Gas natural o butano: ¿Qué sistema de calefacción es mejor?

19 Noviembre 2021 13:00
Gas natural vs butano, ¿cuál es más eficiente?

Con los precios de la electricidad por las nubes y el frío acechando, cada vez son más las familias que se lanzan a valorar la calefacción a gas como la única opción viable para superar el invierno sin dejarse todos los ahorros en facturas.

De acuerdo con IDEA, la calefacción representa en España el 47% del consumo de energía anual de un hogar (en los meses de invierno puede llegar a más del 70%). Por eso no extraña que se haya revivido un debate muy antiguo: gas natural o butano.

Por lo general la mayoría apuestan por el gas natural porque resulta más cómodo de utilizar y por lo general ofrece precios más interesantes. Sin embargo, el gas natural no está disponible en todo el territorio. Y es ahí donde entra el butano.

Sí, hablamos de las bombonas naranjas de toda la vida, que se colocaban en las cocinas para dar energía a todo lo que se hacía en esa estancia (todavía hay miles de viviendas que siguen apostando por ello). En este caso, hablamos de calentar los radiadores de la casa.

En este artículo queremos poner un poco de orden a todos los mitos y leyendas que rodean a los distintos sistemas de calefacción. Saldemos de una vez el milenario “butano vs gas natural”. ¿Cuál es mejor? ¿Qué opiniones merece uno y otro?

Calefacción de butano: ventajas y desventajas

Empecemos por el principio. El butano es un GLP, es decir, un gas licuado del petróleo que se extrae procesando el “oro negro”. Es un gas no tóxico, incoloro e inodoro que las distribuidoras reparten en unas bombonas muy características.

Esta simple definición ya nos indica que el suministro del butano no es infinito y que nuestra vivienda no está enganchada a ningún sistema de alimentación. Efectivamente, la dependencia de la calefacción de butano hacia las bombonas es absoluta.

Ahora bien, esta debilidad es al mismo tiempo su mayor fortaleza. ¿A qué nos referimos? Pues a que como se puede transportar por carretera, el butano es capaz de llegar a cualquier parte del territorio. Da igual si vives en un chalet en mitad de la montaña o en un pueblo interurbano.

Que se mueva en bombonas también implica que no requiere de ninguna instalación específica. O lo que es lo mismo, que no hay que hacer obras para poner la calefacción de butano. Basta con conectar el recipiente a la toma de gas para empezar a calentar la vivienda.

¿Qué hay de la potencia energética? ¿Calienta más el butano que el gas natural? En pocas palabras, sí. Este GLP tiene un poder calorífico de 26,20 kWh/Nm3 frente a los 10,83 kWh/N3 del gas natural. Lo que quiere decir que es más eficiente.

Para no quedarnos con una simple cifra sin contexto, vamos a repasar las ventajas y desventajas de la calefacción de butano. Ya advertimos de que todo hay que relativizarlo para saber qué podemos instalar y cuánto ahorraremos con ello.

ventajas desventajas
Tiene un poder calorífico superior
de 26,20 kWh/Nm3 (entre 12,44 KWh/kg
y 13,79 kWh/kg).
Mayor riesgo de fugas: el butano
pesa más que el aire porque está
formado por un 20% de gas propano
y un 1% de isobutano y etano.
Es apto para cualquier tipo de
vivienda (geográficamente): se
transporta por carretera
Su punto de ebullición (-1ºC) lo hace
incompatible con zonas de mucho frío.
La instalación es mucho más barata:
entre 100 y 650 euros.
Suministro limitado: cuando se agote
la bombona no te quedará más que
esperar a que te llegue una nueva.
Se puede pedir a domicilio en una amplia
red de suministradores.
Es más caro: se paga una media anual de
100 a 200 euros más por tener butano en
lugar de gas natural.
La calefacción de butano es compatible
con sistemas de propano.
Es incómodo para calentar toda una vivienda:
solo resulta interesante para dar energía a
estufas específicas.

Calefacción de gas natural: ventajas y desventajas

Vamos directamente a lo importante: ¿gas natural o butano? Si tienes ambas opciones disponibles, debes quedarte bajo cualquier circunstancia con la calefacción de gas natural. Ahorrarás dinero, molestias y tiempo. Pero vayamos al detalle.

El gas natural es un recurso “natural” —valga la redundancia— que sale de los yacimientos petrolíferos cuando se extrae el propio petróleo. Para aprovecharlo, sin embargo, es necesario canalizarlo a nivel subterráneo porque es más ligero que el aire.

Y es que hablamos de un compuesto formado en más de un 95% por metano, y en menores proporciones por cantidades variables de etano, propano, butano, nitrógeno, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno, helio y argón.

Para que te hagas una idea, si el peso del aire es de 1, el del gas natural apenas supera el 0,60 (con un peso molecular de 18,2 g/mol). El del butano dobla al del aire y por eso se puede transportar en bombonas.

De ahí llegamos a la principal característica de este sistema. La calefacción de gas natural está conectada directamente a la red de suministro, y por lo tanto no puede quedarse nunca sin energía. Esto, que a todas luces es una ventaja, supone un problema para ciertas viviendas.

La red de gas natural todavía no está extendida a todo el territorio, y hay grandes zonas de España en las que las únicas opciones para la calefacción son la electricidad, el propano, el butano y las energías renovables.

Es justo por eso por lo que también se llama “gas ciudad” (aunque no sea lo mismo). Se encuentra en todas las grandes urbes pero está ausente en regiones en las que la orografía es más complicada.

¿Y qué hay del poder calorífico? El gas natural es mucho menos eficiente que el butano. Tiene un PCI de 10,83 kWh/N3, por lo que se necesita más cantidad de gas para calentar el mismo espacio. Ahora vamos a lo importante: las ventajas y desventajas de la calefacción de gas natural.

ventajas desventajas
Ofrece un suministro ininterrumpido:
el sistema está conectado a la red de
tuberías.
La instalación es más cara y requiere
de un técnico cualificado.
Su punto de ebullición está en los
-163ºC, por lo que es ideal para zonas
con temperaturas bajas.
Solo está disponible en viviendas
ubicadas sobre la red de tuberías.
Menos riesgo de fugas: el GN se evapora
minimizando el peligro de combustiones
espontáneas.
Es un gas no renovable: se estima que
las reservas mundiales de gas natural
se terminarán de aquí a 60 - 65 años.
No ocupa espacio: desaparece la necesidad
de almacenar bombonas.
Contamina menos que el butano:
0,204 kgCO2/kWh frente a los
238 grCO2/kWh del butano.
Tiene un precio más estable en el mercado
(e inferior al del butano): se paga el consumo
y un término fijo.

Entonces: gas natural o butano ¿cuál es mejor?

Como hemos explicado, si se puede elegir, es siempre más interesante el gas natural. Es más barato que el butano, contamina menos y resulta mucho más cómodo de utilizar. Sí, tiene un poder calorífico inferior, pero no compensa a largo plazo lo que se termina pagando en las facturas.

¿Y qué hay del precio? Lo mejor para el final. Aunque entran en juego muchas variables distintas, podemos dar unas medias fijándonos en los rangos que marca el mercado regulado en ambos casos y según aplique normativa.

Recurso Precio medio Cuándo se paga

Gas natural

0,04 a 0,06 €/kWh

Después del consumo

Gas butano

0,09 €/kWh

Antes del consumo

Así que ya sabes: si vives en una zona cercana a alguna gran urbe apuesta por el gas natural. En caso de que residas en alguna región rural en la que no hace mucho frío, el butano es más recomendable que el propano u otras alternativas similares.

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