Sostenibilidad
Trazabilidad ambiental: cómo reduce tu huella de carbono
Gracias a la trazabilidad ambiental se puede establecer una hoja de ruta con todos los procesos que ha vivido un producto a lo largo de su vida.
Los productos que consumimos en nuestro día a día hacen un gran viaje hasta que llegan a nuestras casas. Uno de los encargados de medir esto es la trazabilidad ambiental. Te explicamos en qué consiste este término y cómo puede reducir tu huella de carbono.
Piensa en un producto que puedas comprar cualquier día, como una botella de agua, por ejemplo. Hasta que llega a tus manos, ha tenido que vivir un proceso de transformación y transporte bastante largo.
El plástico en el que se introduce el agua nace de la unión de diferentes materias primas como el petróleo, carbón o gas natural. Después, habría que darle forma y rellenarlo con el líquido. Cuando acabe el proceso de etiquetado y pruebas de calidad, tocaría transportarlo a tu supermercado.
Como te habrás dado cuenta, hay una gran variedad de procesos implicados para que te llegue una sola botella de agua. Ahora, hazte a la idea de que todo lo que compramos pasa por un proceso similar en mayor o menor medida.
La trazabilidad ambiental es una herramienta que podemos utilizar para medir el impacto sostenible que tiene un objeto, desde que es materia prima hasta su resultado final.
Podríamos decir que es una especie de mapa temporal en el que vamos viendo la evolución que ha tenido. Primero, vemos cómo se han extraído las materias primas, cómo se han transformado y todos los procesos posteriores.
El análisis que se lleva a cabo durante la trazabilidad ambiental es extenso y muy especializado. Esto quiere decir que tiene en cuenta el nivel de emisiones perjudiciales que surgen en todo el proceso, cantidad de energía o agua utilizados…
Gracias a estos procesos nos hacemos una idea del nivel de contaminación de cada producto y podemos elegir si optamos por uno más o menos perjudicial para el planeta.
Calcular la trazabilidad ambiental de un producto es algo complejo y que tiene en cuenta distintas variables. Existen diferentes métodos para poder llegar a una conclusión.
Una de las técnicas más utilizadas es el análisis del ciclo de la vida. Consiste en apuntar el impacto ambiental que ha tenido la elaboración del producto desde la extracción de las materias primas hasta su uso.
Lo positivo que tiene este método es que analiza diferentes variables, como pueden ser las emisiones de gases perjudiciales para el planeta o la creación de residuos derivada de la producción.
Otra de las técnicas que se suelen utilizar es la medición de la huella de carbono generada durante la elaboración. Se tiene en cuenta la energía que se ha utilizado, las emisiones de carbono derivadas de la refinería o el transporte en caso de ser necesario.
Está bien saber qué es la trazabilidad ambiental, pero también debes conocer para qué puedes usar toda esa información que te proporciona. Hay una vía de acción muy clara.
Gracias a la trazabilidad ambiental puedes hacerte una idea de lo contaminantes que son los productos que consumes a diario. De esta manera, eres más consciente de su impacto negativo.
Ahora bien, puedes aprovechar esa información que acabas de conseguir y contrastarla otros productos similares. Gracias a esto, puedes reducir tu huella de carbono en el planeta.
Ojo, esto también lo pueden empezar a utilizar las empresas para su producción o durante la elección de proveedores para reducir su impacto medioambiental.
Imagina que una empresa productora de ropa está dudando entre dos métodos de elaboración de ropa. Generalmente, se quedarían con el más barato o que más beneficios pueda generar.
Sin embargo, gracias a la trazabilidad ambiental puede hacer una estimación bastante exacta del impacto en el medio que podría generar y decantarse por la opción más sostenible.
Una de las grandes variables que siempre tienen en cuenta las empresas es la opinión de sus consumidores. Tiene la importancia suficiente para cambiar los procesos de producción o estrategias de publicidad.
Ahora bien, la sostenibilidad y cuidado del planeta son algunas de las iniciativas que más movilizan a la gente. Por tanto, pueden llegar a influir en las decisiones que impacten negativamente en el medioambiente.
Al aprovechar la trazabilidad ambiental, los consumidores son conscientes del producto que consumen y pueden trasladar su preocupación a la empresa productora o que intervenga.
De esta manera, la empresa y la ciudadanía pueden llegar a un acuerdo que abogue por una mejora en la sostenibilidad y mayor cuidado del planeta. Si no fuera por la trazabilidad ambiental, sería más complicado.
La trazabilidad ambiental ayuda a que conozcamos mucho más sobre los objetos que compramos. En consecuencia, tenemos el poder de elegir un producto más o menos contaminante.
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