En los sistemas de calefacción hay vida más allá del gas natural, el carbón y el butano, de verdad. De hecho, existen otros modelos más innovadores que consiguen sacar el máximo partido a los combustibles. Un ejemplo de esto es la calefacción urbana o District Heating.
Es posible que no hayas escuchado esta palabra nunca, es normal. Este nombre hace referencia a una red de tuberías que están enterradas bajo el pavimento que se utilizan para abastecer de agua caliente y vapor a un bloque de edificios o incluso una zona residencial al completo.
Lo mejor de este sistema es que el rendimiento es cada vez más alto, por lo que la calefacción urbana responde a las necesidades de los usuarios en estos momentos de mayor incertidumbre por la escalonada subida de precios del gas y la luz.
El calor que llega en forma de agua caliente o vapor viene directo de plantas térmicas que utilizan diferentes energías (lo ideal es que sean renovables). De esta forma puedes encontrar calefacciónes urbanas por biogás, biomasa, condensación o cogeneración.
Las redes de calefacción urbana logran reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, por lo que son preferidas ante otros sistemas de calefacción en los edificios de nueva construcción.
El District Heating (calefacción urbana en inglés) funciona a través de una central que produce el calor. De ahí se distribuye el agua caliente a todos los hogares de la red. Esta agua llega a través de un circuito de tuberías aisladas térmicamente del exterior para que no afecte a su temperatura.
Con ellas se conecta la central mayor a las menores que están instaladas en los edificios o zona residencial en cuestión.
En el intercambiador instalado se aplica la presión y temperatura adecuada al agua. Las subcentrales funcionan básicamente como una segunda central térmica que lleva el suministro solo a un edificio.
El agua que se va enfriando o no llega a las casas da media vuelta hacia la central de producción, donde se calienta de nuevo y vuelve a enviarse a la red de tuberías en dirección al intercambiador.
Una de sus ventajas es que es un sistema que respeta el medio ambiente, pero no es la única. La calefacción urbana tiene otras ventajas económicas, de mantenimiento, eficiencia...
Que es respetuoso con el medio ambiente ya lo sabías, pero que al no utilizar combustibles fósiles el precio de estos sistemas se reduce igual no. Con esto también conseguimos evitar esas subidas y bajadas continuas en el petróleo y el gas.
Además, como no forma parte de un mercado abierto o monopolio. De esta forma se acaban los competidores principales que suministran los servicios energéticos o el combustible, algo que sí pasa en los sistemas de calefacción individual.
Por si esto fuera poco, no tendrás que preocuparte por el mantenimiento de este tipo de instalaciones. Es muy sencillo y requiere una cantidad mucho menor de combustible. Además, las comunidades ahorran una gran cantidad de espacio ya que no necesitan salas de calderas.
Como la calefacción urbana está centralizada, pero a gran escala, la eficiencia energética es mucho mayor a la de los sistemas aislados. Además, con el uso de la tecnología avanzada, las centrales consiguen una potencia que sería impensable en una casa individual.
Por otro lado, el sistema de calefacción urbana tiene la característica de que es energéticamente independiente, por lo que, si hay una caída en otra zona, el suministro no se interrumpe.
El uso de sistemas de calefacción urbana puede reducir el efecto invernadero ya que sus emisiones son más bajas que los sistemas individuales (llegan a ser neutras). Uno de los motivos es que pueden utilizar como combustible las energías renovables como biomasa o solar.
En la actualidad, este sistema de calefacción tiene un potencial de expansión inmenso. Como consecuencia podría traducirse en creación de puestos de trabajo con la creación y mantenimiento de la central sino también la expansión inmobiliaria.
Las instalaciones, por raro que parezca, se amortizan antes de que lleguen a los 10 años y, por si fuera poco, existen diferentes subvenciones del programa de Energías Renovables y Eficiencia Energética.
Siguiendo en los aspectos de dinero, la calefacción urbana ofrece el suministro de frio y calor a la vez, por lo que la producción de energía es mucho más barata y supone un ahorro económico y de espacio.
Por tanto, aunque no haya una cantidad concreta de dinero que te ahorras, si más del 55% de los hogares en los países del norte de Europa lo tienen instalado, por algo será ¿no? Aquí os dejamos un mapa con datos de NewTral para que lo comprobéis.
Es posible que no lo sepas, pero en España ya existen varios puntos en los que se utiliza la calefacción urbana o District Heating. Algunos ejemplos están en Soria, Madrid y San Sebastián.
En el caso de Soria, la red ocupa más de 5km, el agua es impulsada a 90 grados centígrados y es calentada con dos calderas de biomasa con una potencia de 12 MW. El abastecimiento de esta red llega a varios edificios públicos que consiguen reducir las facturas hasta un 15%.
En el caso de San Sebastián, la calefacción urbana se encuentra en un barrio de la ciudad. Más de mil viviendas pueden disfrutar de agua caliente y electricidad. En su caso el 75% de la energía vendrá de la biomasa, por lo que las emisiones de CO2 bajaran de 2.900 a 450 toneladas.
Por último, en Madrid se encuentra la red de calefacción urbana más grande. La central de Móstoles tiene una planta de biomasa que da energía a 2.500 hogares, que pronto llegarán a 4.000. Con esto, el ayuntamiento espera que las emisiones se reduzcan hasta en 9.000 toneladas.
Con este sistema, verás como tu factura de la calefacción disminuye y la eficiencia aumenta. Si quieres extender este ahorro a todo tu hogar, lo mejor es que contrates una tarifa de luz a tu medida. En EnergyGO te ayudaremos a conseguirlo, solo tienes que entrar en nuestra web o llamar al 900 622 700.
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