Alguna vez te has preguntado cuánto consume una impresora en la factura de la luz? Aunque no lo creas, estos dispositivos pueden aumentar considerablemente el gasto de tu factura energética si no los utilizas con cabeza.
Por eso, en este artículo veremos cuánta energía consumen y cuál es el tipo de impresora más sostenible del mercado.
¡Depende! Desde el tipo de impresora (láser, de inyección de tinta, 3D…) la marca y el modelo que elijas y, por supuesto, el tiempo que dejes tu impresora encendida, ya sea en casa o en la oficina.
Por eso, en las siguientes líneas te explicaremos en detalle en qué debes fijarte para calcular el consumo de una impresora.
Es más habitual encontrar impresoras láser en oficinas que en hogares, pero eso no significa que no haya modelos domésticos interesantes. De hecho se suelen vender prometiendo una velocidad mucho más elevada que la que ofrece la inyección de tinta.
Esta tecnología emplea tambores fotosensibles sobre los que se proyecta una fuente de luz que va dibujando la imagen. Da igual de qué tipo sea porque todas ellas se mueven en torno a las mismas cifras de consumo. Solo debes mantenerte precavido con las MFP.
Los dispositivos multifunción son workstations que incluyen su propio software y funcionan casi como ordenadores individuales. Esto, lógicamente, tiene un reflejo directo sobre el coste energético. ¿De cuánto hablamos? Pues de bastante poco.
No podemos darte una cifra concreta porque varía dependiendo de la marca y del modelo, pero las impresoras láser rondan los 300 - 600 W (0,3 - 0,6 kW). Ojo, hay que tener en cuenta no consumen lo mismo trabajando que en modo espera o en hibernación.
Lo mismo aplica si miramos el tipo de trabajo. No es lo mismo imprimir un documento que copiarlo o escanearlo. Lo normal es que el pico lo encuentres en la impresión y el máximo ahorro en el escaneo. Pero, como siempre, hablamos de medias generales.
Si no encuentras el consumo en la ficha técnica, que sepas que los vatios (W) son el resultado de multiplicar los voltios (V) por los amperios (A). ¿Medida de tiempo rara? Pues divide hasta conseguir la referencia que quieras.
Las reinas de la eficiencia en el entorno doméstico. Las impresoras de inyección de tinta no son recomendables en oficinas porque resultan caras de mantener (mucho desgaste) y porque funcionan a bastante menos velocidad que los modelos láser.
¿Qué pasa? Pues que en casa eso da igual porque nos movemos en volúmenes de trabajo más pequeños. La tecnología consiste en la expulsión de pequeñas gotas de tinta a través de boquillas que recorren vertical y horizontalmente la hoja.
Más allá de su funcionamiento, lo que nos interesa saber es que la impresora de inyección de tinta consume mucho menos que la impresora láser. ¿Por qué? Pues, entre otras cosas, porque carece de fusor.
HP
Este es el componente que genera el calor que fija el polvo de tóner al papel con temperatura y presión. Hablamos de un precalentamiento de 200º. Y ya te imaginarás lo que supone a nivel de coste energético. La diferencia con las impresoras láser es tremenda.
Para comprobar estas cifras, nos hemos ido al mercado. Por ejemplo, el modelo MFC-J6940DW de Brother consume aproximadamente 29 W. En todos los casos nos referimos al proceso de impresión. En modo lista cae a 5,5 W, en reposo a 0,9 W y apagada a 0,03 W.
Al igual que todos los electrodomésticos y aparatos electrónicos, las impresoras tienen certificados de eficiencia. La cosa es que en este mercado la cosa funciona de forma algo más particular. En lugar de letras, tenemos etiquetas con nombres propios.
Con que los tengas controlados es suficiente. El fabricante te lo indicará en la ficha técnica, por lo que solo necesitas buscarlo por palabra. De todas formas te dejamos aquí debajo los que se manejan actualmente en el mercado:
Tienen otro uso pero siguen siendo impresoras, así que ¿por qué no meterlas también en el mismo saco? Si estás pensando en comprarte una impresora 3D, además de la tecnología, las dimensiones y el tipo de consumible, debes revisar el consumo de energía.
Pero claro, esto no es tan fácil de calcular como parece. Si te parecía difícil lo de la impresora láser y de inyección de tinta por sus modos, alucinarás con el tema del consumo de la impresora 3D.
El coste energético de este dispositivo depende, entre otras cosas, de la temperatura empleada y las eficiencias de calor (aislante), del tiempo de funcionamiento y hasta del esfuerzo que tenga que hacer la fuente de alimentación.
Por este motivo encontramos muchísima disparidad entre modelos. Podemos darte medias, pero recuerda que son solo aproximaciones y que lo mejor es colocar un amperímetro en la fase de entrada a la fuente y medir.
Recuerda pasar siempre las cifras a kW y luego multiplicarlas por el tiempo de funcionamiento para poder relacionar el consumo con el precio de la electricidad y así obtener el coste energético real.
Con esa información ya podrás empezar a ahorrar. Además, utilizar los perfiles recomendados por el fabricante e imprimir solo en horas valle te va a ayudar bastante.
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