No es solo una moda para los que quieren montarse un huerto en el jardín. Un estudio de Technavio asegura que lo del techo verde moverá unos 7800 millones de euros de aquí al año 2025. En Estados Unidos, Singapur o Japón son todo un fenómeno de sostenibilidad.
En Alemania, por poner un ejemplo más cercano, se estima que el 10% de las nuevas construcciones ya son así. Pero ojo, no es ninguna novedad relativa al cambio climático. Hace siglos los babilionios ya empapelaban techos y paredes con vegetación.
Si queremos hablar del techo verde moderno, eso sí, hay que irse 60 años hacia atrás, cuando los avances tecnológicos permitieron a la arquitectura jugar de nuevo con este concepto. Y ya enfocado a la sostenibilidad y el ahorro de energía.
Hoy nos topamos con proyectos tan locos como el del centro comercial Vallco en Cupertino (California). Ahí se está construyendo Rise, un complejo de 4.000 millones de dólares con cientos de tiendas, miles de viviendas y, claro, 12 héctareas de techo verde.
¿Tiene sentido tanto bombo? En España asociaciones como Comunidad Verde (Madrid) o ASESCUVE (Barcelona) ya están respondiendo con un "sí" rotundo a esa pregunta. Pero es normal que tengas dudas.
En este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre el techo verde; tanto sus beneficios como su valor dentro de las grandes ciudades. Si te gusta ver verde entre los edificios, sigue leyendo.
No tiene mucho misterio. Un techo verde es una superficie ajardinada que sirve de cubierta para un edificio. Ojo, porque techo verde no es ni un tejado lleno de macetas, ni una superficie de color verde. Hablamos de una capa de jardín pura y dura.
Para esto se utilizan tecnologías específicas que cambian por completo la metodología tradicional de construcción (tampoco es cubrir las tejas con hierbas). En este tipo de cubiertas solemos encontrar la misma estratificación del suelo que en un huerto. O parecida:
Como ya supondrás, no todos los edificios son aptos para instalar un techo verde. Por eso es más normal encontrarlos en determinados complejos institucionales, en proyectos de nueva construcción o en viviendas únicas pensadas desde el enfoque passivhaus.
El techo verde supone abrir un abanico inmenso de posibilidades para superficies que en un origen solo cumplían un objetivo: aislar interiores. Depende mucho de la configuración del proyecto, pero en este tipo de cubiertas se puede hasta plantar frutas y verduras.
Los beneficios del techo verde son muy variados y respaldan por igual a ciudadanos, comunidades y medioambiente. En todos los casos nos referimos a unas ventajas con clara orientación hacia la sostenibilidad y el ahorro de recursos.
Si estás pensando en ahorrar energía, lo mejor que puedes hacer es apostar por un techo verde. Ya sabes que el aislamiento es una de las claves para recortar la factura eléctrica y del gas porque por ahí se nos va un tercio del presupuesto energético.
Pues bien, esta cubierta cumple un propósito aislante muy especial que no pueden replicar ni los materiales más modernos y tecnológicos del mercado. Es el milagro de la naturaleza actuando sobre el gradiente térmico de las viviendas.
Aquí tenemos que hablar principalmente de la isla de calor. Así se denomina el efecto de acumulación de calor que se da en las zonas urbanas. En Estados Unidos, donde hay grandes zonas kilométricas sin un trozo de verde, es un auténtico problema para la salud.
La isla de calor se da porque el hormigón y el resto de materiales de construcción de las ciudades absorben muchísima radiación solar. Durante las noches, estos no pueden disipar el calor y aumentan las temperaturas medias.
Los rascacielos, por ejemplo, generan tantas reflexiones horizontales que producen el llamado efecto cañón; el suelo y los edificios circundantes alcanzan temperaturas extremas durante los meses más cálidos del año.
Las ciudades con islas de calor tienen una temperatura media unos 4ºC más elevada que las que no sufren ese efecto. Y los techos verdes, como imaginarás, pueden ayudar. Estos acumulan la radiación igual que el hormigón, pero luego devuelven el calor.
Dejando esto de lado, el techo verde también tiene otros beneficios para las ciudades (no por nada los gobiernos y las empresas apuestan por él):
El techo verde más profesional cuentan con una lámina de geotextil antirraíces bajo la capa de tierra para que no se produzcan filtraciones de arena que estropeen los drenajes.
También cuentan con paneles de nódulos moldeados para acumular agua y así alimentar a las plantas, y con láminas aislantes bastante sofisticadas que impiden la deformación del techo y el enfriamiento de la vivienda. ¿Cuánto cuesta todo esto?
No es una instalación nada barata, pero piensa que conseguirás amortizarla en unos pocos años. De todas maneras, existe la posibilidad de hacer un techo verde "casero". Lo entrecomillamos porque podrías necesitar ayuda, y porque tendrás que comprar cosas.
Resumiendo, vas a necesitar una membrana impermeable, sustrato (tierra) y vegeración (las distintas especies). La idea es crear un sándwich de materiales como el que ya hay en el propio suelo de la naturaleza.
Si has evitado los monocultivos y decidiste empezar el proyecto del techo verde en primavera u otoño, que sepas que tendrás más probabilidades de éxito. El mantenimiento luego es muy sencillo.
Basta con que en verano te asegures de regar bien. En caso de ser nuevo, riega solo cuando hayan pasado al menos 6 semanas sin lluvias. ¿Qué más? Vigila las salidas de desagüe y revisa el crecimiento general de las plantas. Si no funciona puedes volver a plantar.
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