Electrodomésticos
Comparativa secadora de bomba de calor y de condensación
Elegir una secadora bomba de calor o condensación determinará la cantidad de electricidad consumida a final de mes, y por tanto el ahorro.
¿Te imaginas una calefacción inteligente? Y no solo con domótica. Hablamos de unos radiadores que solo calentasen lo necesario cruzando datos de temperatura exterior, para no desperdiciar ni un gramo de energía. Pues ojo, porque la tecnología ha dado con la tecla.
De unos pocos años a esta parte se ha hecho frecuente escuchar hablar de la caldera modulante; un sistema capaz de variar su potencia para reducir al máximo las posibles ineficiencias derivadas de nuestra necesidad permanente de confort. Es decir, evitar que malgastemos.
La caldera modulante se enciende y va autorregulando la potencia generada de acuerdo a la temperatura exterior y la temperatura de la propia estancia. Eso, además de ahorrar energía, permite al sistema evitar al apagado. Algo importante si tenemos en cuenta el consumo que generan los arranques.
Ojo, que esto no se contradice con lo que ya sabes de las opciones más sostenibles del mercado. Por lo general, la caldera modulante también es caldera de condensación y viceversa. De hecho se considera a las primeras como una tipología incluida en las segundas.
¿Nunca habías oído hablar de ellas? Vamos a ponerle remedio explicando qué es una caldera modulante, hablando de su funcionamiento, y claro, de su consumo. Al final esto sigue yendo de ahorrar energía y ser sostenibles.
Como ya hemos dicho, la caldera modulante es aquella capaz de variar su potencia en función de factores externos. Si nos ponemos técnicos podemos decir que oscila su temperatura de impulsión principalmente fijándose en dos cosas:
¿Por qué importa lo que pasa en la calle? Aunque no afecta directamente al confort de casa, sí que influye en el esfuerzo que debe hacer el sistema para calentar el agua. Es la mencionada temperatura de impulsión; los grados enviados desde la caldera hasta los emisores.
En un día de mucho frío, con temperaturas bajo cero, a lo mejor la caldera necesita alcanzar una temperatura de impulsión de 80 grados. Otra jornada en la que haga más calor, quizás ese esfuerzo se reduzca hasta los 50 grados. ¿Qué es lo mejor?
Por lo general cuanta menor temperatura de impulsión, mayor probabilidad de entrar en régimen de condensación. La caldera modulante evita apagarse en todo momento y disminuye de tal forma la energía necesaria para alcanzar el margen de rendimiento necesario. Ahorro y más ahorro.
¿Cómo lo consigue? Pues básicamente con sensores. Estos sistemas incluyen una sonda exterior y otra interior que permiten ir monitorizando las variaciones de grados. Esa información se cruza con la caldera, que regula el quemador en función de lo que interese.
¿No hay un solo tipo de caldera modulante? No. A la tecnología también se la conoce como caldera multietapas, porque posee varias "etapas de modulación". El concepto indica el rango de potencias a las que puede trabajar el sistema; la relación entre la potencia mínima y máxima.
Siguiendo la lógica, cuanta más modulación, más capacidad de adaptarse a las necesidades energéticas de cada momento. Esta característica es mucho más importante de lo que parece. Y no solo por el necesario ahorro energético.
En los últimos años se ha conseguido mejorar muchísimo el aislamiento de las casas. Hoy la mayoría tienen ventanas climalit y fachadas ventiladas. Con ello se ha logrado reducir la necesidad de potencia en el frente de la calefacción.
Claro, no sucede lo mismo en el apartado del ACS; seguimos teniendo que ducharnos y fregar con una buena temperatura. Un rango elevado de modulación permite a la caldera alcanzar la optimización en ambos usos, en el de la calefacción y el agua caliente.
Siguiendo todo lo anterior, tu prioridad debe ser la caldera modulante con mayor rango de modulación. Mucho cuidado con esto porque en la actualidad gran parte de los modelos poseen esta tecnología, y resulta complicado valorar.
La modulación viene reflejada en la ficha técnica con relaciones, por ejemplo 1:5 o 1:7. Ahí la primera cifra indica la potencia nominal y la segunda la potencia real. Una caldera modulante con rango 1:10 trabajará con una potencia diez veces inferior a su nominal.
En cristiano, que tendrá mayor margen para modular la energía entregada. Podrá operar desde, pongamos 3 kW hasta un máximo de 30 kW. Por eso es importante que busques el modelo con mayor rango de modulación. Exige al menos una relación de 1:10 e idealiza el 1:15.
De nada te servirá tener una caldera modulante que regula su potencia en función a lo que se vaya necesitando, si después tu termostato no es capaz de enviar la señal correcta al sistema para poner en marcha los radiadores (emisores).
Por eso cuando se habla de este tipo de tecnología, normalmente también se menciona el cronotermostato modulante. La tarjeta electrónica de la caldera va a cruzar los datos en tiempo real, pero necesitará el respaldo de este otro dispositivo para gestionar la temperatura de impulsión y el retorno del circuito.
La idea de todo esto es que la caldera modulante se mantenga en todo momento encendida. Los modelos tradicionales funcionan con un sistema on/off que genera picos de consumo en los momentos de arranque. Al llegar a la temperatura indicada se apaga a la espera de nuevo de enfriamiento.
Su alternativa eficiente aumenta la potencia para llegar a la temperatura deseada pero nunca sin llegar al tope, y después va reduciendo de forma progresiva para alcanzar el confort marcado en el termostato.
En ejemplo para que lo entiendas. Si la casa está a 14 grados y el termostato indica 21 grados, la caldera se pone a funcionar casi al 100% e irá reduciendo la potencia poco a poco según se acerque a esos 21 grados. A esto se llama diferencia entre temperatura real y consigna.
¿Qué pasa con el ACS? Pues algo parecido. Supón que el agua está a 18 grados y que hay que calentarla hasta los 65 grados. La caldera hace lo suyo rozando el 100% de potencia y la bomba de impulsión la sigue. Al llegar al objetivo marcado, esta última va frenando.
De esa manera la temperatura de retorno nunca colisiona con la temperatura de impulsión. Este margen de grados (normalmente entre 15ºC y 20ºC), es lo que permite la condensación. En un sistema de gas natural, por ejemplo, la caldera condensa cuando el diferencial está por debajo de los 33ºC.
Combinando la caldera modulante con el termostato modulante vas a ser capaz de recortar hasta un 30% la factura respecto a sistemas de gas natural tradicionales. ¿Merece o no merece la pena?
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