Trucos y Consejos
Empalmes eléctricos: qué son, qué tipos hay y precauciones
Este proceso se realiza en las instalaciones eléctricas para mejorar el estado de los cables, alargarlos o distribuir la energía.
Si hace ya un par de años que compraste tu caldera y no estás seguro del tipo de mantenimiento que le tienes que hacer, tienes un problema. ¿Inspección obligatoria? ¿Revisión de caldera? Ojo porque no son lo mismo y es muy importante que conozcas sus diferencias.
La caldera es uno de los elementos fundamentales del hogar. Nos ayuda a mantener la casa caliente en invierno y nos proporciona el agua caliente sanitaria, fundamental para nuestro día a día.
No obstante, hay que tener mucho cuidado con ella. Aunque el mantenimiento periódico debería ser suficiente para evitar que se estropee, sí que es necesario saber las fechas en las que te toca hacerlo.
La inspección obligatoria y la revisión de la caldera son dos procesos que tienen el mismo objetivo, pero con algunas diferencias. Ambos buscan que tu sistema de calefacción funcione correctamente.
Cuando hablamos de la revisión de caldera nos referimos a la comprobación de que el sistema funciona como debería. Por sistema hablamos del cuerpo principal de la caldera.
En cambio, la inspección tiene que ver con el estado de la instalación de gas, no tanto en cómo está la caldera. Esa es la principal diferencia que tienen.
Ya hemos visto que ambos procesos son distintos, ahora toca conocer todo lo que las hace diferentes. Lo primero te lo acabamos de decir, el apartado que se encargan de revisar.
La responsabilidad tampoco es la misma. La inspección obligatoria recae sobre la empresa distribuidora que tengas contratada, mientras que la revisión es una tarea del particular.
La periodicidad también es bastante diferente. Mientras que la inspección obligatoria se tiene que hacer cada cinco años, la revisión es cada dos años. Esto se debe a que es más fácil que se empeore la caldera que la instalación.
En el País Vasco la cosa cambia. Mientras que la inspección obligatoria se hace cada cuatro años, la revisión de la caldera es anual.
No hace falta que os aclaremos lo importante que es mantener un buen cuidado de la instalación de gas. Más vale prevenir que curar y en estos casos, no hacerlo te puede salir bastante caro.
Este tipo de chequeos es fundamental para comprobar que la instalación está completa y funciona al 100%. En ella se comprueba que no haya ninguna fuga, que la ventilación sea la suficiente, la combustión de la caldera, los conductos de evacuación…
Los encargados de realizar esta inspección son los trabajadores de la empresa proveedora de gas. Es muy importante que la persona que envíen para este proceso vaya identificada.
El pago no se realizará una vez terminen la inspección. Cuidado con que no te estafen, ya que el cargo se te añadirá a la factura del gas automáticamente, sin que gestiones nada.
En este caso, tú eres el responsable de solicitar la revisión de la caldera. Si bien hay que hacer este proceso cada dos años, hay algunas compañías que las hacen anualmente para aumentar la seguridad.
En este tipo de revisiones se comprueba que la caldera siga teniendo el mismo funcionamiento de siempre. Para ello se chequea su durabilidad, consumo, posibles fallos, etc.
No te recomendamos que te saltes la revisión de caldera. Piensa que este aparato es de combustión, por lo que una fuga o una obstrucción puede ser un auténtico desastre.
No hace falta irse a un extremo tan negativo. Los pequeños residuos o imperfecciones que aparezcan en la caldera pueden reducir muchísimo su eficacia. Eso provocaría que su consumo aumentara y te gastases más dinero en la factura del gas.
Por otro lado, si se realiza la revisión y no se supera, la caldera dejará de estar disponible para uso. La comunidad autonómica en la que vivas será la encargada de contactar con tu proveedor y cortar el suministro de gas hasta que se cambie.
La caldera no es el único aparato del hogar del que debes cuidar y hacer un buen mantenimiento. Te traemos una lista con otros tantos que deberías comprobar sin falta.
No dejes de comprobar el estado de tus electrodomésticos y controla que siguen funcionando como siempre. Es una buena forma de evitar disgustos y reducir tus gastos.
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Este proceso se realiza en las instalaciones eléctricas para mejorar el estado de los cables, alargarlos o distribuir la energía.
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