Suelo radiante, parquet, tarima flotante... ¿Qué suelo es mejor instalar para reducir tu consumo de calefacción? Como veremos en este artículo, existen tantos suelos como necesidades hay en cada vivienda. Para resolverte todas las dudas, aquí tienes la guía definitiva sobre tipos de suelos para ahorrar energía en casa.
En este artículo veremos, uno a uno, cuáles son los tipos de suelos más habituales que puedes colocar en tu casa para gastar menos energía y sus principales ventajas.
Si quieres elegir el suelo más asequible, eficiente y sostenible para tu hogar, quédate porque en las siguientes líneas te explicaremos cuáles son las principales características de cada uno y sus beneficios para ahorrar energía.
Casi todos los edificios modernos ya suelen tener suelos radiantes. En pocas palabras, este tipo de suelo incorpora un sistema de calefacción que ayuda a generar calor en las viviendas de forma eficiente.
Como principales ventajas, estos suelos aprovechan muy bien el calor y el impacto medioambiental que tienen es muy bajo. También se han convertido en sistemas muy utilizados en casa por su fácil instalación.
Básicamente, se trata de una red de tuberías que se coloca bajo el parqué o el suelo que tengas, recorriendo toda la casa y climatizando cada una de las estancias. Estos no son los únicos beneficios: puedes calentar y refrescar la vivienda, mantener una temperatura constante e incluso andar descalzo.
Como te decíamos, este sistema te permite ahorrar energía en casa todo el año, ya que también puede circular agua fría a través de las tuberías. Es lo que conocemos como suelo radiante refrescante. Así que no creas que se trata únicamente de un sistema de calefacción.
¡Y esto no es todo! También puedes utilizar la calefacción por techo radiante. Consiste en la aplicación del suelo radiante en las zonas superiores de casa, como son lógicamente los techos.
Por otro lado, el parquet es un tipo de suelo fabricado a base de madera. En algunos casos se fabrica a partir de varias láminas o capas superpuestas una sobre otra, pero también se puede utilizar madera maciza. También podemos encontrar el parquet industrial.
Eso sí, en ocasiones el parquet laminado puede ser sintético, es decir, que imita a la madera. A diferencia de la tarima flotante, como veremos después, la calidad del parquet sintético es menor. Esto debes tenerlo muy en cuenta.
Aunque el precio sea uno de los factores más importantes a la hora de elegir un tipo de suelo u otro, te aconsejamos optar siempre por la alternativa que sea de mayor calidad y más eficiente para ahorrar energía a largo plazo. Si bien el parquet sintético es el más económico, el precio no es lo único que debes considerar.
Tampoco te olvides de que el grosor del parquet, normalmente superior a 10 mm, es otra de las ventajas de este suelo. Cuanto más grueso sea, más resistente será con el paso de los años.
Además, podrás caminar descalzo por casa, ya que el parquet es muy calentito. ¡No volverás a tener los pies fríos! De paso, no hará falta que enciendas la calefacción a máxima potencia. Eso sí, cuanto más lijes y barnices el parquet para mantenerlo, más se irá reduciendo el grosor, pero puedes hacerlo tantas veces como quieras.
Este tipo de suelo está hecho de material sintético y utiliza diseños que imitan a otros materiales como el mármol o la madera. De este modo, podrás decorar tu casa con suelos espectaculares y sin necesidad de invertir demasiado dinero.
Además, el suelo vinílico se divide en diferentes capas que, según cuáles sean sus materiales y el precio, este será de mejor o peor calidad. En cuanto a su material, este suele estar compuesto de policloruro de vinilo, más conocido como PVC. Este es especialmente útil para mejorar el aislamiento térmico y ahorrar energía.
Normalmente, suele tener un grosor igual o superior a 4 mm. Esto dependerá del lugar donde se coloque y del uso que se le quiera dar. Lógicamente, cuanto más grueso sea el suelo, mayor será su resistencia y, por lo tanto, se incrementará el precio. No obstante, merece la pena que inviertas en materiales de calidad para tu casa.
También debes tener en cuenta algunos consejos fundamentales para su mantenimiento y evitar que pueda estropearse. Por ejemplo, este tipo de suelo no es nada recomendable para hogares donde las temperaturas sean extremas, ya sea porque haga muchísimo frío o muchísimo calor durante el día.
En cuanto a la tarima flotante, no debes confundirla con otros tipos de suelo. Como verás después, se parece al suelo vinílico y al parquet, pero no son lo mismo. Concretamente, la tarima flotante es más bien un tipo de instalación.
Puedes elegir entre diferentes materiales, modelos y precios, dependiendo de cuáles sean tus necesidades. Generalmente, la tarima flotante se compone de madera natural y tiene tres capas distintas de maderas.
Además, podemos distinguir principalmente dos tipos de tarimas flotantes:
Al igual que parquet, el espesor de la tarima flotante suele ser de entre 10 y 20 mm e incluso algunos pueden llegar casi a los 30 mm. Sin embargo, el parquet es algo más resistente que la tarima flotante. Además, la tarima puedes lijarla, como mucho, dos veces durante su vida útil.
El suelo hidráulico se compone de baldosas cerámicas, con prensas hidráulicas y a base de cemento pigmentado. En cuanto a decoración, este tipo de suelo se caracteriza por dar un estilo vintage a tu vivienda.
Ahora bien, ¿qué beneficios tiene el suelo hidráulico? Pues estas son las principales ventajas que debes tener en cuenta si estás pensando en instalarlo:
Por último, te aconsejamos conocer las ventajas del suelo laminado. Se trata de una especie de parquet sintético, a su vez fabricado con varias láminas de diversos materiales. El suelo laminado no solamente puede ser de madera, aunque aparentemente parezca que sí.
Eso sí, la estructura robusta de este suelo hace que sea muy resistente y, por lo tanto, sea uno de los materiales más utilizados para las casas más modernas. Además es capaz de crear un ambiente cálido, proporcionando un gran aislamiento térmico, al igual que el suelo hidráulico.
En cuanto a su mantenimiento, este es bastante sencillo de limpiar. El único problema es que, si se estropea, tendrás que cambiar todas sus capas o láminas al completo. También es compatible con el suelo radiante, así que te permitirá ahorrar energía tanto en invierno como en verano, aportando tanto calidez como frescor a tu vivienda.
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