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La sequía es una de las peores consecuencias a las que nos enfrentamos a causa del cambio climático. Sin embargo, combatirlo es responsabilidad de todos y, afortunadamente, existen métodos como la utilización de semillas resistentes a la sequía. ¿Sabes qué son y qué ventajas tienen para la agricultura? Te lo contamos.
En el siguiente artículo veremos cómo utilizar este tipo de semillas para mitigar los terribles efectos del calentamiento global sobre nuestro planeta. No te lo pierdas y empieza a ser mucho más eco friendly en tu día a día. ¿A qué esperas?
La agricultura es una actividad esencial para el abastecimiento humano, pero también una de las más amenazadas por el cambio climático. Precisamente uno de los mayores desafíos actuales de los agricultores es la sequía. Aquí es donde las semillas juegan un papel clave contra el calentamiento global.
Concretamente, cuando hablamos de semillas resistentes a la sequía nos referimos los cultivos transgénicos, es decir, mucho más resistentes y productivas que otras que no logran superar los efectos del cambio climático. Para que te hagas una idea de qué son, estas son sus principales ventajas:
Una de las principales ventajas de las semillas resistentes a la sequía es que permiten mantener e incluso aumentar la productividad agrícola en regiones muy afectadas por la sequía.
En ese sentido, las plantas cultivadas a partir de estas semillas son capaces de cosechar incluso en suelos secos o en periodos prolongados de sequía. Algo que, sin embargo, sería impensable si no son semillas resistentes a la escasez de agua.
Esto es especialmente beneficioso para los agricultores cuyo sustento diario depende totalmente de sus cosechas, ya que sin ellas les sería imposible sobrevivir. Además, las semillas resistentes a la sequía permiten un uso más eficiente del agua. Esto se debe a que las raíces de estas plantas son muy profundas y retienen muy bien la humedad.
El uso de semillas resistentes a la sequía también ayuda a reducir los costes de producción agrícola de forma significativa. Y es que, al requerir menos riego, estas plantas permiten ahorrar una gran cantidad de agua. Esto es importante, sobre todo, en zonas donde los recursos hídricos son más limitados.
Además, este tipo de semillas suelen ser más tolerantes a las condiciones climáticas adversas, como las temperaturas muy elevadas, y son capaces de sobrevivir en suelos muy áridos. Por eso, los agricultores no necesitan utilizar tantos fertilizantes y productos químicos para estos cultivos.
Estas semillas también tienen importantes beneficios medioambientales, empezando por la reducción del uso de agua. Como te decíamos antes, al depender menos del riego, las plantas resistentes a la sequía fomentan una agricultura más sostenible.
Dado que la agricultura consume un 70% del agua dulce en el mundo, reducir el uso de agua en la agricultura es fundamental para preservar este recurso natural tan valioso para la vida en la Tierra.
Asimismo, las semillas resistentes a la sequía no necesitan un control de plagas tan exhaustivo como otras plantas, lo que contribuye a reducir la contaminación del suelo y del agua al disminuir el uso de químicos.
Tampoco debemos olvidar que el cambio climático está afectando a la agricultura en todo el mundo, haciendo que las condiciones climáticas sean mucho más extremas. Por ejemplo, las temporadas de sequías prolongadas son cada vez más frecuentes. Esto pone en riesgo la producción de alimentos para la población.
No obstante, el uso de semillas resistentes a la sequía pueden ayudar a producir alimentos incluso en periodos de escasez de agua. De hecho, también pueden fomentar la diversificación de cultivos y mejorar el cuidado de las tierras.
En definitiva, en un momento de incertidumbre climática tan grande, las semillas resistentes a la sequía pueden ser una solución para combatir el calentamiento global y preservar los recursos hídricos de nuestro planeta.
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En plena emergencia climática, las semillas resistentes a la sequía ayudan a ahorrar agua y son mucho más respetuosas con el medioambiente.
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Esta forma de cuidar los cultivos ayuda a que aumente la producción de los alimentos y se utilice apropiadamente el agua.
