Estado de los embalses españoles en 2020

07 Abril 2020 13:00

Los embalses están formados por construcciones realizadas en los cursos fluviales y grandes lagos. Su función principal es abastecer de agua a las poblaciones cercanas y satisfacer las demandas de la agricultura, aunque también supone una fuente de energía renovable que se puede aprovechar gracias a las presas hidroeléctricas.

Si te interesa este tema no puedes perderte nuestra entrada de hoy, ya que vamos a hablar del estado de los embalses en España en 2020. También conoceremos las consecuencias de la sequía en nuestro país y las principales soluciones que se plantean para superar este problema. ¡Empezamos!

Los niveles actuales de los embalses en España 📈

Durante los primeros meses de 2020 los embalses de nuestro país se han situado por debajo del 41% de su capacidad. Este panorama nos lleva a unos niveles mínimos similares a los de 2017, año en el que sufrimos la peor sequía desde la década de los 90. Las altas temperaturas también están suponiendo un grave problema, ya que facilitan la pérdida de agua por la evaporación.

Para que te hagas una idea de la magnitud de la situación, la comunidad de Madrid tiene ahora mismo unos niveles de agua en sus embalses del 49,43%. Y justo hace un año, su capacidad estaba en torno al 75%.

De hecho, la reserva hidráulica española se situó la semana del 24 de marzo en 33.727 hectómetros cúbicos de un máximo de 55.622. Llama la atención el descenso del 1,48% en tan solo una semana, lo que se traduce en casi 500 hm3 perdidos y marca una tendencia muy peligrosa ¿Cuál fue el nivel más alto? Se registró en 2004 con 47.469 hectómetros cúbicos. Y desde 2016 España no ha conseguido superar la barrera de los 40.000 hm3.

Consecuencias de la sequía en España 💧

En la última década, las precipitaciones en España han pasado de una media de 0,88 mm/anuales a 0,18 mm/anuales. En este sentido, los expertos avisan que para 2050 la reducción de las lluvias será aproximadamente de un 5%. Estos datos colocan a nuestro país como el más árido de toda Europa, con un 20% de territorio que podría considerarse desértico y casi un 75% en riesgo de desertificación.

El origen de todo esto lo tenemos que buscar en el cambio climático que azota a nuestro planeta. Que está provocado por la sobreexplotación de recursos y el uso indiscriminado de combustibles fósiles. ¿Las consecuencias? Son numerosas, desde la desaparición de los últimos glaciares pirenaicos hasta la pérdida de numerosas especies animales y vegetales.

El deshielo también está causando el aumento del nivel del mar, que en nuestro país estará sobre los 10 y 68 centímetros para finales de siglo. Así como las lluvias torrenciales en España, que provocan inundaciones y el incremento de la temperatura del agua.

Y por supuesto, las consecuencias de la sequía en España también son económicas. Miles de agricultores se ha visto afectados y se prevén pérdidas multimillonarias debido a la escasez de las cosechas. ¿Qué podemos hacer para evitarlo?

Soluciones para la sequía en el mundo 🌵

La sequía no es solo un problema exclusivo de España, ya que los niveles de los embalses han descendido drásticamente durante los últimos años en todo el mundo. Un caso especialmente complicado lo tenemos en África y el Oriente Medio, que según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) necesitan un plan radical para combatir la falta de agua.

La ayuda humanitaria ayuda a mitigar los efectos económicos y sanitarios de las sequías, pero no sirve para mejorar la situación de la población ante futuras crisis. Por esta razón, el plan de la FAO sostiene que es esencial que los países desarrollen políticas nacionales para detectar prematuramente este problema y gestionarlo de manera eficaz.

Entre las medidas adoptadas se contempla el cambio de los cultivos, eligiendo por ejemplo especies que toleren mejor la falta de agua y maduren más rápido. También la potenciación de nuevos sistemas de riego, la transformación de las prácticas ganaderas y otras actuaciones encaminada a evitar la degradación de la tierra.

Además, debemos invertir en recursos alternativos como la energía hidroeléctrica, la reutilización de los embalses y la desalinización de grandes bolsas de agua. Algo para lo que se requiere una apuesta decisiva por las nuevas tecnologías, el compromiso de las autoridades y toda la población.

En definitiva, nuestra situación actual se debe a la inacción de los últimos años y muchos de los efectos del cambio climático son ya irreversibles. Pero aún estamos a tiempo de evitar los problemas más graves, por lo que es indispensable que se tomen las primeras medidas de actuación para ponerle freno.

¿Y tú qué opinas? ¿Crees que es demasiado tarde para frenar la sequía? ¿Podremos superar entre todos este problema? ¡No seas tímid@ y comparte con nosotros tus opiniones en los comentarios!

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