Electrodomésticos
Caldera de condensación: ventajas y consumo energético
No todos los sistemas de calefacción a gas son capaces de ofrecer el mismo nivel de eficiencia energética y de sostenibilidad en los hogares.
Es lo último que miramos y debería ser nuestro principal foco de atención. A la hora de ahorrar calefacción en casa miramos el tipo de caldera, los radiadores y hasta los calefactores más pequeños y portátiles. Pero ¿qué hay del aislamiento?
Diferentes estudios indican que las viviendas españolas tienen una edad media de 45 años. Eso significa que, si no has hecho ninguna reforma, lo más seguro es que tu casa esté mal aislada. En términos de calefacción eso te puede suponer hasta un 80% más de consumo en la factura.
La explicación es muy sencilla; la caldera puede ser de convección y última generación, pero si el calor que genera se escapa por las puertas, ventanas y paredes, no te va a servir de nada. Sí, estarás contaminando menos, pero necesitarás más energía para obtener la temperatura de confort.
Por eso, tanto a la hora de comprar una vivienda nueva como de pensar en reformas, has de tener entre tus prioridades estos materiales. Especialmente si hablamos de la fachada. ¿Cómo se ataca el aislamiento por ese frente?
Bueno, actualmente en el mercado existen dos opciones principales con tecnologías interesantes: fachada SATE o fachada ventilada. Si no tienes ni idea de qué estamos hablando, entonces sigue leyendo porque este artículo te interesa.
No te dejes liar por las siglas. SATE significa Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior. Y es básicamente eso; un método de construcción por el cual se coloca el revestimiento aislante directamente sobre la fachada del edificio.
Como puedes imaginar, esta capa de protección está formada por planchas especiales que se colocan empleando adhesivos y fijación mecánica. Para que lo entiendas, es como si las paredes de tu casa fueran un sándwich.
En la parte más interior, la que ves, iría el pladur o símiles, después los materiales de construcción (ladrillo, hormigón, etc), a continuación el SATE, y por último el acabado final que le dará la estética definitiva a la construcción. Es una simplificación, claro, pero nos sirve.
La fachada SATE es válida tanto para edificios ya construidos con algunos años encima como para nuevas construcciones. Es así porque para su instalación no es necesario modificar los elementos estructurales de la vivienda; basta con aplicar mortero sin necesidad de perfilería.
La fachada ventilada también supone colocar un material aislante sobre el exterior del edificio, pero a diferencia de la fachada SATE, esta se adhiere manteniendo un espacio estudiado entre ambas capas.
Es decir, que en lugar de encontrarnos las planchas pegadas directamente en las paredes, lo que tenemos es un margen de diferencia conocido como “cámara de aire”. ¿Para qué se hace esto? Fundamentalmente para garantizar la ventilación de la vivienda y protegerla de los temporales.
Suena bien, pero supone alguna que otra complicación. Y es que las fachadas ventiladas son mucho más difíciles y costosas de instalar porque requieren de una nivelación por perfilería. Sobre ese esqueleto posteriormente se coloca la capa de aislamiento.
Eso por no mencionar que el proceso debe estar estrictamente supervisado por profesionales cualificados. Durante la colocación se pueden generar puentes térmicos que provocarían pérdidas de calor en invierno y sobrecalentamientos en verano.
Hay que partir de una idea general: tanto la fachada SATE como la fachada ventilada permiten mejorar enormemente la eficiencia de las viviendas. En las casas pasivas, por ejemplo, son un elemento básico y fundamental.
Ahora bien, a nivel práctico y específico existen una serie de diferencias que debes tener en cuenta para después no tener problemas energéticos en casa.
DIFERENCIAS ENTRE FACHADA SATE Y FACHADA VENTILADA | ||
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FACHADA SATE | FACHADA VENTILADA | |
Coste de instalación | El precio m2 de la fachada SATE oscila entre los 50 y 60 euros. | Entre 80 y 200 euros/m2 dependiendo de los materiales elegidos. |
Mantenimiento | Inversión mínima cada 5 años a nivel externo. | Inversión mínima cada 10 años a nivel externo e interno. |
Diseño | Conservadora: se puede instalar sin modificar la estética ya existente. | Atrevida: supone un cambio importante en la estética exterior del edificio. |
Revalorización | Aumenta bastante el precio de las viviendas en ese edificio. | Aumenta mucho el precio de las viviendas en ese edificio. |
Eficiencia | Absorbe algo de calor durante el verano. Mejor aislamiento sonoro. | El mejor rendimiento energético: hace circular el aire y protege de la radiación solar. Menores condensaciones y humedades. |
A tenor de estas diferencias no merece la pena fijarse solo en el precio a la hora de elegir entre la fachada ventilada o la fachada SATE. A la larga ahorrarás calefacción tanto con una como con la otra, por lo que la inversión siempre te saldrá rentable.
La decisión por tanto es más técnica a nivel de infraestructura que de costes. Dependiendo del tipo de edificio, los profesionales te recomendarán la instalación de una u otra. Ah, y también es un proceso subjetivo, en función de tus gustos estéticos.
Resulta complicado dar cifras exactas de lo que te costaría en tu vivienda, porque entran en juego muchas variables y factores específicos a nivel de construcción. Pero ya solo por tomar la decisión de apostar por SATE o FV, estarás mejorando la etiqueta de eficiencia energética.
Esto es, que a la hora de calentar o enfriar tu vivienda necesitarás mucha menos energía. Podrás mantener tus hábitos de consumo y ahorrar el mismo tiempo, habiendo hecho antes, claro, una importante inversión.
¿Se trata de una reforma y no una construcción de cero? En ese caso te recomendamos hacer números y ver, en función el tiempo que tengas pensado vivir ahí, si te merece o no la pena desembolsar el dinero de cara a una posible venta futura.
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