El verano siempre ha sido sinónimo de subida de precios para el mercado de la luz. Solía coincidir siempre con el momento de mayor consumo doméstico, cuando las casas empezaban a enchufar el aire acondicionado todo el día para escapar del calor abrasante.
Este 2021 sin embargo es algo diferente. Los precios inusualmente bajos del año de la pandemia y el rebote posterior frente al futuro energético limpio ha derivado en un periodo alcista histórico de precios.
Así el 16 de junio el precio del megavatio a la hora (MWh) marcaba 94,63 euros; la tercera cifra más alta de la historia solo por detrás de los 94,99 euros del 8 de enero —en plena ola de Filomena— y los 103,76 que marcó allá por enero de 2002.
Esta subida de la tarifa ha afectado directamente a los bolsillos de los consumidores, abriendo de paso un debate interesante: ¿podemos ahorrar en nuestra factura de la luz? En este contexto más que una opción es una obligación.
Que pagues 70 euros al final de mes no significa que hayas consumido 70 euros de luz en tu casa. La factura en España está compuesta por muchas otras partidas que suelen hacer bastante difícil entender por qué pagamos lo que pagamos.
Esto se puede descifrar siempre y cuando hablemos del mercado regulado. Los del libre dependen de las decisiones de cada comercializadora y por lo tanto no es posible extraer conclusiones generales.
Si formas parte de este último, sigue igualmente leyendo porque te puede ayudar a tener una referencia en futuras facturas:
Cuando pones la lavadora —siguiendo el nuevo sistema de discriminación horaria— entran en juego todas estas variables y referencias sobre las que no puedes interceder. ¿Qué te queda entonces?
Hablamos de modificar hábitos. Es evidente que el aumento de lo que pagas en tu factura no es consecuencia de un mayor consumo. O lo que es lo mismo, que no tienes la responsabilidad directa de esta situación.
Esto no quita que puedas ahorrar unos cuantos euros al mes cambiando determinadas costumbres que hasta ahora no tenían importancia, pero que en estos momentos te están restando poder adquisitivo para otras cosas.
No entramos a valorar si te gusta ir por casa hasta los topes de abrigos o en verano completamente desnudo. La ciencia dice que la temperatura ideal para un hogar es de 20-23 grados por la mañana y 15-17 grados por la noche.
Todo lo que se salga de esos baremos te hará sentir incómodo: pasarás mucho calor o te morirás de frío. En invierno más lo segundo y en verano más lo primero, claro. Para evitarlo es importante saber manejar bien el termostato eléctrico.
Aunque no es necesario estar mirándolo las 24 horas del día, las comercializadoras sí recomiendan hacerse con un temporizador. Así podrás programar las horas de funcionamiento de forma automática.
¿Te vas el fin de semana? En lugar de dejar todo el sábado y el domingo el termo encendido, podrás ajustarlo para que a tu vuelta te encuentres la casa en una temperatura agradable, y un par de euros extra en tu bolsillo.
Por el día las temperaturas superan los 30 grados, y por la noche no bajan de 20. Te desesperas y terminas poniendo todo el día el aire acondicionado. Esta práctica tan común puede incrementar tu factura de la luz más de 30 euros durante julio y agosto.
Para no caer en el error, puedes hacer lo mismo que con el resto de electrodomésticos: programarlo. Ajústalo para que solo funcione durante horas determinadas en los momentos de más calor (y aunque no vayas a estar en casa).
A la hora de hacer esto ten en cuenta la nueva discriminación horaria. Es decir, evita ponerlo en hora punta y si lo haces, reduce el tiempo lo máximo posible. Compensa el calor acumulado durante la hora valle para llegar a la noche más fresco.
Si todavía no te has comprado el aire acondicionado, no te olvides de mirar su etiquetado de eficiencia. Con un A+++ podrías ahorrar hasta un 40% de energía. Al instalarlo evita que esté en una zona de sol, y lleva a cabo un mantenimiento periódico.
Como uno no puede vivir sin poner la lavadora o sin conservar algunos alimentos en el frigorífico, lo único que se puede hacer para ahorrar algo de dinero con ellos es optimizar los hábitos de consumo.
Eso, además de por programar los electrodomésticos, pasa por tener en mente algunas indicaciones básicas. Desde la OCU recomiendan fijarse bien en las temperaturas de uso dependiendo del aparato.
Crees que apenas gastan energía, pero a lo largo de un año acaban abultando (y no poco) la factura de la luz. Los aparatos que dejas en stand-by siguen consumiendo electricidad y lo hacen de forma ininterrumpida.
Si vamos sumando la televisión, el ordenador, la cadena de música y el resto de tecnología que tienes por casa con el piloto encendido, podemos llegar a hablar de 52 euros de consumo adicional (3.500 kWh/año).
Es un gasto de lo más absurdo porque es muy fácil evitarlo: desenchufa los aparatos cuando termines de utilizarlos. Hay muchos que permiten apagar el stand-by sin quitarlos de la corriente, pero otros no.
Ah, y cuidado con las regletas. Estas también se quedan en este modo permanente si nos olvidamos de ellas. Usa la calculadora de la OCU para ver el impacto en la factura de este “problema”.
Prueba a instalar enchufes inteligentes para programar el encendido y apagado de todos los dispositivos. La inversión podría merecerte la pena a corto y medio plazo.
Es normal que huyas de ellas cuando las ves en el supermercado porque son bastante más caras que las normales. Lo cierto es que las bombillas de bajo consumo terminan devolviendo la inversión con un gran ahorro energético.
Las bombillas LED no solo consumen aproximadamente un 80% menos de energía, sino que además duran entre 8 y 10 veces más que sus homólogas tradicionales. Si nos vamos a las CFL (los fluorescentes de toda la vida) hablamos de un 50% menos de consumo.
Es tan sencillo como cambiar todas las bombillas de casa, anotar cuánto te ha costado y revisar al cabo de un año si la decisión ha sido acertada o no. Ya te adelantamos que lo será.
En EnergyGO nos esforzamos por ofrecerte todos los recursos que necesitas para hacer un consumo responsable de la energía. De nuestra parte ponemos información, tarifas de luz con precios justos, y una garantía verde en consonancia con las necesidades del planeta. ¿Te apuntas?