Los pingüinos son una de las especies más monas en el reino animal. Son muy cuquis y todo lo que quieras, pero lo que no es tan guay es que están en peligro de extinción y tenemos que protegerlos para que esto llegue al final.
Tranquilo, no hay nada que lamentar, de momento. Por suerte hay algo de tiempo para volver todo esto atrás y seguir todos felices. Para que entiendas la magnitud del problema, aquí te vamos a contar cuáles son las especies que están a nada de desaparecer de nuestro mundo.
El primero en la lista es el pingüino de las Galápagos (Spheniscus mendiculus), son una especie propia de las islas Galápagos, de ahí su nombre. Su tamaño es de los más pequeños, por eso son tan monos. El peligro de extinción en su caso viene por el deterioro del hábitat, cambio climático y caza furtiva.
Sí, en África hay pingüinos, y de hecho el Spheniscus demersus también tiene el nombre de pingüino de El Cabo por su zona. Está en grave peligro de extinción porque en su zona natural las leyes que lo protegen son mínimas y además el cambio climático se carga todo su hábitat.
Esta subespecie está en las costas e islas del sur de Argentina, Chile, Uruguay e incluso a veces aparece en Brasil en la época del invierno. Este caso es una excepción ya que no está como tal dentro del peligro extremo de extinción pero su población está bajando a niveles bestiales por la caza.
Los Spheniscus Humboldti están en grado de vulnerabilidad también porque puede que se extingan en un futuro no muy lejano debido a que en ciertos lugares del mundo se usa como atractivo gastronómico. El pingüino Humboldt vive en la costa de Perú y Chile, en la zona de la corriente de Humboldt.
Los pingüinos macaroni o de penacho anaranjado están en situación vulnerable a la extinción porque toda la zona en la que habitan sufre graves problemas por culpa del cambio climático, además de la caza furtiva descontrolada.
También conocido como el pingüino de Sclater es otra especie del género Eudyptes que se encuentra en peligro de extinción. La amenaza principal de estos pequeños es el cambio climático y sus consecuencias en los polos. Estos pingüinos viven en zonas subantárticas, por lo que le afecta de forma directa.
Esta especie vive en la zona del Archipiélago de Tristán da Cunha y las Islas de Gough, espacio al que llegan diferentes efluentes de fábricas y de origen militar, lo que contamina su hábitat. Estéticamente se parecen a los de las antípodas y por su aspecto también son objetivo de caza furtiva.
Este pingüino vive en la zona de las islas Snares de Nueva Zelanda y es muy llamativo por la cresta blanca que posee encima de sus ojos. En su caso, está declarada como vulnerable a la extinción por la caza y sobre todo la contaminación de las áreas en las que vive, así como el cambio climático.
Dentro de todos los pingüinos con cresta, estos son los más pequeñitos. Está también clasificado como vulnerable a la extinción por la nula acción contra la contaminación en la zona en la que vive (Zonas de Chile, Argentina y diferentes islas como las Crozet, Heard, Antípodas, Campbell…).
Esta especie es diferente a todas las demás por lo que dice su nombre, es la única con los ojos amarillos. Viven por la zona sur-este de Nueva Zelanda y por desgracia, existen ahora mismo menos de 3.000 ejemplares en todo el mundo (silvestres) por lo que su riesgo de extinción es alto.
Aunque todo esto es muy triste, todavía hay un poco de esperanza en el horizonte. Como has visto, el factor común en todos ellos (y que podemos reducir) es la contaminación y el cambio climático.
Con dos pequeñas acciones que convertirás en hábitos cotidianos podrás ayudar a que los pingüinos duren mucho más tiempo en nuestras vidas. Atento y apunta 😉
Por un lado, con reducir el uso de plásticos en tu día a día. La producción de plásticos es ultra contaminante y hace que las empresas sin medidas al respecto viertan residuos a las aguas que acaban en el océano.
Además de esto, los plásticos que tengas que consumir sí o sí recíclalos de forma correcta. Así no acabarán en una isla gigante de plástico en el mar y que se lo acaben tragando los pobres pingüinos.
El otro hábito fácil y sencillo es que consumas menos carne ultraprocesada, en concreto el pescado que proviene de grandes empresas. La producción dentro de la industria pesquera, en concreto la que usa la técnica de arrastre, contribuye al cambio climático y a la devastación de su hábitat.
A todo esto, si encima utilizas una energía verde en tu casa y eres responsable con tu consumo, pondrás tu granito de arena para frenar el cambió climático y todo será más fácil.
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