Miras la factura del gas o luz a final del mes y te quedas con el consumo de calefacción Fácil ¿no? Pues sí, siempre y cuando tengas una caldera individual. Hay otros casos en los que llevar a cabo este cálculo para ahorrar energía, resulta imposible.
Nos referimos a las casas con calefacción central, las personas que viven en habitaciones alquiladas y otros casos similares. ¿Cómo narices puedo saber cuánto consume mi radiador? Hay solución.
Los repartidores de costes son los aparatos que permiten visualizar el valor de consumo de cada radiador de forma individual.
Puede que no los hayas visto o escuchado hablar de ellos, pero no es algo que se inventara ayer, de hecho lleva presente más de 80 años en casas europeas.
En la actualidad, cerca de 30 millones de viviendas en Europa incluyen este tipo de sistema de reparto de costes de calefacción central. Para que te hagas una idea, más de 150 millones de radiadores tienen estos dispositivos instalados.
Estos aparatos son medidores que indican cuánta cantidad de energía se consume en ese único radiador. Están compuestos por una carcasa, dos sensores, una pantalla y una fuente de alimentación.
Para garantizar que no son manipulados, los repartidores de costes incluyen un sello o precinto para que no puedas modificar los datos, aunque quieras.
Seguro que te preguntas cómo marcan el consumo si están en el exterior del radiador. Fácil: los repartidores de costes de calefacción tienen un sensor midiendo la temperatura que desprende el radiador y otro que analiza los grados del ambiente.
De esta forma, el repartidor de costes empieza a medir la temperatura cuando la diferencia entre la superficie y la habitación es de 4 grados centígrados. Por lo general, en invierno suele activarse al pasar de 40ºC y en invierno al superar los 29ºC.
Cuanto más alta sea la diferencia de temperatura, el repartidor de costes interpretará que mayor es el consumo que estamos realizando (porque el esfuerzo del radiador será superior).
Los datos se transmiten de forma mensual o anual, dependiendo del contrato que tengas con tu distribuidora. Llegan a un sistema de recogida que permite a la empresa gestionar las mediciones y hacer un baremo sumando todos los repartidores.
Según explican desde AERCCA (Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción), el consumo recogido por el sistema después se exporta de manera sencilla en un formato que permite crear la factura.
Al mirar el repartidor de costes verás un número. La cifra que aparece no hace referencia ni a las horas de actividad, ni a niveles de consumo ni tampoco a los kWh: es un coeficiente K.
Como cada modelo es diferente, los fabricantes de repartidores de costes tienen esto en consideración y disponen de una base de datos con todos los radiadores, marcas, fabricantes..., etc.
Los profesionales son los encargados de consultarlos para determinar el consumo real final de cada radiador.
Los parámetros obtenidos luego son emitidos y leídos vía radio. Después, se les aplican los factores de tarifación correspondientes para saber cuál es la cantidad de consumo y se estima el precio final de cada vecino con una fórmula.
Consumo radiador (€) = VC (valor calculado de consumo de cada repartidor) x P (precio de cada unidad consumida de calefacción).
La respuesta corta es sí, pero con matices. Para empezar, solo se dará en viviendas que estén en una comunidad con calefacción central.
Según la directiva europea de Eficiencia Energética 2012/27/UE, todos los estados miembros tienen que individualizar sus sistemas de calefacción central mediante contadores individuales o repartidores de costes.
La normativa está actualizada en el ordenamiento jurídico español dentro del Real Decreto de contabilización de consumos individuales en instalaciones térmicas de edificios.
Por tanto, si en tu caso no lo está, lo mejor es que preguntes al dueño de la vivienda o en su defecto al presidente de la comunidad para comprobar que todo está en regla.
Para empezar, este método aporta un mayor control a las familias que viven en una comunidad y que no disponen de muchos recursos. En algunos casos se han dado disputas por el “derroche” de calefacción que algunos hogares hacían porque todos pagaban lo mismo.
Según un estudio que publicó la Universidad de Dresde (en el que participaron más de 3,3 millones de viviendas), los efectos de esta medición desde que se instaló por primera vez en el año 1981 han sido un ahorro de más de 350 toneladas de CO2.
Aunque es una medida variable, de forma aproximada, la tonelada de CO2 puede tasarse en 200 euros. Por lo que ya no solo estamos hablando de contribuir a la reducción de contaminación, sino que además también supone un ahorro para nuestro bolsillo.
Además de esto, también destacar que son unos aparatos muy sencillos de instalar, no requieren obras y se colocan sobre el radiador (por lo general) así que no estropeará la estructura.
Eso sí, la estética se verá afectada, aunque no en gran medida. Los repartidores de costes tienen cables ni elementos que afecten gravemente a la decoración de la vivienda.
Tampoco te tendrás que preocupar por la instalación, ya que es la propia empresa interesada la que coloca estos dispositivos en las casas de la comunidad. Además, no suelen cobrarte por él, así que solo tienes que sentarte y esperar un par de minutos.
Al medir los consumos de forma individual, los usuarios pueden elegir la temperatura que deseen en cada momento. Esto es algo bienvenido porque a veces las calefacciones centrales están ajustadas a una potencia demasiado elevada.
Todo esto se traduce en una mayor concienciación sobre el uso de la calefacción. En algunos casos, como al final iban a pagar siempre lo mismo, ciertos usuarios abrían las ventanas, estaban dentro de casa en manga corta…
Repartir costes de la calefacción es bueno para el medio ambiente, pero también para reducir el consumo en tu hogar, algo de lo que sabemos mucho en EnergyGO. Entra en nuestra web o llama al 900 622 700 e infórmate.