Hablar de calefacción es hablar del termostato, la caldera o los emisores. Y hacerlo sobre estos últimos, sino es para comprar, es tirarse de cabeza hacia el tema de purgar y evitar averías. ¿A caso es solo eso lo único que hay sobre el mantenimiento de los radiadores?
Ya te imaginarás que no. A los radiadores de casa les pasa lo mismo que a la caldera; nos obsesionamos con un solo problema —el más frecuente—y nos olvidamos de que son tecnologías complejas con bastantes componentes que hay que tener vigilados.
Por eso, aunque está bien purgar los radiadores antes de comenzar a temporada de frío, quedarse con eso es insuficiente si queremos evitar tener problemas con la calefacción a largo plazo.
Tranquilo, porque no hay que sacarse un máster ni llamar a clásico técnico que te cobra un ojo de la cara por 5 minutos de trabajo. La mayoría de consejos tienen que ver más con el sentido común que con entender de ingeniería o sistemas energéticos.
Eso sí, son importantísimos para ahorrar. ¿Sabías que arreglar la fuga de un solo emisor puede costarte entre 40 y 70 euros? Ojo, ese que el precio es por emisor. Ahora ponte a multiplicar.
Si nunca te han hablado del mantenimiento de radiadores en general, sigue leyendo. Te damos las claves para afrontar el próximo invierno con la calefacción de casa puesta a punto.
Mira, no nos vamos a poner a dar rodeos. El mantenimiento de los radiadores es importante simplemente porque la instalación es carísima. La instalación de un radiador de agua cuesta entre 900 y 3000 euros y la de un radiador eléctrico unos 2000 euros.
Si a esto sumamos que se nos va en torno al 50% de todo el presupuesto energético del año en calefacción, pues ya tenemos la bomba perfecta como para preocuparnos. Por suerte estas tareas de cuidado son muy sencillas de ejecutar y no requieren malabares técnicos.
El mantenimiento de radiadores te va a permitir, sobre cifras estimadas, evitar ese 10 o 20% extra de inversión por desgastes, y aumentar unos 3 o 4 años la vida útil de los propios emisores y de la caldera. ¿Te hemos convencido?
ServClimat, empresa especializada, asegura que un radiador en mal estado de agua puede ocasionar un pico del 30% de consumo en la factura de gas durante los meses de invierno. Mejor prevenir que curar.
No nos vamos a detener mucho en este punto porque ya te lo hemos explicado en [este otro artículo]. Solo decirte que al purgar los radiadores evitas que se acumule aire en el sistema, y que por tanto se produzcan ineficiencias en el sistema de calefacción.
Este proceso, que no te llevará más de 2 minutos, va a ahorrarte muchos disgustos en el futuro. Te recomendamos hacerlo antes de que empiece la temporada de frío, y que no lo evites incluso aunque no haya ruidos raros o todos los emisores calienten correctamente.
De todas formas, deberían saltarte todas las alarmas ante cosas como estas:
Purgando los radiadores ya vas a poder detectar si hay fugas en el sistema. De todas formas siempre es recomendable hacer una revisión ocular detallada de todas y cada una de las juntas que tengas por casa. Pon énfasis en las válvulas termostáticas y los detentores.
Coge un papel de cocina y vete pasándolo por todas las zonas que consideres conflictivas. Si se moja ya sabes que ahí hay una fuga y que se está perdiendo. No lo dejes pasar, porque con el tiempo podría reducir la presión del sistema y reducir su eficiencia.
No, no nos hemos vuelto locos. Si has pintado tu casa hace poco tiempo, recordarás que quienes te hicieron el trabajo aconsejaron no incluir los radiadores en el proyecto. Esto es porque cualquier cosa sobre los emisores reduce su capacidad térmica.
Los radiadores funcionan por convección y cuentan con materiales altamente eficientes en sus láminas. Si las recubres con algo, estarás impidiendo que el calor del agua de las tuberías interiores pase al aire de la estancia. ¿Y por qué te contamos todo esto?
Bueno, pues porque entre los elementos que obstaculizan está el propio polvo. Por eso a la hora de limpiar debes incluir a los emisores entre los objetos a revisar. No hace falta que apliques ningún producto; basta con pasar el mocho por todos los recovecos de las aletas.
Somos muy pesados con este tema porque es el más importante en el funcionamiento del sistema de calefacción. A diferencia del circuito de ACS, el de los radiadores está cerrado. Es así para que la presión pueda mover los líquidos y repartir el calor correctamente.
Por eso es vital que te pases de vez en cuando por la caldera para comprobar que ese mismo parámetro, la presión, está dentro de los márgenes recomendados por los fabricantes. ¿Cuánto es eso? Pues entre 1 y 2 bares. El dato lo verás en la pantalla del sistema.
Es verdad que la válvula de seguridad y el vaso de expansión ya se encargan de regularla automáticamente. Pero eso no impide que se puedan producir desajustes. Ojo, porque aunque hay una referencia genera, luego cada marca propone sus rangos de eficiencia.
PRESIÓN DE RADIADORES RECOMENDADA | |
Marca | Presión aconsejada |
Vaillant | 1 - 2 bares |
Saunier Duval | 1,2 - 1,5 bares |
Roca | 1,5 bares |
Junkers | 1,5 bares |
Ferroli | 0,8 - 1 bar |
Immergas | 1 - 1,2 bares |
Cointra | 1 bar |
Chaffoteaux | 0,6 - 1,5 bares |
Beretta | 1 - 1,5 bares |
Ariston | 1 - 1,5 bares |
Para corregir una presión demasiada alta puedes tanto purgar los radiadores como, tal y como aconseja Suner, apagar la caldera unas 3 horas. Al volver a encenderla el sistema se habrá autorregulado dentro de los márgenes recomendables.
Esta es el único consejo de mantenimiento de radiadores que te aconsejamos que hagas con la ayuda de un técnico especializado. Nos referimos a vigilar y renovar si es necesario los tapones de los radiadores.
Debes prestar atención a la presencia de juntas oxidadas o en mal estado. Las marcas recomiendan cambiar estos elementos que controlan las fugas cada 2 años, y hacer lo propio con el resto de elementos cada 5 años.
Hay quien se dedica a apretar los tapones para postergar el gasto de la intervención, pero con esto lo único que se consigue es agravar las posibles averías futuras. El proceso pasa por apagar la calefacción, purgar los radiadores, y finalmente poner tapones nuevos.
Es en este último punto en el que necesitarás una mano experta. Más que nada porque hay que desatornillas cosas con instrumentos específicos, y podrías hacerlo mal. Además es muy fácil que se acumule aire durante el proceso.
Suena contraproducente, pero es lo mejor que puedes hacer para asegurarte de que funcionará bien el próximo año. Lo ideal es que enciendas la calefacción una vez cada dos meses. Basta con que la mantengas encendida entre 20 y 30 minutos.
Con eso te asegurarás de que no se está acumulando aire y que todos los componentes se mantienen en su sitio. Este gesto es algo que pocas personas realizan y que, sin embargo, te ahorrarán muchos dolores de cabeza en meses venideros.
Hace ya 5 años que la Comisión Europea obligó a individualizar la calefacción de todos los hogares del continente. En las viviendas de nueva construcción ya se evita la calefacción centralizada, y en las que ya la lleva se instalan los llamados repartidores de costes.
Son unos dispositivos acoplados a los radiadores que miden la temperatura y el consumo del aparato y lo envían a un sistema centralizado. Con ello, en los sistemas de distribución en columna —los únicos compatibles— se ahorra entre un 20 y un 35% del consumo.
¿Qué pasa? Pues que los repartidores funcionan con baterías y que estas tienen una duración determinada. Depende un poco del modelo, pero por norma general no te van a llegar a más de 10 años. Es importante que lo tengas en cuenta para cambiarlos cuando toque.
Con todo esto ya tienes lo necesario para llevar a cabo las tareas de mantenimiento de los radiadores. Recuerda que en la prevención está en el ahorro y que no importa cuán eficiente sea tu sistema si no lo cuidas como se recomienda.
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