Las subidas de tensión eléctrica, también llamadas picos de tensión no son una rara avis dentro del mundillo. De hecho, seguramente las habrás sufrido en algún momento de los últimos años.
¿Cómo saberlo? Pues difícil. Aunque se identifican con quedarse a oscuras, no siempre son sinónimo de uno de los molestos saltos de luz. El típico “han saltado los plomos”.
En muchas ocasiones estos picos suelen estar latentes mientras el sistema eléctrico de tu hogar funciona perfectamente. ¿Cuál es entonces el problema? Pues que, aunque no nos demos cuenta, pueden dañar nuestros electrodomésticos.
Si quieres conocer hasta el mínimo detalle de las subidas de tensión eléctrica, sus causas y cómo proteger tus aparatos y dispositivos, te damos algunos consejos fáciles de seguir.
Lo primero que debes saber es por qué se producen. Estas subidas se dan cuando el sistema eléctrico sufre un incremento muy repentino de la corriente. Algo que se origina por diferentes causas.
Hablamos de orígenes tanto internos, producidos en tu propia casa, como externos, procedentes de la red general. ¿Cómo saber cuándo viene de un lado y de otro?
Los picos de tensión causados en tu propio domicilio son comunes cuando pones a funcionar varios electrodomésticos a la vez superando así la potencia contratada. De esta manera, el abuso de tensión hace que la red se sature y por eso salta la luz.
Es la casuística más fácil de prevenir; basta con que tengas cuidado y detectes dónde está el límite de lo firmado. Enchufas cosas hasta que salte la luz y tomas eso como referencia.
Las causas externas, siendo como son más “invisibles”, resultan más difíciles de detectar (picos de tensión muy leves), no hacen saltar la luz, y pueden dañar los aparatos enchufados a la red de tu hogar.
El origen del problema normalmente va asociado a una tormenta; el impacto y energía de los rayos sobre la red de distribución genera una sobrecarga.
Esto es así porque cualquier elemento de metal puede actuar como conductor de electricidad para generar esta sobrecarga de la red. Por ello, son más vulnerables a recibir electricidad atmosférica: prácticamente actúan como un imán.
Aunque hayamos diferenciado los picos por su origen (interno y externo), habitualmente también se les discrimina por su duración: van desde 1 microsegundo hasta fracciones indeterminadas.
Aplicando dicho enfoque quedan clasificados en subidas de tensión transitorias y subidas de tensión permanentes.
Son aquellas que duran muy poco tiempo (microsegundos) y que se manifiestan en pequeños impulsos, como los latidos. Es decir que a veces se presentan latentes, marcando repeticiones.
Si las subidas no son excesivamente altas, no hay de qué preocuparte. En cambio, cuando estas son superiores a la admitida por los electrodomésticos y por la red, pueden dañar los aparatos de casa interrumpiendo el sistema eléctrico.
Una de las causas que lo provoca es el impacto de un rayo, por lo que te aconsejamos que durante las tormentas prestes especial atención ante un posible pico de tensión transitorio.
Existe una clasificación de estas corrientes que permite distinguir hasta dónde puede llegar el pico de tensión.
Por su parte, las permanentes, se caracterizan por tener una duración indeterminada y por superar el 10% de la tensión nominal.
La tensión nominal es aquella propia de un aparto eléctrico cuando está funcionado y cualquier variación de esta en alza puede ser perjudicial para él.
Además, sus causas suelen estar relacionadas con el sistema eléctrico. Puede ser por una descompensación de las fases como consecuencia de una rotura del neutro.
Las fases van en canal de entrada de la corriente eléctrica y sufren un desequilibrio cuando se incorporan cargas nuevas al sistema eléctrico. Esto pasa cuando una fase posee mucha más carga que otra.
Y, en lo referido a la rotura del neutro, hablamos del responsable de devolver la corriente de un sistema eléctrico. Es decir, que cumple precisamente la función contraria a la de las fases.
Su rotura implica que la energía saliente se mantiene en el sistema al no poder desprenderse, creando así una subida de tensión.
Aunque las consecuencias del pico de tensión dependen de su intensidad, es importante estar prevenido para aquellas más peligrosas.
Las consecuencias son diversas: desde electrodomésticos estropeados, a una caída del sistema, hasta incendios en los casos más graves.
Aunque la última suele ser la menos común gracias al control y avances tecnológicos que hay actualmente, es importante protegerse en la medida de lo posible para evitar que suceda cualquiera de las situaciones que te hemos mencionado.
Como te comentábamos al inicio, sobrepasar la potencia contratada es uno de los muchos motivos por los que el sistema eléctrico puede sufrir una sobrecarga en su tensión.
Evitarlo está en tu mano y es tan sencillo como asegurarte de que tienes contratada la potencia adecuada. Es decir, al menos la necesaria para mantener todos tus electrodomésticos encendidos a la vez.
Por otro lado, para evitar cualquier sobrecarga a causa de un fallo en la instalación, ya sea por una rotura del neutro o por un desequilibrio de fases, es aconsejable revisar el sistema eléctrico para cerciorar que es lo más eficiente posible.
Contrata a un técnico profesional que certifique que la instalación de tu casa, así como algunos sistemas de protección como los interruptores diferenciales, están en perfectas condiciones.
Aunque la mayor parte de las subidas puedan ser por una causa fuera de tu alcance, es importante que sepas cuáles son.
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