Es el dilema de todos los años: llega el invierno, empiezas a poner la calefacción en casa, y te preguntas si no hay alguna otra alternativa energética que te permita ahorrar un poco en las facturas del gas. Pues la realidad es que sí, y algunas de ellas son hasta ecológicas.
No, no hablamos ni de la aerotermia ni de la geotermia, dos opciones también sostenibles. En este caso queremos poner la mirada sobre las chimeneas y estufas de bioetanol; un combustible ecológico que está ganando mucha fuerza en las nuevas construcciones.
Puede que te lo estés preguntando y la respuesta es que sí; es posible mantener una vivienda a la temperatura de confort sin recurrir a las dos fuentes de energía tradicionales: la electricidad y al gas (en todas sus derivaciones del petróleo).
La tecnología ha evolucionado lo suficiente como para que la industria sea capaz de ofrecer aparatos especializados en la quema eficiente de componentes sostenibles. Esto nos ha llevado a eliminar del imaginario la mala reputación que tiene la chimenea tradicional.
Para tener este sistema en casa ya no es necesario apostar por un método sucio e incómodo que requiere de madera o carbón constantemente. Las biochimeneas o estufas de bioetanol entregan todo lo bueno de las chimeneas, pero sin el precio de contaminación a pagar.
En EnergyGO no solo ofrecemos electricidad 100% limpia, sino que también apoyamos todas las alternativas energéticas eficientes y sostenibles. Por eso no podíamos mirar hacia otro lado al observar el fenómeno creciente detrás de estos aparatos.
¿Cuánto gasta una estufa de bioetanol? ¿Cómo funcionan? ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de estas chimeneas de bioetanol? Si estás pensando en calentarte este invierno con fórmulas ecológicas, sigue leyendo.
De aquí en adelante vamos a hablar de chimeneas de bioetanol y de estufas de bioetanol como sinónimos; al fin y al cabo son dos formas distintas de mencionar el mismo tipo de calefacción sostenible. ¿Por dónde empezar?
De acuerdo con la OCU, “las estufas de biomasa se han convertido en una alternativa barata y respetuosa con el medioambiente como fórmula de climatizar la vivienda en invierno”. No paramos de hablar del componente verde de estos aparatos. ¿Cómo lo consiguen?
Para eso hay que entender qué es el bioetanol. Estamos ante un combustible líquido de origen vegetal que se obtiene de distintos tipos de plantas ricas en azúcares (caña de azúcar, maíz, etc), cuya quema no genera ningún tipo de residuo.
Se comenzó a utilizar a principios del siglo XIX como agente químico, base para bebidas alcohólicas y motores de combustión. Con el tiempo la tecnología a su alrededor fue evolucionando, hasta que terminó convertido en un elemento decorativo.
Así, hace aproximadamente una década las viviendas más modernas comenzaron a instalar chimeneas de bioetanol por su aspecto visual. ¿Qué paso? Pues que los usuarios no tardaron en exigir también propiedades caloríficas más prácticas.
Hoy los residuos de la limpieza de bosques, la industria maderera y la del aceite sirven como fuentes de producción de un combustible revalorizado como alternativa de calefacción. Así, en la práctica las estufas de bioetanol funcionan como las estufas tradicionales, pero sin contaminar.
Vistas desde fuera no tienen nada sorprendente; son chimeneas un poco más atractivas visualmente que las homónimas de toda la vida, con una llama candente y una evidente emisión de calor. Pero la magia se produce en su interior.
No tiene mucho misterio. Hay un quemador a rellenar. Normalmente el fabricante señala el nivel de carga con una marca fácilmente distinguible. Antes de hacerlo, claro, hay que asegurarse de que el aparato está apagado y frío.
Rellénalo con biotenol manteniendo una extrema precaución. “Con cuidado de no desbordar el recipiente ni derramar combustible fuera del mismo”, explican desde Estufas Web. “Puedes ayudarte de un embudo para esta acción y limpiar con un paño las posibles salpicaduras”.
Después lo único que quedará por hacer será acercar un encendedor o una cerilla al aparato, y listo. Al principio se producirá una pequeña deflagración, pero tranquilo porque es completamente normal.
A partir de ese momento la chimenea de bioetanol comenzará a elevar la temperatura de la estancia por convección. El fuego calentará el aire a su alrededor, haciéndolo ascender hasta las partes superiores de la habitación. Al llegar ahí se enfriará y volverá a caer para repetir el ciclo.
Es exactamente lo mismo que hace una chimenea tradicional, con una salvedad importante: no hay tiro de calor. Es decir, que la llama trabaja directamente con el entorno, sin ser canalizada por ninguna parte. Eso solo es posible porque no se generan ni humos ni ningún otro tipo de residuos.
Partiendo de este funcionamiento, en el mercado se pueden encontrar distintos modelos con disposiciones bien diferenciadas:
Las chimeneas de bioetanol ofrecen muchos beneficios, pero hay tres fundamentales que están detrás de su popularidad. Se trata de características atractivas para cualquier tipo de usuario, independientemente del presupuesto o las necesidades energéticas:
Esto, claro, no quiere decir que las chimeneas de bioetanol sean perfectas. De hecho, hay un par de inconvenientes a mencionar que echarán para atrás a más de un posible comprador. Y es que, hay que hablar inevitablemente del coste del combustible.
Al hablar de precios siempre tenemos que movernos por medias de mercado. Hay excepciones y excepciones, por eso acudimos a fuentes oficiales y sectoriales para tener una mínima referencia y poder hacernos una idea de lo que nos costará la inversión.
Precio (euros) | |
---|---|
La más barata | 40 euros |
La más cara | 1200 euros |
La más interesante (precio-calidad) | 200 euros |
A estos precios, tal y como señala la OCU, hay que añadir la tarifa de la instalación. Es un trabajo que suele facturarse a unos 400 euros dependiendo de la compañía. Y a partir de ahí ya podremos tener en cuenta el consumo de las estufas de bioetanol.
Como bien explican desde CaloryFrío, en el cálculo hay que considerar el tamaño de la estancia, la temperatura deseada y la potencia calorífica del quemador. “Si lo que precisa es calentar la estancia partiendo de una temperatura baja, deberá utilizar el quemador a su máxima potencia”.
En ese caso tendríamos un consumo aproximado de entre 0,35 y 0,40 litros/h de bioetanol. Tras 40 minutos de funcionamiento, podremos reducir la intensidad para situar el gasto entre los 0,20 y los 0,30 l/h.
Si hacemos una media tenemos que una chimenea de bioetanol consume 1 litro de bioetanol cada 4-5 horas de combustión. ¿Y cuánto cuesta el combustible? Depende de la marca, pero ronda los 3 euros el litro.
Según El Club del Fuego, una chimenea de bioetanol de 2kW de potencia puede permitirnos aumentar en 1 hora entre 4 y 5 grados la temperatura de una estancia de 20 metros cuadrados. “En esa hora el consumo será de 0,3-0,4 l/h”.
Haciendo un uso inteligente y cerrando un poco la llama para reducir el consumo hasta los 0,2 l/h podríamos movernos en los 0,75 euros cada 60 minutos. Nada mal.
Si estás comprometido con el ahorro y la crisis climática, no lo dudes. Apuesta por fórmulas como las estufas de bioetanol, y complementa tu consumo energético con una electricidad 100% limpia y nacional como la de EnergyGO.
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