones técnicas. El hidrógeno se transporta en estado líquido y a una presión elevadísima de hasta 700 bares (en estado natural es gaseoso). Gestionarlo por tanto exige unas medidas de seguridad bastante más elevadas que lo que conocemos hasta ahora.
Si quieres recargar un coche de hidrógeno actualmente tienes que ir a una de las 9 estaciones que hay en nuestro país. Eso sí, todas ellas son privadas. El Gobierno pretende que haya una red sólida para 2030 y Naturgy prevé crear 40 estaciones para 2025.
Además Air Liquide y Redexis están ya trabajando para desplegar hasta 100 estaciones más antes del mismo 2030. Hay otros proyectos, pero de momento son solo eso, "proyectos".
¿Cuántos kilómetros puede recorrer un coche de hidrógeno? Pues esto es como todo: depende de la marca. De todas maneras podemos decir que por el momento no hay muchas diferencias respecto al coche eléctrico.
El Toyota Mirai, por ejemplo, tiene una autonomía de 650 kilómetros y el Hyundai Nexo de unos 600 km. Estos dos son, por cierto, los únicos que se venden con dicha tecnología en España.
De todas formas hay por ahí un estudio oficial que constató el viaje de más de 1000 km que hizo un Mirai en Francia hace bien poco ¡y con un solo repostaje! Si a eso le sumamos que luego tarda 5 minutos en recargar, pues parece que tenemos ganador frente al eléctrico.
Si estás pensando en escapar de la inflación que asola el mercado de combustibles, que sepas que con el hidrógeno tampoco te ahorrarías demasiado. Esto lo decimos porque a igualdad de condiciones ofrece unas tarifas muy similares a la gasolina.
Tal y como explica la DGT, hoy el hidrógeno se vende a un precio de entre 10 y 12 € /kg. Repostar al máximo un Toyota Mirai te costaría entre 56 y 67 €. Si tomamos los datos técnicos de este vehículo podemos decir que el coste por 100 km se queda en unos 9,5 €.
Un modelo equivalente de gasolina se movería en aproximadamente 11 € por cada 100 kilómetros recorridos. Como ves, no hay mucha diferencia entre uno y otro. En el futuro, cuando el sector se desarrolle, quizás veamos rebajas de precios.
Esto lo decimos porque el problema del coche de hidrógeno es la propia obtención del hidrógeno. Este material no se encuentra en estado natural en nuestro planeta; solo combinado con otros elementos. Por eso decantarlo para la movilidad es tan complejo.
Ya hemos comentado algunas pero no está de más hacer un listado fácil de seguir. El coche de hidrógeno aplasta al coche eléctrico en lo que a comodidad se refiere. Es, sencillamente, una solución más práctica a la movilidad cero. Eso con todos los "peros" que carga.
Y he aquí el quid de la cuestión. Si el coche de hidrógeno todavía no termina de despegar es por todos estos motivos que pasamos a enumerarte. Quién sabe si en el futuro se despejará la x.
Y así son las cosas. El coche de hidrógeno es interesante desde el punto vista teórico, pero todavía le queda mucho camino por recorrer para ser rentable. Si eso llega en el futuro entonces estaremos ante una alternativa de movilidad cero más cómoda que la electrificación.
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