Efectos del turismo en la sequía y el cambio climático

02 Julio 2024 - Actualizado 12 Julio 2024
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Con la llegada del verano, las zonas más cálidas pueden enfrentarse a problemas de abastecimiento. Sobre todo, en temporadas en las que se hayan dado pocas lluvias. En estos casos, los efectos del turismo en la sequía y el cambio climático se incrementan en gran medida.

No es ningún secreto que el calentamiento global está causando estragos en nuestro planeta. Las temperaturas son mucho más extremas que antes y el cambio climático no para de aumentar. En consecuencia, nuestras vidas se ven obligadas a adaptarse.

Antes, los pantanos o acuíferos eran suficiente para cubrir la demanda de agua en el país. Sin embargo, con la bajada de las lluvias, nos encontramos con que no terminan de llenarse y su volumen no alcanza a cubrir nuestras necesidades.

Efectos del turismo en la sequía y el cambio climático

El verano acarrea un aumento en la demanda de agua de todo el país. Todos los seres vivos se enfrentan a mayores temperaturas y sudan más, por lo que necesitan una mayor hidratación.

Claro, este no es el único uso que le damos al agua en verano. La búsqueda del amigo con piscina es algo que nunca puede faltar, además del uso de duchas en playas para limpiarse el salitre.

En consecuencia, las reservas de este suministro se van volviendo poco a poco más pequeñas y saltan las alarmas. Quedarnos sin agua en verano sería un verdadero desastre para el país.

La llegada de los turistas no ayuda a que la situación mejor, todo lo contrario, la complica más. Al aumentar el número de visitantes de la ciudad, el consumo de este recurso también se dispara.

Por supuesto, los turistas no tienen culpa de esto y son los primeros que sufren las consecuencias de la sequía. En varias ciudades y municipios se ha llegado cortar el agua en determinadas franjas horarias para no desperdiciarla.

Esto puede llegar a ser un problema para el país, ya que España depende en gran medida del turismo como fuente económica. Si este se redujese, nos enfrentaríamos a problemas financieros.

Si nos fijamos en los datos del Ministerio de Industria y Turismo, en el año 2023 entraron más de 85 millones de turistas en el año. La Organización Mundial de la Salud estima que cada persona necesita 100 litros de agua al día, por lo que hace falta una gran previsión.

Efectos del turismo en la sequía y el cambio climático

Obviamente, la pérdida de acuíferos o pantanos también supone un gran inconveniente. Por ello, es necesario que se apliquen medidas para reducir los efectos negativos del turismo sobre la sequía y el cambio climático.

Cómo frenar el impacto del turismo en la sequía y cambio climático

Hablamos de un problema grave, por lo que se han estudiado diversas medidas de actuación. Algunas de ellas ya se han probado y confirmado su eficacia. Sin embargo, pueden llegar a ser un poco extremas.

Una de las opciones que más eficaz puede resultar es el uso de desalinizadores en las zonas costeras. Se puede aprovechar el agua de mares y océanos para darle otros usos.

El principal inconveniente que pueden tener estas máquinas es su coste. Al ser una inversión muy alta, algunas ciudades han optado por alternativas más asequibles, aunque no lleguen a ser tan completas.

Efectos del turismo en la sequía y el cambio climático

Por otro lado, una de las medidas que se aplica en la mayoría de las ciudades es la limitación en los usos del agua. Hay ciertas actividades que dejan de usar este recurso tan preciado porque no son prioritarias.

Un ejemplo claro de esto lo tenemos con los campos de golf. Mantener el césped a los niveles óptimos consume mucha agua y hablamos de un deporte, algo que no es esencial para la sociedad. Según el Instituto Geológico y Minero de España, 18 hoyos necesitan de media 150.000 m³ de agua al año.

En estos casos, se ha llegado a prohibir que se rieguen campos de golf, pero no son los únicos afectados. Las piscinas domésticas o las duchas en paseos marítimos también se han encontrado con un uso limitado.

La última de las opciones (a la que no se quiere llegar, a no ser que no haya otra opción) que se tienen en cuenta para frenar el impacto del turismo en el cambio climático y combatir la sequía consiste en cortar el suministro de agua durante un tiempo determinado.

Esta medida ya se tuvo que hacer en algunas zonas costeras en el verano de 2023. El suministro se cerraba durante toda la noche y principios de la mañana, por lo que solo se podía usar el agua de día.

Eso sí, todo empieza con la concienciación. Hay que enseñar a los pequeños de casa la importancia de cuidar nuestros suministros y que tampoco se nos olvide a nosotros para cuidar el planeta.

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