Lo tienes todo el día encendido, incluso cuando no estás en casa. Crees que el modo suspensión permite consumir menos energía, y que hay otros electrodomésticos mucho más gastones de los que preocuparse.
Pues no podrías estar más equivocado. Es verdad que lo que consume un ordenador está a años luz de las cifras que se manejan con el frigorífico (el aparato con más demanda de casa), el aire acondicionado o el lavavajillas.
Pero a la hora de intentar ahorrar en la factura de la luz todo cuenta; desde el despilfarro con el lavavajillas hasta todos esos leds que te dejas encendidos durante el año y que, de acuerdo con IDEA, llegan a suponer el 10,7% del total consumido en las viviendas.
Adoptar este enfoque de eficiencia supone mirarlo todo y sí, también preocuparse por el PC. ¿Cuánto consume? ¿De verdad se puede ahorrar energía con él? ¿Puedo cambiar mis hábitos para recortar la factura?
En este artículo vamos a intentar dar respuesta a todas a esas preguntas para que puedas incluir al ordenador en tus estrategias de economía doméstica.
Volvemos a IDAE para salir de dudas. Este instituto público estima que el consumo del ordenador supone el 7,4% de la tarifa anual eléctrica de los hogares españoles. Eso equivale a unos 145 kWh/eq.
La cifra, eso sí, varía dependiendo de la fuente estudiada. Tarify, por ejemplo, estima que el consumo se mueve en la horquilla de los 180-220W de media. En cualquier caso ¿eso es mucho o poco?
Para empezar, la irregularidad en los datos se debe a que hay muchos tipos de ordenadores, y que no todos consumen lo mismo. Y para seguir, el uso que le demos también condiciona enormemente el gasto.
“Actualmente pagamos por la energía de cualquier dispositivo, una media de unos 0,14€/kWh”, indican. “Si por ejemplo empleamos nuestro ordenador 10 horas al día, hablamos de un consumo aproximado de 2,2kWh. Traducido en dinero, supone unos 0,30 €. Anualmente es igual a 1120€”.
Claro, que pocas personas se pasan tantas horas al día delante del ordenador de casa. Si teletrabajas recuerda que será la empresa la responsable de esos gastos, y si eres autónomo pues no tendrás más que afrontarlo.
La cuestión es que para un usuario medio que utilice su PC unas 3 o 4 horas al día (siendo generosos), este aparato le supondrá un consumo mensual de aproximadamente 3 euros. Eso al año son 36 euros, menos de los 50 que manejan ciertas fuentes.
Ahora bien, nos estamos dejando fuera del cálculo la electricidad que gasta el equipo cuando está apagado. Sí, seguirá consumiendo incluso cuando ya no lo estemos utilizando. La regleta, el led de la pantalla, el ratón si está en standby; vamos sumando hasta rondar los 4W.
A esto hay que sumar las variaciones de precios con el nuevo sistema de discriminación horaria, el consumo del monitor y el tipo de actividad realizada. No es lo mismo procesar y editar vídeos que navegar por Internet o cotillear Facebook. El cálculo se complica.
Lo primero que tienes que hacer es ser consciente de todos los aparatos que conforman un equipo. Si hablamos de un portátil pues entonces solo contará el propio ordenador y los periféricos conectados a él.
Con los PC de sobremesa la cosa es algo más peliaguda, porque debemos considerar también el monitor así como el ratón y los demás aparatos encendidos al mismo tiempo. Ahorrar significa tener todo esto en mente.
Todos los ordenadores, desde el portátil más humilde hasta el equipo gamer más potente, cuentan con una configuración interna para ahorrar energía. En Windows solo tienes que entrar a las opciones de rendimiento dentro de los ajustes.
Aunque parezca tentador ponerlo todo al máximo, al hacer eso estarás desperdiciando un montón de recursos innecesariamente. Sigue las indicaciones internas y mantén todo a nivel medio o bajo. Lograrás ahorrar hasta un 37% de energía haciéndolo bien.
El Sistema Operativo te permite configurar la suspensión de la pantalla. Es decir, fijar el tiempo que quieres que pase antes de que entre en ese modo. Suele venir predefinido a unos pocos minutos, pero puedes llegar incluso a desactivarlo.
Si eres de los que están haciendo varias cosas a la vez y no operas continuamente con el ordenador, lo recomendable es ajustarlo por debajo de los 5 minutos, para que la pantalla se apague automáticamente. Tranquilo, porque no se activará si estás viendo películas o vídeos.
Es uno de los errores más comunes. El modo de espera es el causante de casi el 30% de la energía total consumida por el aparato. Así que no, dejarlo así no te librará por completo de gastos.
Cuando termines de utilizarlo, apágalo siempre. Sabemos que es una molestia tener que esperar a que arranque después, pero es la única manera de ahorrar. Una vez esté en off, ve a la regleta y asegúrate también de apagarla.
¿De qué te sirve tenerla siempre con el brillo al máximo? Todos los equipos cuentan con una serie de parámetros que facilitan el ajuste energético de la pantalla. En el caso de sobremesa, pues del propio monitor.
No decimos que lo bajes al mínimo, porque no verás nada. Lo ideal es mantenerlo en un 60-70% de su capacidad. Leerás bien todo lo que aparezca en pantalla y no le estarás pidiendo un sobreesfuerzo que terminará repercutiendo en tu bolsillo.
Un router medio consume unos 4,50W y en todo un año no te ocasionará un gasto superior a los 6 euros. Pero puestos a ahorrar, pues no te cuesta nada apagarlo cada vez que dejes de usar el ordenador o salgas de casa.
Si tienes un modelo algo más moderno puedes apostar por programarlo para que se apague automáticamente al cabo de unas horas. Esto es ideal por las noches, cuando te vas a dormir y dejas de utilizar el móvil.
Es muy frecuente darle un uso idéntico al ordenador portátil y al de sobremesa. Sin embargo, el primero necesita unos cuidados específicos. El más sencillo de atajar y que más puede repercutir en tu consumo anual es el sobrecalentamiento.
Aléjalo de la ventana cuando esté dando el sol de lleno, y trata de mantenerlo a una distancia de separación mínima de 1 centímetro respecto a la mesa o encimera en la que esté apoyado. Usa un soporte o cualquier otra cosa. Ahorrarás.
Todos estos consejos son prácticos cuando nos encontramos con PC comprados directamente en la tienda, pero ¿y si nos lo montamos nosotros mismos? En ese caso podremos elegir los componentes más eficientes a nivel energético.
Tampoco se trata de renunciar al rendimiento; nos referimos a encontrar un equilibrio que rehuya del despilfarro del ecosistema gaming. Por ejemplo, escogiendo un SSD por encima de un disco duro mecánico.
Apuesta por la refrigeración líquida y revisa bien el procesador que instalas: cuantos más núcleos tenga más electricidad consumirá. Para jugar te bastaría con un i5, en lugar de un i9 con tropecientos núcleos y un destacado TDP.
Si estás montándote el ordenador a través de alguna web especializada, nunca está de más consultar al equipo de asistencia para que te dé alguna recomendación. En EnergyGO te respaldaremos por detrás con la energía 100% limpia y nacional que necesitas.
Encuentra consejos diarios, información práctica y unos hábitos de consumo responsable entrando en nuestra web o llamado al 900 622 700. Disfrutar de la mejor tecnología no tiene porqué ir aparejado al gasto energético.
Además, hasta el próximo 15 de septiembre, si decides dar el paso disfrutarás de un descuento de 50 euros en tu factura de la luz, repartidos en 5 descuentos de 10 euros al mes durante los primeros cinco meses desde la activación