Y si bien hay muchas formas de reducir el dinero en tu factura, como evitar las horas puntas y poner la lavadora después de las 12 de la noche, una de las mejores formas de ahorrar es eligiendo la energía más barata.
Afortunadamente para el planeta y para tu bolsillo, la energía más barata es la que proviene de fuentes renovables. Un tipo de energía que es escalable, se genera con recursos naturales, tiene bajas emisiones y que es muy eficiente.
Según IRENA (International Renewable Energy Agency), en los últimos 10 años los costes de producir energía renovable bajaron enormemente. Dentro de la industria de la energía solar fotovoltaica, la reducción fue del 82% hasta el 2019 y en la energía eólica en tierra, del 39%.
Y frente a la emergencia climática que estamos viviendo y el hecho de que la sociedad está más comprometida con el medioambiente, las energías renovables están tomando mucho impulso. Pero no sólo la necesidad de un futuro más sostenible es lo que fomenta este cambio, sino que las energías renovables son las más económicas para producir y consumir.
Según el reporte “New Energy Outlook 2021” de Bloomberg New Energy Finance (BNEF) se establece que en 2019 sólo el 12% de energías mundialmente son de fuentes renovables y que esto debe cambiar drásticamente si se quiere llegar al acuerdo climático de París para el año 2050.
Para los próximos años, se espera que este porcentaje aumente considerablemente, por el incremento en las inversiones en energías verdes y las políticas que impulsan la reducción de emisiones de CO2.
Y a juzgar por los datos, esta tendencia irá creciendo, sobre todo considerando que la energía más barata es la que proviene de fuentes renovables. Para este año, se espera que las inversiones en energías verdes superen las de energías no renovables.
Dentro de las energías verdes, las más populares y rentables son la energía eólica y solar, aunque la energía solar fotovoltaica es la energía más barata en España actualmente, con costes que bajan cada año.
La demanda de energía solar es la que más crece, debido a que las personas buscan generar su propia energía y reducir su impacto en el medioambiente. Y según datos de IRENA, la energía solar está poco a poco reemplazando al carbón, ya que es la forma más económica de generar electricidad.
Entre las energías renovables encontramos: solar, eólica, hidráulica, biomasa, geotérmica, mareomotriz, undimotriz, hidrógeno verde, osmótica. Mientras que la energía fósil proviene del carbón, petróleo y gas natural.
Cada año, el costo de las energías verdes es cada vez más bajo. Según un informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), los costes de una planta de carbón no son competitivos con los bajos costes de las energías renovables, que continuaron bajando durante el 2020. Hoy en día, es más rentable invertir en energía sostenible que utilizar una planta de carbón existente para generar energía.
Entre las principales causas de esta bajada de costes encontramos las inversiones en innovación, el surgimiento de nuevas tecnologías, el crecimiento de distribuidores de energía verde y el hecho de que con las fuentes renovables se obtiene un menor desperdicio de energía.
La energía más barata, tanto para consumidores como para generadores, es la que proviene de las fuentes renovables. Y hoy en día, la energía más barata verde es la solar fotovoltaica, gracias al abaratamiento de los costes de instalación de placas solares.
El incentivo de tener un hogar autosuficiente con la energía solar, de aportar a la economía sostenible y las inversiones gubernamentales en el desarrollo de energía verde son los principales impulsores de la popularidad de esta energía.
¿Y si es la energía más barata, por qué no es la más utilizada? Uno de los grandes problemas de las energías renovables es la gran necesidad de inversión. Aunque es la energía más barata, es un tipo de energía que requiere mucha inversión inicial y también precisa de ciertos cambios en cómo se utiliza la energía hoy.
Dentro de la producción de energías renovables, aún faltan trabajadores capacitados, algo que se espera cambiará en los próximos años debido a que esta industria es una gran fuente de trabajo.
Y aunque instalar placas solares es relativamente sencillo, no es tan fácil colocar aerogeneradores para la energía eólica o represas para generar energía hidráulica.
Además, hay industrias que hay que reconfigurar completamente para que puedan incorporar la energía verde. La forma que se vende, distribuye y consume la energía no es viable para todos los sectores productivos.
Así como es muy sencillo incorporar la energía verde en la movilidad eléctrica, no lo es tanto en el transporte marítimo por ejemplo, que sigue siendo uno de los mayores generadores de CO2 en España y todo el mundo.
Actualmente, el uso de la energía está más enfocado en la pequeña escala, pero se debe llegar a todas las industrias si se quiere crear un cambio real en el medioambiente.
Con base en el Acuerdo Climático de París, cada vez más países se plantean objetivos para transformar su energía y utilizar fuentes renovables y fuentes de energía alternativa que puedan garantizar energía más barata, limpia y accesible.
España es uno de los países europeos que mejor lleva la transformación verde, siendo 2019 y 2020 los años con mayor desarrollo en esta industria. En el país destacan empresas como EnergyGO que ofrece energía 100% verde para hogares, oficinas y locales a un bajo precio.
En el año 2020, el 44% de la energía total en España procedió de fuentes renovables, según un informe de RED Eléctrica de España. Siendo la más importante la energía eólica, siguiendo con la energía hidráulica y la energía solar en tercer lugar.
Alarmados por los graves efectos del calentamiento global, por fortuna es cada vez más habitual el uso de energías verdes en industrias, gobiernos y hogares. Una energía que es barata para el bolsillo y buena para el planeta.