Al hablar de los electrodomésticos que más consumen de casa lo más normal es terminar centrando el debate en la lavadora, el lavavajillas y, especialmente, la nevera; el aparato del gasto por antonomasia.
Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de que nuestros hábitos son estacionales y que utilizamos los aparatos de la misma forma durante todo el año. De hecho, en verano el rey del despilfarro no es otro que el aire acondicionado.
Arrinconados por la disparatada subida del precio de la luz, el salvavidas estival de muchos ha quedado relegado a un segundo plano. ¿Es para tanto su consumo? Como ya os comentamos hace un tiempo, la realidad es que sí.
Quienes apuestan por un ventilador se mueven entre los 9 y los 25 euros al mes dependiendo del tipo de instalación, pero quienes abogan por el aire acondicionado pueden llegar a alcanzar los 60 euros de sobrecoste en la factura.
Ahora bien, no está todo perdido. Aunque es una tecnología que gasta mucha energía de por sí, existen métodos de ahorro que van más allá de ajustar los horarios y hacer uso de tecnologías como el inverter.
Hablamos, claro, del mantenimiento. Y es que, pese a que existe cierta conciencia en torno a la revisión del lavavajillas o el frigorífico, no ocurre lo mismo con el aire. Requiere cierto control si queremos que funcione en su punto óptimo.
Son los principales causantes de un sobreconsumo del aparato. Estos componentes se ensucian con mucha facilidad y terminan impidiendo que salga todo el aire frío generado por el dispositivo.
Desde Insotec Clima resaltan problemas tanto de gasto como de salud cuando el aparato funciona con filtros sucios. Traducido a la práctica, hablamos de flujos de aire restringidos, enfermedades respiratorias, y claro, un enfriamiento deficiente.
Para solucionarlo existen dos alternativas: o sustituirlos por unos nuevos —recomendable solo cuando están muy deteriorados, y siguiendo siempre las instrucciones técnicas—, o limpiarlos. Esto último se recomienda hacerlo al menos dos veces al año.
¿Cómo? No basta con llegar ahí y pasar la mopa aplicando un poco de jabón o limpiador. Proceder sin informarse antes puede terminar ocasionando averías todavía más graves.
Llegarás a él abriendo la parte frontal del Split. Antes de limpiarlos retíralos del soporte y llévatelos a un recipiente limpio y exclusivo para la operación. Ahí podrás sumergirlos en agua, pero siempre fría. Una temperatura elevada los echará a perder.
Otras opciones pasan por aplicar un jabón antibacteriano específico o limpiarlos con una aspiradora de mano (haciéndolo con mucha suavidad). A la hora de secarlos busca un espacio en el que no les de la luz del sol directamente ni haya ninguna fuente de calor.
Ah, y no te olvides también de hacerles un repaso a los tubos que conectan con el Split. Límpialos bien antes de colocar de nuevo los filtros, y espera un par de horas a que se sequen para completar la operación.
Cuando mencionamos el Split nos estamos refiriendo a lo que la gente comúnmente conoce como “aire acondicionado”. Es decir, el aparato alargado que se coloca en una esquina o sobre el techo dentro de las viviendas.
Fuera, sobre la fachada o el techado, otro aparato completará el ciclo para que el gas y la ventilación puedan refrigerar las estancias. Pues bien, ese Split también hay que limpiarlo de vez en cuando para evitar que el consumo se dispare.
Esto es así porque el filtro no retiene todo el polvo que entra en el aparato; parte de la suciedad se queda incrustada en el evaporador, obligando la turbina a emplear más energía para conseguir el mismo resultado.
En este caso puedes aplicar un jabón especial y centrarte en las rejillas (donde más suciedad se acumula). Otra opción es pasar un aspirador y una bayeta con líquido desinfectante. Y de nuevo, siempre mirando las instrucciones.
Este paso solo podrás llevarlo a cabo si la misma unidad está a tu alcance. En pisos de muchas alturas es habitual colocarlo directamente sobre la fachada, haciendo difícil, cuando no imposible, su acceso.
En tal supuesto lo mejor es que llames al servicio técnico para que lo revise por ti. Es importante que trates de evitar esta disposición en el momento de la instalación. Prevenir siempre es mejor que curar.
Si lo tienes accesible, el proceder es bien sencillo. Abre el compartimento del ventilador y limpia el polvo acumulado con una aspiradora. Chequea que las entradas de aire y el tubo de desagüe no estén obstruidos.
Para limpiar algunas zonas seguramente necesites cepillos de distintos tamaños. Y ya si eres algo más experto, puedes aplicar aire a presión para la batería de intercambio. Eso te sacará de toda duda respecto a la revisión.
Algunos modelos cuentan además con orificios de lubricación. ¿Es tu caso? Puedes introducir en ellos aceite específico para esos motores. Lee bien las indicaciones para evitar averiar el mecanismo interno.
Los verás en el momento de limpiar los filtros de la unidad interna. Son una suerte de láminas semitransparentes que funcionan en consonancia con los anteriores componentes y que también se ensucian.
Hay muchas personas, de hecho, que al revisar sus aires acondicionados confunden los intercambiadores con los filtros. No te preocupes, porque al final hay que revisar a fondo todo lo que vamos viendo.
Para este caso lo ideal es emplear un pincel o una brocha y tener mucha paciencia. Es preferible evitar productos líquidos y cualquier tipo de aplicación que derive en humedad. Si lo haces bien no los echarás en falta.
Es normal que quieras ahorrar unos euros intentando hacerlo tú mismo, pero la realidad es que hay algunas averías que no se pueden resolver sin un poco de conocimiento técnico sobre aires acondicionados.
Con el tema de la suciedad no deberías de tener ningún problema si actúas con cuidado y siguiendo las indicaciones del fabricante, pero la cosa cambia cuando nos topamos con problemas de gas.
O lo que es lo mismo, cuando hay algún tipo de fuga. Ni aunque consigas identificar el punto por el que el sistema está perdiendo, serás capaz de asegurar el circuito si no cuentas con un poco de ayuda.
Echa un vistazo a Internet, comprueba si la marca tiene un servicio técnico, y trata de sacar provecho de la garantía en caso de que todavía se aplique a tu producto. Haz lo que sea, pero no te quedes parado.
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