¿Te acuerdas de aquel famoso impuesto al sol? Este fue uno de los factores que hizo a nuestro país retrasarse en la transición energética cuando este concepto comenzaba a resonar como alternativa para frenar el cambio climático.
Dejando de lado lo rimbombante del nombre, el tributo estaba relacionado con el autoconsumo fotovoltaico (como es lógico) y se derogó en 2018 para facilitar la expansión de estas instalaciones por nuestro país.
Este impuesto se definía como un tipo de peaje o pago de respaldo que se aplicaba a toda la energía generada mediante el uso de instalaciones fotovoltaicas. Con ella el consumidor tenía que pagar los impuestos correspondientes por su propia electricidad.
Lógicamente esto generó mucha polémica tanto en la calle como en las tribunas. Y es que, aunque generases tu propia energía de forma autónoma, tenías que pagar al Estado por producirla.
También hubo mucha confusión. Se pensaba que todos tenían que pagar este impuesto, pero había ciertos casos que estaban exentos.
Aquellas personas con instalaciones de autoconsumo fotovoltaico aislado, con menos de 10 kW de potencia en BT o de cogeneración y frenado de trenes no tenían que pagar el impuesto al sol.
De la misma forma que con el resto de los impuestos, los residentes en Canarias, Ceuta y Melilla también estaban al margen.
El nombre oficial que recibió fue el de “Cargo transitorio por energía autoconsumida” y se aprobó en el Real Decreto 900/2015 siendo ministro Juan Manuel Soria López. Esta normativa regulaba tanto las condiciones administrativas como técnicas y económicas de las instalaciones de autoconsumo.
El 5 de octubre de 2018, Teresa Ribera anunció que este controvertido impuesto llegaba a su fin tras tres años en vigor. Seguidamente estableció una serie de reformas para, al contrario de lo que había causado el otro impuesto, fomentar el aprovechamiento de la energía solar en España.
En 2019 se aprobó la norma que hoy en día sigue vigente (RD 244/2019) por la que se simplifican los trámites administrativos. Alguna de estas reformas fueron las siguientes:
Eliminación del contador de aquellas instalaciones fotovoltaicas sin vertido.
Tanto las instalaciones con potencia inferior a 10 kW y las aisladas no necesitan solicitar ningún tipo de permiso a las compañías eléctricas.
Aprobación de la compensación y venta de excedentes energéticos de autoconsumo.
A su vez, también se aprueba el autoconsumo colectivo para habilitar la posibilidad de compartir varias personas la misma instalación fotovoltaica.
Esta eliminación del impuesto al sol en España, junto a todas las reformas mencionadas (más otras) generó un aluvión de solicitudes relacionadas con las instalaciones de autoconsumo respecto a los años previos.
Nuestro país es uno de los países en Europa que más horas al día recibe de sol. Esto tiene que ver directamente con la generación de energía eléctrica a partir de sistemas de placas solares en propiedades privadas y públicas.
Por ello, es importante fomentar la generación de energía eléctrica a partir de sistemas de placas solares. Gracias a este autoconsumo, tanto particulares como empresas han conseguido reducir su factura de la luz un 70%.
El tiempo de amortización de instalar placas solares cada vez es más reducido (entre cinco y once años dependiendo del tipo de instalación y provincia en la que vivas). Mientras que su vida útil cada día es mayor, llegando a ofrecer servicio durante mínimo 25/30 años.
Desde hace ya mucho tiempo, todos los consumidores que estén conectados a la red deben seguir pagando los peajes de acceso. El fin es mantener en buenas condiciones la red para garantizar su buen funcionamiento.
Por tanto, los que tenían placas solares en casa pagaban ese impuesto que era igual a todos además del propio suyo por el autoconsumo. Traducido: consumían menos energía de las principales eléctricas, pero acababan pagando más.
Las instalaciones de energía renovable en nuestro país han hecho que todo cambie (para bien) en cuanto a los vatios de energía transportada desde las distribuidoras.
Ahora, con la proliferación de las placas solares, la cantidad de electricidad que se produce en los hogares es mayor, por lo que las grandes empresas tienen menos que transportar hasta los hogares.
Para empezar, diremos que España fue el único país del mundo que tuvo un impuesto al sol. Esto supuso una desaceleración en los objetivos de autoconsumo de nuestro país.
Además, otros factores como la cantidad de papeleo y complejidad burocrática para legalizar una instalación fotovoltaica, más no recibir tipo de compensación por la sobrante frenaron su crecida.
Como podrás imaginarte, la tramitación administrativa para poder legalizar los sistemas fotovoltaicos en hogares y negocios se ha simplificado drásticamente.
Por otro lado, las Comunidades Autónomas ofrecen subvenciones e incentivos para aquellos que instalen placas solares.
Estos son algunos de los motivos (además del ahorro por supuesto) que están provocando que cada vez sean más los españoles que instalan este tipo de sistemas de autoconsumo.
Y gracias a todo esto, España está avanzando en los objetivos contra el cambio climático y la neutralización de carbono.
Para empezar, el futuro no se puede predecir al 100%, no somos videntes. Aun así, es cierto que si estudiamos la evolución de este sector podemos observar la tendencia creciente.
Cada vez son más los hogares, negocios e incluso compañías eléctricas que utilizan energías renovables tanto en España como en Europa. Por tanto, podemos afirmar que todos los cambios de normativa que se hagan para simplificar los trámites harán un futuro más limpio.
Teniendo esto en cuenta, dudamos y mucho que vuelva cualquier tipo de impuesto similar al del sol en los próximos años.
La Fundación de Energías Renovables presentó en marzo de 2018 una serie de propuestas para favorecer la transición del autoconsumo. Algunas de las que podemos resaltar por su importancia son:
El establecimiento de la energía fotovoltaica como uno de los pilares de la demanda energética.
Crear un marco regulador que sea abierto y sin limitaciones para todas las instalaciones de autoconsumo.
Permitir que todo el consumidor tenga a su vez papel de generador. Para ello se le dará la capacidad de compra, generación, almacenamiento y venta de energía eléctrica.
No sabemos si todo ello se llevará a cabo ni si se quedará por siempre, pero nos alegra que poco a poco nuestro país y el mundo esté dando pasos hacia un mundo más verde.
Conseguirlo también depende de reducir el consumo innecesario en los hogares y tener los electrodomésticos más eficientes posibles. Para aquellos que quieran más consejos sobre el tema, en EnergyGO Solar estamos dispuestos a ayudarte.
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