Caldera, calentador o termo: ¿cuál elegir para tu casa? Pues todo depende de lo que estés buscando, porque estos electrodomésticos no son idénticos y tienen algunas funciones especiales. Te explicamos sus diferencias y aclaramos cuál es el que más te conviene.
Porque hay muchas alternativas para ahorrar en invierno, pero uno de los mayores gastos que solemos tener son el gas y el agua. Si estás pensando en reducir tu factura cambiando la caldera o calentador, te enseñamos qué te conviene más.
La caldera, el calentador y el termo son tres electrodomésticos que asociamos a mantener una buena temperatura en casa y calentar el agua del hogar. Sin embargo, no hacen lo mismo.
En primer lugar tenemos las calderas, que son esos electrodomésticos que sirven tanto para proporcionar agua caliente sanitaria (el que usamos en la ducha o para fregar platos) como para mejorar la calefacción de casa.
Las calderas pueden ser de butano, propano, eléctricas o de gas natural; en función de la casa. Si están pensando en instalar una en tu casa, te recomendamos que sea una caldera de condensación.
Las calderas de condensación son unos electrodomésticos que aprovechan los gases que se producen durante la combustión. De esta manera, aumenta muchísimo la eficiencia y te ayuda a reducir la factura del gas.
Hay muchas formas de hacer más eficiente tu caldera: mantenerla a una buena temperatura, comprobar la presión del agua, controlar el ambiente…
Las calderas son un electrodoméstico fundamental en los hogares, ya que cumplen un par de funciones vitales. Aun así, se pueden sustituir por otros elementos.
También debes tener en cuenta que el precio de una caldera es más elevado que el del resto de electrodomésticos que vamos a mostrarte. ¿Los hace esto menos recomendables? No, porque te sirven para más cosas.
El calentador es un electrodoméstico que sirve exclusivamente para suministrar agua caliente sanitaria. Dicho de otra forma, para calentar el agua de casa y que podamos ducharnos o lavar los platos.
Una de las principales diferencias es que el calentador comienza a funcionar en el momento que giras el grifo para poner agua caliente. Además, su tamaño es menor que el de una caldera o termo.
El calentador funciona mediante un circuito de combustión de gas y suele tener un límite de litros que puede calentar por minuto. Ojo, esto no significa que vayas a quedar con el agua fría, ya que tiene una alta capacidad.
Además es fundamental tener una toma de gas para poder usar un calentador, así que es algo que debes tener en cuenta. Su instalación es muy sencilla, además no tienes que realizar mucho mantenimiento.
Con respecto al coste, los calentadores se quedan a medio camino entre las calderas y los termos. No son tan caros como una caldera, pero tampoco tan asequibles como un termo eléctrico.
Por último tenemos los termos, que son una alternativa muy interesante, sobre todo en las casas que no tienen toma de gas. Sin embargo, su funcionamiento hace que mucha gente decida no usarlos.
Los termos sirven para acumular un montón de agua caliente en su interior. Lo que hacen es calentarla hasta ciertos grados y luego la mantienen a la misma temperatura.
¿Cuál es el problema de este sistema? En el momento que el termo se quede sin agua caliente tendrá que rellenarse otra vez y eso significa que te quedarás un buen rato hasta que la temperatura vuelva a ser la que quieres.
También podemos sacarle otra pega: ahora mismo, la electricidad está más cara que el gas. Probablemente, este sea el punto negativo más grave que le puedes sacar.
Sin embargo, también hay que tener en cuenta que su instalación es muy barata y rápida. Además, el mantenimiento es muy sencillo y no suelen ser muy grandes.
Ahora que sabes la utilidad de cada uno de estos electrodomésticos llega el momento de elegir con cual quedarte. Las tres opciones son interesantes, pero en diferentes situaciones.
Nosotros te recomendamos que, si no tienes ninguno de estos elementos en casa, te decantes por la caldera. Es el elemento más polivalente y aunque su coste inicial sea el más alto, a largo plazo agradecerás haberte quedado con ella.
Puedes escoger una caldera de condensación y notarás el ahorro en cuanto empieces a usarla. Un calentador también te puede ser útil, aunque tendrás que buscar otra forma de aclimatar la casa.
En último lugar se quedarían los termos. No te confundas, no es que sean una mala opción, pero depende de la situación en la que te encuentres. Por ejemplo, son ideales para una segunda vivienda en la que no haya toma de gas.
El mayor inconveniente que tienen los termos es que la factura de la luz te subirá mucho. La caldera o el calentador son una opción más económica y seguro que te dejan satisfecho.
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