La revisión del gas es obligatoria en nuestro país y sirve para garantizar el correcto funcionamiento de su instalación.
A pesar de ser uno de los métodos más seguros y efectivos para calentar nuestra casa, como todo, requiere cierto mantenimiento, tiene sus plazos y cuesta un dinero.
Puede que confundas esto con la revisión de la caldera de gas, pero no es lo mismo. En el caso de la caldera se comprueba que el aparato funcione correctamente y cumpla su función de calentar.
En cambio cuando se revisa la instalación del gas, se realiza para comprobar que todo está en orden, desde la fuente hasta los conductos, canalización y todas sus salidas. La inspección se centra mucho más en el estado del gas y la forma de suministrarse que en el aparato que lo usa.
El fin es asegurar al cliente un uso en perfectas condiciones y que estén tranquilos con el sistema instalado en su casa.
A diferencia de lo que pasa con la caldera, la inspección del gas solo la puede realizar un servicio técnico especializado y autorizado para ello. Es necesario que tenga el material y protección suficiente para realizar la actividad sin peligro.
Para evitar engaños, certifica siempre que el técnico lleva encima su carné profesional. Por ley están obligados a identificarse como revisor de gas e indicar de qué empresa vienen.
Aun así, puedes elegir tú a quien contratar dentro de las opciones que te da tu distribuidora. En el caso de que estén incluidas en tu servicio, aprovéchalo. De no ser así, puedes llamar a la empresa de gas natural o a una empresa especializada en la instalación del gas.
No te preocupes, no tienes que poner ningún post-it en la pared o calendario para acordarte de cuándo es la revisión porque son ellos quienes tienen que avisarte durante los tres meses previos previas para concertar una cita.
En caso de que no notifiques que prefieres hacerlo con una empresa independiente, ellos te comunicarán la cita propuesta cinco días antes de la visita del técnico. El motivo de la antelación es darte la oportunidad de cambiar la cita si es imposible que atiendas al revisor ese día.
La inspección del gas (que es obligatoria) tiene que realizarse cuando se acomete la obra de instalación del gas porque es necesario cerciorarse de que todo se ha hecho correctamente.
También debe completarse una periódica cada cinco años (cuatro si tu vivienda está en el País Vasco). Esta sirve solo para comprobar que el gas está en correctas condiciones y funciona con seguridad.
Una excepción a tener en cuenta es que cuando realices una modificación en la instalación del gas (que la anterior se haya quedado anticuada, incluyas otro tipo de radiadores…) también debes avisar a la compañía para realizar una revisión.
En la mayoría de las ocasiones el resultado es favorable. Pero si alguna cosa falla o no está como debería, el inspector de notificará de que es desfavorable y todo lo que debes cambiar para solucionarlo.
Existen diferentes niveles de gravedad y cada uno de ellos requiere una actuación diferente.
Estos suponen un peligro para la seguridad de las personas o el medio ambiente, no podrá utilizarse bajo ninguna circunstancia el gas y será cortado el suministro de inmediato.
Los que no indican peligro inmediato, pero también impiden que utilices la instalación de forma normal. La acumulación de defectos leves se acaba considerando como un defecto grave que tienes que solventar antes de utilizar de nuevo el gas.
No impiden el correcto funcionamiento de la instalación a corto plazo, pero si se descuidan pueden suponer un problema. Tienes un plazo de 15 días para corregirlos y solicitar una nueva inspección para comprobar que todo está correcto.
El precio de la inspección obligatoria del gas depende de factores como el coste fijo por los gastos de gestión, la comunidad autónoma en la que vivas y si se trata de una revisión para una IRI o una IRC.
La IRI es la instalación de gas que se realiza desde el contador principal hasta los aparatos que utilizan gas en la vivienda. En el caso de casas unifamiliares, la Instalación Receptora Individual comienza en la llave de la acometida (en el exterior de la vivienda).
Por otro lado, la IRC es la instalación de gas desde la válvula de acometida exterior hasta tu contador. Como puedes suponer, se da en bloques de viviendas que tienen un punto de acceso común para varios vecinos.
También influye si la revisión la realiza la distribuidora de gas o la lleva a cabo una empresa autorizada.
El coste de la inspección no lo pagarás en el momento, sino que vendrá incluido en la factura del gas que te llegue a final de mes junto a tu consumo del suministro. Por tanto, si algún técnico quiere cobrarte el importe de la revisión in situ y en metálico, niégate.
Esto se aplica tanto para una empresa que contratas externamente como para el técnico que viene directamente de parte de la distribuidora.
Además de las inspecciones periódicas de gas, las instalaciones necesitan un correcto mantenimiento por parte de los usuarios para garantizar una total seguridad y evitar problemas en el futuro.
Las tareas más comunes de mantenimiento de la instalación de gas van desde revisar la caducidad de las gomas, hasta comprobar los tubos flexibles pasando por prestar atención al color de la llama, limpiar los electrodomésticos conectados al gas…
Un correcto funcionamiento de tu instalación de gas evitará fugas y otro tipo de problemas que pueden afectar a tu consumo mensual, por lo que ahorrarás al ser más eficiente.
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