Ni caldera ni tuberías ni nada; al final si el radiador no calienta da igual cuánto de sostenible o eficiente sea tu sistema de calefacción. Son esos emisores los encargados de distribuir la temperatura por la vivienda y sin ellos no hay nada que hacer.
Es importante tener esto en cuenta porque muchas veces nos obsesionamos con la caldera; creemos que todo pasa por ahí y que no puede haber ninguna otra avería posible en la instalación. No hace falta que te digamos que es un completo error.
Los radiadores, ya solo por estar presentes en un número elevado por toda la casa, ya tienen más probabilidades de estropearse que un solo dispositivo de combustión. Vale que el funcionamiento de este es más complejo, pero eso la sencillez no siempre es sinónimo de fiabilidad.
¿Cada cuánto se estropea un radiador? Es complicado saberlo. La realidad es que no deberías tener problemas irreversibles durante muchísimos años. Al menos si sigues las recomendaciones técnicas de mantenimiento.
De todas formas el saber no ocupa lugar. Ahora que el frío está dejando sus últimos coletazos, es buen momento saber, en un caso hipotético, por qué el radiador no calienta. Más que nada para poder actuar.
Para responder a esta pregunta primero hay que entender cómo funciona un radiador de agua. No tiene ningún misterio porque su propio nombre ya nos da una pista muy importante (da igual que lo llames "radiador" o "emisor", es lo mismo).
El agua que llega caliente de la caldera circula por las tuberías y entra al radiador a través de la llave de paso. Dentro recorrerá un circuito interno en sentido descendente mientras cede toda su temperatura vía el material aislante del panel calefactor.
Al llegar a la parte inferior irá a encontrarse con el detentor para volver a las tuberías y hacer el camino de vuelta a la caldera. Dependiendo del tipo de instalación, el agua fría y caliente se moverán por entradas y salidas distintas o compartirán tránsito.
Lógicamente, en una instalación en serie si falla un radiador, fallan todos. De ahí que te estemos soltando todo este rollo.
Como la temperatura se va perdiendo, si pusiéramos muchos emisores en serie, el último apenas calentaría nada. Por eso se usan colectores para separar los "anillos" en pequeños grupos.
Todos los problemas con los emisores derivan de ese funcionamiento que implica rellenar un circuito e intercambiar temperaturas. Si el radiador no calienta, pregúntate cuál es su ubicación. ¿Es el más lejano de la cocina? Ahí va la primera solución.
En el radiador que no calienta bien revisa el detentor; esa pieza metálica de la parte inferior derecha o izquierda. Recordemos que sirve para regular la cantidad de agua que sale del radiador y permitir el equilibrado hidráulico.
Si está totalmente abierta significa que las de los otros radiadores no están bien configuradas. Acércate al radiador más cercano a la caldera y, con una llave allen cierra el detentor completamente girando en sentido a las agujas del reloj. ¿Listo?
Ahora ábrelo media vuelta en sentido contrario. Vete al siguiente radiador por orden de proximidad y haz lo mismo que antes pero al abrirlo aplica media vuelta y media de rosca. En el siguiente igual, pero media vuelta y dos cuartos. Así más y más hasta llegar al radiador averiado.
Antes de nada hay que decir que el radiador siempre va a calentar más por arriba que por abajo. Eso no significa que esté averiado; es simplemente que funciona así. El agua caliente siempre entra por la llave de paso superior y sale, ya frío, por el detentor inferior.
Tiene que ser así porque la diferencia entre la ida y el retorno (de temperatura) es lo que da el salto térmico y permite saber con exactitud cuánto calor se está obteniendo con cada emisor. ¿El radiador no calienta por abajo? Totalmente normal.
Otra cosa es que la diferencia sea demasiado acusada. En ese caso te recomendamos que cierres ligeramente el detentor para favorecer la circulación del agua caliente por todo el radiador. Es lo mismo que antes, con la llave alen, pero esta vez de manera más cuidadosa.
Ya te imaginarás lo que vamos a explicar. Sí, efectivamente, te toca purgar el radiador. Si no se calienta bien por arriba significa que el ACS que viene por las tuberías desde la caldera no está consiguiendo entrar bien en él. ¿Por qué? Pues porque en su espacio hay aire acumulado.
Esto ya lo contamos en otro artículo, pero lo repasamos sin problemas. Vete al radiador afectado y cierra tanto la llave de paso (superior) como el detentor (inferior). Con el emisor aislado, es momento de actuar sobre el componente restante: el purgador.
Está situado en la parte superior del radiador, justo en el lado contrapuesto a la válvula de paso. ¿Lo tienes? Equípate con un tupper o cualquier otro recipiente y un destornillador o moneda pequeña.
¿No te ha funcionado nada de esto? Si aún así sigues con lo de que el radiador no calienta, quizás el problema esté en la válvula termostática. Estas se oxidan si pasan mucho tiempo sin utilizarse. Tendrás que sustituirlas desenroscándolas primero. No son caras.
En ciertas ocasiones el problema puede venir, no por la acumulación de aire, sino por el almacenamiento de lodo. Si es tu caso no tendrás más remedio que llamar al técnico para que acuda a tu casa y realice la limpieza adecuada.
De todas maneras siempre puedes hacerte con una lámina reflectante. Colócala justo entre la pared y el radiador que no calienta, con la parte brillante hacia dentro. Es la solución barata para quien no puede invertir en mejorar el aislamiento de su casa.
No olvides que para ahorrar energía lo primero que hay que hacer siempre es asegurarse que nuestros dispositivos funcionan bien. El radiador, en ese sentido, es crítico a la hora de recortar la factura del gas y la electricidad.
Luego ya vendrá el esfuerzo sostenible. En EnergyGO podemos proveer a tus emisores de una electricidad 100% limpia y nacional. Entra en nuestra web o llama al 900 622 700 y pasa las últimas semanas de frío del año de forma inteligente.