No lo decimos nosotros, lo dicen los estudios. Si vives en España, la probabilidad de tener una casa construida antes de 1979 es bastante elevada. Esto, más allá de ser una simple curiosidad, supone un verdadero problema para el ahorro energético.
Y es que, los estándares de construcción han ido cambiando a lo largo del tiempo; lo que antes era habitual hoy es deficiente desde el punto de vista de la eficiencia. Las fachadas ventiladas y SATE hace unas décadas eran poco menos que marcianas.
Por eso no tienes que asustarte si algunas estadísticas aseguran que en España se gasta de media tanto o cuanto de calefacción. ¡Es un promedio! Ahí se meten también las viviendas más modernas y mejor aisladas.
IDAE asegura que en torno al 47% de todo el consumo energético anual se nos va en la calefacción. Eso son unos 997 euros, que pueden aumentar o disminuir en función del sistema que tengas y de la energía que utilices (electricidad o gas).
¿Cómo puedes anticipar el gasto? En el mundillo hay un término muy práctico que todavía no está extendido a pie de calle. Es precisamente de lo que te queremos hablar en el artículo que estás leyendo. ¿Cómo calcular la potencia calorífica?
Se puede entender de dos formas distintas, aunque ambas nos encaminan a lo mismo. La potencia calorífica es la cantidad de calor que ha de emitir un determinado aparato para acomodar un espacio concreto.
Para nuestro caso hablaríamos de la cantidad de calefacción que vas a tener que gastar para calentar cada una de las habitaciones. Como te podrás imaginar, es un cálculo muy importante para evitar ineficiencias y tratar de ahorrar lo máximo posible.
Esta variable se mide en vatios (W) y su resultado se interpreta como "ratio potencia calefacción por metro cuadrado". Para llegar a esto último, eso sí, tendremos que sumar una operación adicional, porque en bruto solo tendremos una cifra para toda la estancia.
Para calcular la potencia calorífica hay que tener en cuenta todos los factores que influyen en la temperatura que rodea a la vivienda, los elementos aislantes de construcción y hasta la disposición de todo el edificio. Vamos, cualquier cosa que afecte a la temperatura.
Todos ellos son elementos que ya manejamos desde la intuición, pero que sin un poco de teoría nunca vamos a saber correlacionar para llegar hasta el dato que nos interesa; el que nos va a permitir elegir correctamente el aparato eléctrico de calefacción (de acuerdo a su potencia).
Antes de nada hay que hacer un par de advertencias fundamentales. La primera, que el cálculo de la potencia calorífica hay que hacerlo siempre estancia por estancia. O lo que es lo mismo, repetir la operación cada vez que nos topemos con un muro de separación.
PÉRDIDAS DE CALOR DE UNA VIVIENDA | |
---|---|
DÓNDE | CUÁNTO |
Paredes | 35% |
Techo | 25% |
Rendijas | 15% |
Suelo | 15% |
Ventanas | 10% |
Las variables de la fórmula que veremos a continuación, varían de habitación a habitación. No tiene sentido intentar saber cuánta calefacción necesito a nivel general, si después en cada rincón tengo un radiador eléctrico diferente.
Eso por un lado. Por otro, la potencia calorífica obtenida siempre tiene un error asumido. Los expertos tienen en cuenta las posibles desviaciones y actúan en consecuencia manteniendo márgenes para no equivocarse. ¿De cuánto hablamos?
De un cálculo promedio tus resultados pueden desviarse entre 64w/m2 y 125w/m2. Es un margen más que asumible para hacernos una idea de las necesidades energéticas de nuestra casa. Saca papel y lápiz para no perderte apuntar la fórmula.
Potencia calorífica = A*B*C*D*85
Lo primero que tienes que hacer es calcular los metros cuadrados de la estancia. Estos los puedes consultar en el catastro o en los documentos de escritura de la vivienda. Ahora bien, ahí nos moveríamos siempre en m2 totales.
Para sacar la superficie exacta de la habitación vas a tener que tirar de calculadora. Es, básicamente, multiplicar los metros de ancho por los metros de largo. No hace falta que sea exacto, basta con que busques los puntos más distantes y apliques.
No es lo mismo calcular la potencia calorífica de una habitación a la que le da el sol por las mañanas que hacerlo con un salón al que le impactan los rayos del sol por la tarde. La cifra variará porque las necesidades serán distintas en verano e invierno.
Como ya te explicamos en un artículo reciente, la orientación de la casa influye, y mucho, en el gasto energético. Aquí la referencia para saber si estás Norte, Sur, Este, Oeste o en dirección mixta, es la pared en la que se ubican las ventanas.
Para el cálculo de la potencia calorífica no te tienes que comer mucho la cabeza porque ya hay unos coeficientes establecidos:
¿Y si la orientación de la casa es híbrida? En ese caso lo único que tendrás que hacer será sumar los dos coeficientes en cuestión y sacar la media dividiendo entre dos. No tiene más misterio.
¿Tienes ventanas climalit? ¿Cuentas con fachada ventilada en tu edificio? Todo eso te beneficiará a la hora de calcular la potencia calorífica. Hay que recordar que entre un 25 y un 30% de la calefacción se destina siempre a cubrir las pérdidas de calor.
Un aislamiento de calidad puede llegar a reducir tu factura de electricidad hasta un 70% durante los meses más fríos del año. Por eso este factor es tan importante en la fórmula. Como sucede con la orientación, los coeficientes vienen dados:
España está dividida en muchas realidades diferentes. Mientras las viviendas del levante se construyen sin calefacción, las casas del norte siguen apostando por el gasoil. La zona climática condiciona por completo las necesidades energéticas de los edificios.
La tabla superior depende del Código Técnico de Edificación (CTE), un documento actualizado en 2013 que clasifica todas las viviendas en función del DB-HE. Se trata de una variable formada por la altitud de ubicación y la capital de provincia.
Para el cálculo de la potencia calorífica debemos tener en cuenta los coeficientes dados. A saber:
Teniendo en cuenta todo lo anterior, vamos a inventarnos un ejemplo para que entiendas mejor la fórmula de la potencia calorífica. Suponemos que vivimos el extrarradio de Madrid y que queremos calcular las necesidades de un salón de 40 m2.
Se trata de una vivienda construida a principios de los años 2000, que cuenta con un aislamiento normalito y que tiene una orientación Noroeste. Aplicando la ecuación y sustituyendo valores, tendríamos lo siguiente:
Potencia calorífica = 40 x 1,06 x 1 x 1,12 x 85;
Potencia calorífica = 4036,48 W
Ahora pasamos los vatios a kW dividiendo entre 1000. Con eso tenemos que para calentar el salón de 40m2 necesitaríamos un aparato con una potencia de al menos 4,036 kW.
Si quieres afinar un poco más la puntería, puedes hasta transformar el resultado en kcal/h. Para ello tendrás que multiplicar la potencia calorífica en vatios por 0,85. De esa manera llegamos finalmente a las 3431 kcal/h.
Esta es la cifra que deberás tener en cuenta a la hora de elegir tanto tu radiador eléctrico como tu tarifa. Para esto último, desde EnergyGO te ofrecemos una energía 100% limpia y nacional.
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